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Juan Carlos Ramos
Jueves, 28 de marzo 2024
Otra vez el temporal jugó una mala pasada a la Semana Santa placentina. Estaba previsto que este Jueves Santo salieran de Santo Domingo hasta tres ... procesiones y, al final, solo los cofrades de la Hermandad de la Santa Vera Cruz –que no sus pasos– pudieron asomarse a la calle gracias al protocolo de agua que figura en sus estatutos.
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El temporal no arreció en Plasencia desde primera hora de la mañana y para nadie cayó de sorpresa que las procesiones se fueran suspendiendo una detrás de otra. Eso sí, a pesar de la tristeza de no poder procesionar, no faltó la emoción que brindaron las agrupaciones musicales de las diferentes hermandades. Se unieron al balanceo de los pasos y las oraciones para dotar al interior de Santo Domingo de un ambiente casi épico.
La Hermandad de la Sagrada Cena estaba llamada a salir a las 19.30. Su procesión la debían de protagonizar sus dos pasos: la Sagrada Cena y Nuestra Señora del Amor. Había entre 250 y 300 cofrades vestidos con túnica blanca.
Hubo carga y descarga de los pasos gracias a unos 30 costaleros. Y también la música de la agrupación de la propia hermandad de la Sagrada Cena, que brilló con luz propia.
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A las 21.00 era el turno de la Hermandad de la Santa Vera Cruz, que debía procesionar con cinco pasos y 120 costaleros: el primero, el niño Dios con la cruz del porvenir, que es un paso infantil, seguido por la Presentación de Nuestro Señor Jesucristo al pueblo, conocido popularmente como el Balcón de Pilato. Después irá el Misterio de la Santa Faz y, por último, el Cristo de los Cordeles.
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No salieron a la calle y se activó el protocolo de agua. A las 21.07, previo Padre Nuestro, salió a la calle una comitiva con cruz de guía, faroles y todos los hermanos mayores de 18 años con un cirio. A ellos, se sumaron varios pequeños. Siguieron el mismo recorrido, pero la procesión no llegó a una hora de duración.
Por último, la Venerable Orden Tercera Dolorosa de la Cruz también tuvo que dejar en Santo Domingo sus dos pasos: el Cristo del Perdón y la Dolorosa de la Cruz. «Duele mucho trabajar muchos años y quedarse en el templo», decía su presidenta. Tras unas oraciones, la música corrió a cargo de la escuadra de tambores de la propia cofradía.
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