El comienzo del verano en Extremadura dejó el primer ingreso por altas temperaturas en Cáceres. El afectado fue un vecino de Trujillo de 88 años, que fue trasladado en estado grave al Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres. A estas alturas de julio, ... la región ya suma 17 afectados y cuatro ingresos hospitalarios por las altas temperaturas.
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Sabemos que el calor extremo afecta seriamente a la salud, pero conviene conocer los síntomas para saber diferenciar dos estados en el organismo humano: el agotamiento del golpe de calor.
Tal como informa el Ministerio de Sanidad, se puede padecer agotamiento por calor cuando se siente dolor de cabeza, naúseas, mareo, vómitos, calambres musculares, cansancio, sudoración, piel fría, pálida y húmeda, pulso rápido y débil y fiebre por debajo de 40º.
En este caso, se debe cesar toda actividad, beber líquidos y refrescar el cuerpo. Si se nota indispuesto por el calor hay que pedir ayuda, y si los síntomas se agravan, consultar con el centro de salud o llamar al 112.
En este caso, debemos beber agua a sorbitos, moverte a un lugar fresco, aflojarse la ropa, aplicar paños húmedos o bañarse con agua fría. En caso de existir enfermedades crónicas, vómitos o los síntomas empeoran después de una hora, hay que buscar atención sanitaria de inmediato.
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La situación empeora cuando hay insolación o golpe de calor. Se produce cuando existe un aumento de la temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol o por hacer ejercicio físico en ambientes calurosos o con poca ventilación, de forma que el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen funcionamiento, explica Cruz Roja.
En estas situaciones, el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura por los mecanismos habituales como la sudoración por lo que se produce un aumento de la temperatura corporal. El golpe de calor puede presentarse en el momento o después de varios días de alta temperatura. Por eso, es importante estar alerta ante los siguientes síntomas:
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Puede no haber sudoración y la piel está muy caliente y seca, precisamente porque ya no hay sudoración. La piel está caliente y enrojecida, la respiración y el pulso está acelerado o fuerte, hay fiebre por encima de 40 grados, puede haber convulsiones, alucinaciones, irritabilidad o cambios del comportamiento y alteración del nivel de conciencia o desmayo.
Si nos encontramos ante esta emergencia, debemos que avisar rápidamente al 112. Mientras llegan las asistencias sanitarias, es vital bajar rápidamente la temperatura corporal de la persona afectada, debe hacerse incluso antes de su traslado al hospital. La persona debe estar en un lugar fresco.
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Para ello, la persona debe ser colocada a la sombra, en un lugar fresco, desvestida y enfriada con lo que se tenga a mano: compresas de agua helada, ducha de agua fría, envolviéndola en una sábana húmeda y poniendo un ventilador enfrente, etc.
No hay que proporcionar nada de beber.
Para prevenir el golpe de calor, se debe estar muy pendiente de las personas consideradas vulnerables por el Ministerio de Sanidad. Entre ellos se encuentran trabajadores al aire libre en las horas centrales del día, deportistas, mayores de 65 años, enfermos con patologías crónicas, lactantes y niños -especialmente menores de 4 años-, mujeres embarazadas, o personas que viven en entornos desfavorables o con movilidad reducida.
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Entre los consejos para prevenir los efectos del calor en la salud de estos colectivos, se aconseja visitar a las personas vulnerables o que viven solas en hogares calurosos. Hay personas que no pueden mantener una temperatura agradable en su vivienda debido a la pobreza energética. En caso de conocer a personas que puedan tener más riesgo, hay que recordarles las recomendaciones básicas frente a las altas temperaturas y supervisar su estado de salud.
En este sentido, es primordial mantenerse hidratado, bebiendo agua aunque no se tenga sed, comer ligero y con frecuencia. Además, es importante evitar las horas centrales del día y buscar la sombra o lugares frescos; hay que refrescarse, es conveniente vestir ropa ligera y poco ajustada, y usar gorro y gafas de sol.
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El Ministerio de Sanidad mantiene activo hasta el 30 de septiembre el plan de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud, que está disponible junto a un mapa de alertas.
Ese mapa personalizado por zonas rige las alertas por calor. Se trata de un mecanismo que da los avisos a las comunidades autónomas. Cuando haya impacto en salud por temperatura en una determinada 'zona climática de salud' -más detallado incluso que el mapa de provincias- se envía un correo a las comunidades autónomas con el nivel de alerta y ellas se encargarán de transmitir esta información. También se enviará a todos aquellos que se hayan suscrito al sistema de avisos, tanto ciudadanos como instituciones (residencias, centros sanitarios, etc.).
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Los expertos explican que las jornadas de calor extremo en sí mismas son un factor de riesgo para la aparición de serios problemas de salud o el agravamiento de dolencias preexistentes, pero sobre todo empeoran grupos concretos de enfermedades, disparando los ingresos por infecciones urinarias, cálculos renales, sepsis e intoxicaciones.
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