![La Roca de la Sierra recupera la normalidad, pese al miedo a sufrir una nueva riada](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/09/05/puenteswing-RGO0IpEFWJR2Fg3yOUlsdfK-758x531@Hoy.jpg)
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En La Roca de la Sierra (Badajoz, 1.400 habitantes) están recuperando poco a la poco la normalidad en sus hogares, pero reconocen que este pasado fin de semana han pasado miedo. El día que más agua cayó fue el domingo y desde el sábado ... no dejaban de pasar imágenes por televisión del desastre que estaba causando la lluvia en Madrid. «Viendo las imágenes de Madrid y Toledo hemos revivido la inundación que tuvimos y la mayoría nos hemos preguntado si puede volver a pasar aquí», decía ayer Guadalupe Tejero. «Me puse muy nerviosa con la tormenta, me entró miedo porque recordé cuando a mi marido lo tiró el agua y esto fue horrible», relataba este martes Pilar Ramírez, de la ferretería Ferroca, en la calle Constitución.
En esta vía y en la avenida de Montijo, las más cercanas al arroyo La Troya, no existe un solo vecino que no recuerde la fecha del 13 de diciembre y el nombre de la borrasca Efraín. Fue cuando un cauce que suele ser un manso hilo de agua se desbordó a primera hora y en muchas viviendas el nivel del agua superó el metro y medio. Aquella riada de finales del año pasado se llevó por delante muebles, electrodomésticos y todo tipo de enseres.
Ahora
Pasarela antes
Han pasado casi nueve meses y a día de hoy la mayoría de las ayudas para restablecer la normalidad parecen resueltas, al menos las gestionadas por el consorcio de seguros y el Ayuntamiento, aunque en algunos casos hay quejas y opinan que no han sido equitativas. «A unos les han dado muchos y a otros muy poco», comentaban dos vecinas que no quieren citar su nombre.
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Solo en casas particulares las Administraciones cifraron en 900.000 euros a principios de año el coste de los daños. Por otro lado, esperan que el Gobierno central aún aporte algo más de dinero a los vecinos afectados desde que el 20 de junio se declaró el pueblo, entre otras zonas de Extremadura, 'zona catastrófica' (técnicamente se denomina Zona Gravemente Afectada por Fenómenos Climatológicos). También con cargo a fondos para eficiencia energética a otros les han comunicado que podrían beneficiarse de otras ayudas de la Junta de Extremadura, pero aún no saben nada.
Mientras, cada uno relataba ayer cómo había ido volviendo a la rutina tras haber reparado su casa durante los meses siguientes a la riada. Juan García, de la avenida la Constitución, donde el agua llegó a la altura de sus ventanas: «Tuvimos que estar cinco meses de alquiler porque en la casa no se podía vivir y el ayuntamiento nos pagó mil euros y después nos ingresaron, justo el viernes pasado, otros dos mil euros porque nosotros no teníamos seguro en la casa».
Paseo ahora
Paseo antes
Las ayudas concedidas por el Ayuntamiento han oscilado entre los 200 y los 2.000 euros como máximo, además de que durante los dos primeros meses se prestó un servicio de ropero y comida en aquellos hogares que no podían atender estas necesidades básicas tras el desastre, según cuentan los vecinos. Hay que tener en cuenta, según explican, que de los más de cien hogares afectados por el agua aproximadamente la mitad carecía de seguro de hogar.
Jesús Luis Villares, por ejemplo, había cancelado su seguro el año pasado en marzo y la riada ocurrió en diciembre. Además, en su caso la vivienda que tiene en la calle de Constitución solo la usa los fines de semana pues vive en Badajoz. Esto lo ha dejado fuera de toda ayuda, decía ayer indignado. «Tan solo Cáritas me dio 300 euros al principio para una lavadora. La riada me entró hasta el metro y medio de altura y me dejó sin muebles, electrodomésticos,... 23.000 euros me he gastado y no me han dado ni un euro y como yo hay seis o siete más en el pueblo.
A Baudilio Gutiérrez no le entró el agua por la calle Constitución, sino por la calle trasera Fray Alonso de Manzanete donde tiene el garaje, según explica por culpa de un muro al final de la calle levantado por un particular que impidió el desagüe, lo que terminó afectando a otros vecinos.
Él y su esposa sí han recibido algo de dinero para poder volver a su vivienda, aunque considera que insuficiente. Y es que tras aquel 13 de diciembre tuvieron que cambiar todo el suelo, las catorce puertas de su casa y la mayoría de muebles y electrodomésticos. «El seguro nos ha cubierto un 60 por ciento de todos los gastos, y el ayuntamiento nos dio 1.500 euros a los tres meses. Eso han sido todas las ayudas. Pero tenía dos coches casi nuevos y el seguro me dio por los dos 12.000 euros y ahora tengo solo uno que me ha costado 25.000 euros». A lo anterior su mujer añade que tuvieron que irse a vivir a un campo durante casi cuatro meses y volver todos los días a trabajar.
Ahora
Avenida de la Constitución antes
En cuanto a la ferretería Ferroca de Pilar Ramírez y Sixto Durán, donde los artículos flotaban literalmente aquel fatídico día, según relataba ella ayer «primero lo tuvimos que pagar nosotros todo y aunque el seguro puso algo, aún estoy peleando por los días que estuvo el negocio cerrado, de lo cual se está encargando mi hija, y del ayuntamiento poco me parece para los daños que hubo. Mil euros me dieron, pero a mucha gente les han dado dos mil, que era el máximo. Todavía tengo una pared afectada, pero para hacer esa obra tendría que cerrar unos meses y no puedo. Dicen que hay alguna ayuda pendiente de dar, pero nadie sabe mucho más».
Aquel fatídico 13 de diciembre en La Roca de la Sierra no hubo que lamentar daños personales, pero sí materiales. A los siniestros que el agua causó en los hogares ha habido que sumar los daños en infraestructuras públicas, las más llamativas sobre el puente de piedra y las dos pasarelas peatonales que ayudan a los vecinos a cruzar su pueblo a diario y que se quedaron sin barandilla. En los tres casos, la restauración tuvo lugar entre los dos y tres meses posteriores a la borrasca Efraín. Las pasarelas ya son nuevas y tienen un aspecto más moderno imitando a puentes de tirantas. Igualmente, el puente de piedra, único que admite tráfico, ya está en uso, aunque a pocos metros siguen los trabajos de restauración de los paseos cercanos al arroyo La Troya que se desbordó. Pero si hay un trabajo que fue muy demandado era la limpieza del cauce pues estaba muy extendida la opinión de que la maleza había causado un tapón aguas arriba que luego provocó una avenida repentina que causó aquel desbordamiento. Esa limpieza de la vegetación del cauce empezó hace meses y aún continúa con operarios municipales que este martes seguían desbrozando en un cauce donde también se han acometido obras sobre los colectores de aguas residuales.
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