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Hasta el Jueves Santo todo había resultado perfecto en la Semana Santa de Mérida meteorológicamente hablando. Incluso el sol brilló algunas tardes cuando las procesiones hacían su penitencia. Pero llegó el Viernes Santo y la lluvia, tan anunciada días antes, quiso ser la protagonista de las procesiones, aunque no lo consiguió por completo. Algunos desfiles acortaron y modificaron su recorridos, otros se desplazaron de lugar de celebración, pero ninguno de los fieles comprometidos con las cofradías y hermandades del Viernes Santo quisieron dejar solos los pasos.
La Cofradía Ferroviaria decidió ser valiente y salir, pero al final, a causa de la lluvia tuvo que recogerse antes de lo previsto.
El Santo Entierro desafió los nubarrones del cielo y, seguido de gran cantidad de fieles, pisó el asfalto mojado. Por su parte, la Soledad partió a las 00.00 de la Ermita del Calvario y, según informó la Junta de Cofradías recorrió la calle San Salvador, Luis Chamizo, Muza y Calvario.
El Vía Crucis se decidió celebrar, pero esta vez no fue en el Anfiteatro, totalmente encharcado. El Cristo de la O no salió de Santa María.
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