Santo Entierro. :: karpint

A las siete de la mañana sale de la Catedral hacia el Calvario el Vía Crucis

El Vía Crucis parte de la Catedral

ELADIO PANIAGUA SIMÓN

Viernes, 14 de abril 2017, 13:22

Desde que se construyera el Calvario allá por el siglo XVII y con las primeras luces del alba de hoy, Viernes Santo, la Cofradía de la Santa y Vera Cruz y por iniciativa de los franciscanos descalzos, que tenían su convento en lo que hoy es la hermosa avenida de Alfonso VII, se viene realizando este piadoso Vía Crucis. En él, la Madre Dolorosa, transida de dolor, acompaña a su hijo, el Nazareno, entre un gran número de gargantas ahogadas, repletas de sentimientos al contemplar el demacrado y jadeante rostro de Cristo y las desconsoladas lágrimas que se deslizan de los ojos de la Madre. Una escena llena de devoción y silencio por el drama de la pasión, donde un grupo de voluntarios laicos proclaman las catorce estaciones, al tiempo que el pueblo canta viejas tonadas alusivas a la Pasión de Cristo.

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El Vía Crucis parte de la Catedral, recorriendo las calles Alojería, rúa de los Paños, plaza de la Cava, Puerta de San Francisco ( salida ), plaza del Rollo, Encierro, avenida Sierra de Gata, Isabel La Católica, avenida Alfonso VII, Calvario, avenida de Alfonso VII, Isabel La Católica, avenida Sierra de Gata, avenida de Extremadura, Corredera, Puerta de San Pedro (entrada), plaza de San Pedro, Monjas, plaza de España y plaza de la Catedral.

Santo Entierro

Organizado por la Unión de Cofradías Penitenciales y a las 19.30 horas, partirá en el crepúsculo del Viernes Santo, el desfile procesional del Santo Entierro, con el Santo Cristo del Descendimiento, noble escultura del siglo XVII, en una rica urna dieciochesca, con semicolumnas salomónicas y vanos de medio punto acristalados, y que, en otros tiempos, representó el Descendimiento en la Puerta del Perdón de la catedral, acompañado por todas las cofradías penitenciales que vestirán la indumentaria propia de cada cofradía. En este drama consumado y llena de dolor le acompaña Nuestra Señora la Virgen de los Dolores. Las diferentes cofradías, ataviados los hermanos cofrades con sus hábitos procesionales, portan el Santo Sepulcro, tras la agonía padecida por Cristo en la Cruz, al toque de los tambores que tañen en señal de duelo por la pérdida del Hijo de Dios yacente. El pueblo asiste a este acto sacro y penitencial, con gran recogimiento, reflexión y respetuoso silencio.

Procesión del Silencio

A las 23.30 horas y organizado por la Cofradía de la Santa y Vera Cruz, procesiona este paso titular de esta congregación que se corresponde con la imagen de vestir de la Virgen de los Dolores, talla del siglo XVIII que, en riguroso luto, es acompañada por el pueblo devoto en su soledad, en una mudez silenciosa que rasga la noche del Viernes Santo por las calles de la ciudad. En este peregrinaje del silencio, la Virgen sola e impotente, con su mirada y sus lágrimas, confirma, fortalece y participa del drama de la cruz, ya que ella y su hijo engendraron una vida redimida, ya nunca amenazada por la muerte.

La procesión de la Soledad parte y llega a la Catedral, donde finalizará con el canto de La Salve.

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