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En la Plaza de Santa María de Cáceres se palpaban este Martes Santo los nervios y la ilusión de las primeras veces. En el patio del Palacio Episcopal los integrantes de la cofradía de Jesús Despojado se disponían, pasadas las ocho de la tarde, a disfrutar de una jornada histórica. Seis años después de la fundación de esta hermandad –la más joven de la ciudad– y después de dos años de pandemia, su momento había llegado.
Ni la alta probabilidad de lluvia que los portales meteorológicos daban para la capital cacereña hicieron a esta hermandad tirar la toalla. Pudieron las ganas. A las ocho y veinte, diez minutos antes del inicio del desfile, Alberto Portillo, hermano mayor de Jesús Despojado, reunió a sus cofrades para indicarles que la intención era salir a la calle, pero que el inicio de la procesión se demoraría unos minutos para ver la evolución de las nubes. «Que sí salimos», se animaban unos a otros entre abrazos. Y, sí, efectivamente, la procesión salió a las 20.45 ante una Plaza de Santa María que se llenó para seguir el debut de la cofradía número 17 de la Semana Santa cacereña.
Las otras dos procesiones previstas en la ciudad durante la jornada del Martes Santo, en cambio, se han suspendido. Lo hizo primero la cofradía de los Ramos, que tenía prevista su salida de la parroquia de San Juan a las 20.30 horas, la misma hora que la cofradía del Despojado. En ese momento no llovía en Cáceres, pero los pronósticos no eran demasiado buenos. Y prefirieron no arriesgar. No obstante, la cofradía de los Ramos, que también protagoniza la procesión de la Burrina del Domingo de Ramos, vuelve a salir este miércoles a las calles con la Virgen de la Esperanza, ya sin nubes en el frente.
También optó por suspender su procesión la cofradía del Cristo del Amparo, que comunicó su decisión a las nueve de la noche, dos horas antes del inicio de su desfile, que parte desde su ermita (situada en la carretera de la Montaña) y desciende hasta San Mateo. Hay tramos de recorrido sin techo bajo el que buscar cobijo y se apostó por permanecer en casa. Ambas hermandades, Ramos y Amparo, realizaron actos religiosos dentro de sus respectivos templos.
Mientras tanto, Jorge Sánchez y el resto de cofrades del Despojado cumplieron su sueño de salir a la calle con la talla hecha por Juan Jiménez y Pedro Porras y de introducir en Cáceres una nueva forma de sacar las imágenes: a doble hombro o falso costal. Santa María les recibió con un aplauso. Al cierre de esta edición, la procesión continuaba.
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