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El paso de La Burrita, de la Cofradía Infantil, en la rotonda de la Loba Capitolina con el Puente Romano y la Alcazaba al fondo. :: brígido
La Burrita brilló más que el sol

La Burrita brilló más que el sol

El intenso calor animó a miles de emeritenses a abarrotar las calles para presenciar dos procesiones con los niños como protagonistas

M. Ángeles Morcillo

Lunes, 10 de abril 2017, 08:54

Ya queda menos para el Domingo de Ramos del año que viene. Contando los días para que llegue la Semana Santa de 2018 deben estar ya los miembros de la Cofradía de la Sagrada Cena y Nuestra Señora del Patrocinio, que salieron ayer en la procesión que inaugura la Semana Santa emeritense. Es la primera y última vez que procesionan este año.

Con casi media hora de retraso, los pasos de la Sagrada Cena y Nuestra Señora del Patrocinio salieron de la parroquia de San José en un ambiente solemne y contenido y con bastante público para la hora que era y el sol que hacía. Con un calor que en ocasiones se hacía bochornoso y pesado de aguantar, los 45 costaleros del paso de la Sagrada Cena salieron en procesión acompañados por las melodías y marchas musicales de la Banda de Cornetas y Tambores de la Pasión de Mérida.

Tras él, y con la emoción de varias mujeres de la Cofradía, que se transformó en llanto en algunas de ellas, salió de San José la imagen de Nuestra Señora del Patrocinio, que era llevada por 35 valientes y esforzadas costaleras, muy aclamadas por la gente que seguía la procesión tanto a la salida como a lo largo de todo el recorrido. Las palabras de ánimo se sucedieron por todo el camino, lo que ayudó a algunas de ellas a seguir adelante en algún momento de decaimiento de fuerza.

La imagen de la Virgen salió de la parroquia con el acompañamiento musical de la Banda Municipal de Música de Llerena, una agrupación con excelentes músicos que interpretaron melodías conmovedoras y muy bien ejecutadas. Suenan exquisitamente bien. En algún momento del recorrido, como cuando bajaron por la calle Santa Eulalia, también complementaron el acompañamiento musical de la Virgen con sus voces, lo que arrancó los aplausos enfervorecidos de los cientos de personas que se congregaban para verla en este punto.

La Cofradía de la Sagrada Cena, que salió a las 17.25 horas de su parroquia, recorrió algunas de las calles de las inmediaciones del Teatro Romano y accedió al centro de Mérida, concretamente a la Puerta de la Villa, por la calle José Ramón Mélida.

Unas calles que, a pesar del calor a primera hora de la tarde, estaban abarrotadas, sobre todo de familias con niños. También había bastante gente de fuera y se notó mucho la afluencia de turistas que paseaban por Mérida y que se quedaron a presenciar las dos procesiones del Domingo de Ramos.

Cofradía Infantil

La segunda de las procesiones que salió ayer de procesión por Mérida fue la de la real Hermandad y Cofradía Infantil de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, Santísimo Cristo de la Injurias y Nuestra Señora del Rosario, de la Concatedral de Santa María. Eran poco más de las 18.30 horas cuando cientos de niños encabezaban un desfile multitudinario, sobre todo por los espectadores que congrega esta procesión todos los años.

Niños vestidos de nazarenos, pequeños, grandes y más pequeños, acompañados por sus padres y madres durante el recorrido, que llenaron las manos y los bolsillos de caramelos de otros niños que los observaban con la curiosidad de ser espectadores.

Una procesión que puso en la calle un único paso, pero suficiente para convertirse en una de las preferidas de la Semana Santa emeritense por la afluencia de público infantil. El paso de la entrada de Jesús en Jerusalén, o más conocida por todos como el paso de La Burrita, fue portado por 36 costaleros, y acompañado musicalmente por la banda de cornetas y tambores de la OJE de Mérida, que estaba junto a la cruz de guía, y la Agrupación Musical Nuestro Padre jesús Nazareno, procedente de Jerez de los Caballeros.

Esta procesión siempre congrega mucha gente a la salida de la Concatedral, ya que la complejidad de las maniobras que tienen que realizar los costaleros es grande por ser más altos los pasos que se sacan que el dintel de la puerta principal de la parroquia. Es emocionante ver el esfuerzo que hacen los costaleros que, milímetro a milímetro, miden sus pasos para no rozar el paso con ningún obstáculo.

Esta, la de la Cofradía Infantil, fue la primera procesión de la Semana Santa emeritense que estrenaba el nuevo vallado instalado en los alrededores de la Concatedral de Santa María.

Un vallado que en algunos momentos causó algún que otro problema. Se dio el caso de gente que se había colocado, con bastante antelación, detrás de él para ver en primera fila las procesiones y que, a causa de personas que se ponían delante de él no pudieron ver los desfiles como se proponían después de estar, según estos, mucho tiempo cogiendo un buen sitio.

Esto provocó algunas situaciones incómodas y de mal gusto entre varias familias que llegaron incluso a increparse a cuenta del lugar escogido para ver la Semana Santa.

Por lo demás, fue un desfile para el disfrute general. En el que el buen tiempo acompañó, incluso hizo excesivo calor a primera hora, pero que propició que salieran a la calle miles de emeritenses para admirar los primeros desfiles procesionales de esta Semana Santa que, este año, tiene más aspiraciones internacionales que nunca.

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