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Detrás de Santa María apuraban el bocadillo Jaime Romero, Pablo Caro y Enrique Barrero el viernes por lanoche. Seni, el nuevo representante del Calvario, recoge las bolsas y repite una y otra vez a los chicos que se coman un plátano. Potasio en vena para la última de la noche.
No esconden su cansancio los tres amigos. Han bajado del Calvario sofocados de calor cuando aún no se habían recuperado del Martes Santo y casi sin respiro de nuevo preparan el costal para volver al Calvario.
Andan cortos de costaleros las cofradías de Mérida. Y algunos jóvenes han acudido a la llamada de amigos y familiares para completar cuadrillas. Los novatos y debutantes han salvado muchas este año.
Jaime, Pablo y Enrique se han calzado tres procesiones en cuatro días. Sorprende el aguante de Jaime. Peso pluma de sesenta kilos. Algo más rehechos Pablo y Enrique. Pesos medios de setenta. Los tres han estrenado su mayoría edad para ejercer de costaleros. Pablo dice que siempre le atrajo lo de ser costalero. Nazareno desde la cuna en Jerez de los Caballeros. En los catalinos. Sacó el Marte el Nazareno y el Viernes a Los Dolores y La Soledad. «El martes, al principio costó un poco, pero luego bien». Le mueve la fe y bajo los pasos se ha acordado mucho de sus abuelos.
A Jaime le fichó Arriaza, del Calvario. Le llamó porque se conocían de la Cruz de Mayo. «No es algo que ha surgido de imprevisto, yo desde pequeño quería estar aquí». Le ha sorprendido la cantidad de amigos con los que se ha reencontrado y el ambiente de hermandad.
Tanto Enrique como Pablo querían salir en 2020. Ya tenían edad para hacerlo, pero la pandemia ha retrasado su estreno. Por eso se pusieron en contacto con el Calvario cuando vieron el llamamiento para completar el Martes Santo. Repetirán en 2023. Y recomiendan la experiencia a los jóvenes que viven despegados de las hermandades. «Se te viene el mundo encima cuando estás debajo de un paso, vamos oscuras y no vemos nada, pero escuchas a la gente y te emocionas. Yo lo recomiendo», cuenta Pablo. Y sentencia Enrique. «Es una experiencia única, lo sufrimos pero lo disfrutamos». Descanso ganado por este año.
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Lucía Palacios | Madrid
María Díaz y Álex Sánchez
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