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Juan Carlos Ramos
Miércoles, 27 de marzo 2024, 08:53
Lo intentó hasta el último momento, pero no pudo ser. La Cofradía de la Columna, protagonista en la procesión del Martes Santo, decidió suspender su salida a causa de la amenaza de lluvia. De esta forma, los pasos de la Flagelación, del Cristo y de la Dolorosa de San Nicolás se quedaron sin recorrer el itinerario previsto. Debían salir desde del templo cofrade de Santo Domingo, al mismo tiempo que jinetes y romanos debían cruzar el cañón del Palacio de Mirabel, y seguir su recorrido habitual: plaza de San Nicolás, calle Blanca, plaza de la Catedral, Santa Clara y el Rincón de San Esteban, por el que la procesión tenía que acceder a la Plaza Mayor. Desde ahí, donde debía dar una vuelta completa, regresaría por la Rúa Zapatería.
Nada de eso sucedió. Y eso que, a la hora prevista de la salida, apenas llovía. Si acaso, unas pocas gotas hacían florecer los paraguas de los placentinos. Pero ya lo avisó María Victoria Rodríguez, presidenta de la Cofradía de la Columna: «Si llueve, o incluso si solo chispea, se suspende».
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La lluvia era tan tenue, a veces inexistente, que cofrades, costalero, jinetes y músicos se concentraron como si en realidad fueran a salir. En el interior de la iglesia de Santo Domingo, aguardaban los 300 cofrades vestidos con túnica blanca, capa canela, caperuz blanco, cíngulo amarillo y guantes blancos. Junto a los pasos, los 90 costaleros hacían pruebas de carga.
Unos 200 metros más hacia el norte, en el cañón del Palacio del Marqués de Mirabel, esperaba el escuadrón de lanceros, procedente de Sevilla, que debía abrir el desfile. Los caballos de la Policía Nacional aguardaban bajo el arco.
Y en la plaza de San Vicente Ferrer, unas 2.000 personas desafiaban a las gotas de agua. Lo hacían porque les habían dicho que esperaran, que la procesión iba a salir, aun con veinte minutos de retraso, pero que iba a salir. La idea era acortar el recorrido y aprovechar que los pronósticos del tiempo daban una tregua.
No hubo que esperar a las 21.20. A eso de las 21.10, la Cofradía de la Columna decidió suspender la procesión y activar el plan B. Eso era un pequeño acto litúrgico de media hora en el interior de la iglesia de Santo Domingo, con capacidad para poco más de 120 personas. La banda de música gozó de casi todo el protagonismo.
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