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JAVIER SÁNCHEZ PABLOS
Domingo, 31 de marzo 2019
La Semana Santa ya está a la vuelta de la esquina. Prueba de ello es que ayer resonaron por las calles tambores y cornetas de la agrupación musical del Santísimo Cristo a la Columna 'El Amarrado' de Ávila. Fue una de las propuestas previas al pregón de la Semana Santa organizado por la Junta de Cofradías y que se celebró en la iglesia de San Francisco. Esa intervención principal corrió a cargo del sacerdote trujillano, Pablo Panadero, actual capellán y párroco castrense de la ciudad y provincia de Málaga.
Antes de ese pregón, el alcalde, Alberto Casero, en su intervención, abogó por la unidad y el trabajo en grupo. «Trujillo será más grande cuanto más unido esté». Aseguró asimismo que la Semana Santa y Trujillo está por encima de cualquier interés personal. El primer edil, además, salió en defensa de la fe, las ideas y los valores, sobre todo, ahora, que existe un revisionismo histórico. Recordó igualmente que, desde el Ayuntamiento, se ha trabajado para que la Semana Santa siga viva en la ciudad. En este sentido, recordó que además de ser una expresión de sentimiento y devoción, es un importante motor económico y turístico para el municipio.
Por su parte, el presidente de la Junta de Cofradías, Javier Torres, recordó que esta organización ha sido mermada por la dimisión de una cofradía. «Solo deseamos que el tiempo cure las heridas y ponga el tiempo a cada uno en su lugar en la historia». En este sentido, afirmó que se tienen los brazos abiertos, siempre que se acaten las normas. Javier Torres, además, tuvo palabras especiales de agradecimiento para dos personas que han formado parte de la directiva de la entidad. Uno de ellos es Ramón Ramos, que por cuestiones de salud lo ha tenido que dejar. El otro es Manuel Quesada, que abandonará ese cargo de responsabilidad. Por el trabajo realizado, solicito que fueran nombrados socios de honor.
Tras estas intervenciones, se dirigió al numeroso público el pregonero. Pretendió que su intervención fuera un «aldabonazo al corazón del cristiano, en un mundo convulso cada vez más alejado de Dios». Recordó ese resurgir de la Semana Santa trujillana desde la última vez que la vivió él en su ciudad, en 1976. Asimismo, defendió la presencia de la vida cristiana no solo en Semana Santa, sino también durante el año. «Qué queda al final de tanto esfuerzo, sacrificio y empeño», se preguntó. Además, resaltó el valor de las imágenes, porque son símbolos de amor y fe. Terminó alabando el papel de tantas mujeres trujillanas, que han sido ejemplos de esfuerzo.
El acto se completó con el reconocimiento a personas que han trabajado por la Semana Santa. En esta ocasión, los homenajeados fueron los sacerdotes José Conde y Vladimir Sánchez, así como Jesús Íñigo y los hermanos Carlos e Ismael Maldonado, junto a Ernesto Rozas, a título póstumo.
El acto terminó con el recital de la banda de cornetas y tambores Santísimo Cristo a la Columna 'El Amarrado' de Ávila.
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