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«Iba a ser un desastre pero al final no hemos acabado mal». Guillermo Antón, director del hotel V Centenario de Cáceres, resume de esta forma el balance mayoritario que realiza el sector hotelero extremeño al cerrar una Semana Santa que pasará a la ... historia por ser una de las más lluviosas de la historia gracias a la borrasca Nelson. El agua, el viento, incluso la nieve... Extremadura ha logrado salvar, turísticamente hablando, la Semana Santa, una fecha clave para el sector turístico de Extremadura y que llegaba con magníficas previsiones. «Si no hubiera sido por el tiempo habría sido la mejor Semana Santa para nuestro hotel, superando a los dos últimas, que ya fueron muy buenas», sentencia Antón. «Se ha confirmado que la ocupación de plazas hoteleras ha sido alta y se ha confirmado que no se ha producido la avalancha de reservas de última hora», concreta Daniel de Lamo, director del Parador de Mérida.
En Mérida y Cáceres, los grandes núcleos turísticos urbanos de Extremadura, la ocupación media hotelera se fija por encima del 87% en el conjunto de la Semana Santa. «Hemos tenido un cien por cien hasta el miércoles pero en los días siguientes, Jueves y Viernes Santo y el fin de semana, no hemos podido llenar porque no ha habido ese cliente de última hora que se podía esperar sin lluvia», relata el director del hotel V Centenario de Cáceres. «En los días clave hemos estado al 95%. En el conjunto de la Semana, entre el 87 y el 90%. Son buenos datos. ¿Podían haber sido mejores?, Sí, claro, pero visto lo visto, y como se puso el tiempo....», sentencia De Lamo.
El sector hotelero señala, en el lado positivo de la balanza, que el temor de una sucesión de cancelaciones de reservas no se ha producido. Esa temida cadena no ha llegado. En Mérida y Cáceres calculan que, de forma general, las cancelaciones han rondado el 5% de las plazas comprometidas. «Al final el cliente ha venido, se ha movido. Buena parte de culpa lo tiene el hecho de que muchas de esas reservas eran no reembolsables, no se iba a devolver el dinero al cliente. Pero también hay que decir que el cliente tiene planificada desde hace tiempo salir en Semana Santa y al final acaba imperando la idea de salir de vacaciones unos días, dejar tu domicilio habitual a pesar del tiempo», relata Antón.
En el caso de los alojamientos rurales, Ignacio Lozano, presidente de Feextur (Federación Empresarial Extremeña de Turismo Rural), ese peligro de cancelaciones ha sido aún menor. «La ocupación media de los alojamientos rurales que formamos parte de Feextur ha sido del 84% en el conjunto de la región. No está mal. Y las cancelaciones no han superado el 2% del total de las reservas. Es un dato muy bajo», expresa Lozano en declaraciones a HOY.
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José Antonio Guerrero
Para el portavoz de Feextur, la ocupación de los alojamientos rurales cuando hay lluvia se resiente menos que la de los hoteles urbanos. «Si alquilas una casa rural y vienes con tu familia o sois varias, no te importa tanto estar dentro, con la chimenea encendida, y pasar bastantes horas en la casa que si estás en una habitación de un hotel, algo que la gente puede soportar peor», dice Lozano. En lo que coinciden en el sector hotelero es que las empresas de actividades de ocio para turistas sí que se han visto más dañadas con la climatología que hemos tenido esta Semana Santa.
Para el subsector de bares y restaurantes, la Semana Santa ha sido más compleja. Mejor, por un lado, bastante peor que otro. «Hay que matizar mucho. Quizás has tenido más gente durante más tiempo en el interior de los restaurantes pero hemos perdido casi toda las de la terrazas», resume Paulino Álvarez, presidente de Abacare, que es la Asociación de Bares, Cafeterías y Restaurantes de Mérida. Es el propietario del restaurante Rex Numitor en la capital de Extremadura.
«No hay que olvidar que sobre todo con la pandemia y tras la pandemia una parte muy importante de nuestro negocio está en las terrazas. Y aunque estén muchas cubiertas, cuando llueve y hace viento muy pocos deciden quedarse en ellas. Quizás se haya perdido el 50/60 % de los ingresos totales por unas terrazas vacías o casi vacías durante prácticamente toda la Semana Santa porque el tiempo apenas ha dado tregua esta semana», agrega Álvarez.
«Los restaurantes no pueden estar contentos. Han sufrido una merma de ingresos evidente porque las terrazas no han podido llenarse», refrenda Ignacio Lozano, de Feextur. «La gente se ha habituado ya a las terrazas, incluso en invierno, pero una cosa es que estés fuera con algo de fresco a que haga viento o lluvia. Para los bares y restaurantes no ha sido una buena Semana Santa aunque las personas hayan podido estar más tiempo en los interiores de sus locales y quizás consumir algo más. No ha compensado», concluye Lozano.
«Turistas ha habido. En Extremadura en general y en Mérida, por supuesto. La Semana Santa es una época muy fuerte para el sector y a pesar del agua la gente ha seguido viniendo. Pero para los restaurantes nos deja un sabor regular porque el servicio de terraza supone ya es una parte muy importante de nuestros ingresos y las terrazas no hemos podido aprovecharlas esta semana», lamenta Paulino Álvarez.
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