![Puesta a punto de los costaleros antes de la hora del desfile, que después se suspendió.](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202204/11/media/cortadas/ss%20(17)-kk3F-U1601641581516rEF-1248x770@Hoy.jpg)
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Hay reencuentros dolorosos por las ausencias de los que ya no están. Después de una pandemia, las cofradías echan en falta a esos hermanos que han fallecido en estos dos últimos años. La hermandad de la Salud recordó este lunes a Paco Jimeno, costalero y uno de los fundadores de la cofradía, que perdió la vida en 2020 por coronavirus.
Una placa inmortaliza bajo el paso del Cristo de la Salud el lugar que ocupaba el cofrade. «En memoria de Francisco Jimeno Pascual. Hermano fundador y hermano de honor de esta franciscana hermandad Salud y Estrella. ¡Paco, que voy a llamar! ¡Todos por igual!», reza el texto, que también hace referencia a la particular comunicación que se establece bajo el paso entre el capataz y los costaleros a la hora de avanzar en una procesión.
Más allá de los recuerdos, la lluvia marcó la jornada del Lunes Santo en Cáceres. Tanto, que tuvo a la cofradía de la Salud y a la de Batallas, las dos hermandades que protagonizan la jornada inaugural de la semana, con el corazón encogido hasta última hora. Había muchas ganas de salir, después de dos años sin procesiones por el coronavirus, pero no pudo ser. Los dos desfiles se suspendieron y, en su lugar, se celebraron sendos actos en el interior de los templos a los que están vinculadas ambas hermandades: Santo Domingo y la Concatedral de Santa María, en pleno corazón monumental.
A las ocho tenía prevista su salida la cofradía de la Salud desde Santo Domingo. Llegada la hora, la hermandad decidió esperar a las ocho y media para tomar una decisión y ver cómo evolucionaban las nubes. Llegó el momento y, entonces, Eduardo Martín, capataz de la Virgen de la Estrella, salió para anunciar que sí, que la procesión saldría a las nueve menos cuarto y con un recorrido recortado. Aplaudió entonces la decisión el público que para entonces se agolpaba en Santo Domingo, aunque el cielo no estaba nada despejado ni parecía que dejara de estarlo en breve.
Los planes de la Salud eran subir hasta la plaza de la Concepción, seguir por General Ezponda, pasar por la plaza Mayor, ascender por Pintores y tomar la calle Moret para retornar así a la plaza de Santo Domingo. Pero al final no pudo ser. El agua no dio tregua y se optó por hacer un acto dentro de la iglesia, abierto al público.
Batallas tardó menos en tomar su decisión. A las nueve estaba prevista su salida y a las nueve y cuarto ya había trascendido la cancelación del desfile. Esta hermandad también hizo un acto dentro de la iglesia, pero en esta ocasión estuvo cerrado al público, que no pudo acceder la interior de la Concatedral de Santa María.
Era una edición especial para esta cofradía porque una de sus imágenes titulares, la del Cristo de las Batallas, acaba de ser sometida a una restauración. La lluvia, el Lunes Santo y Batallas suelen coincidir con frecuencia en la Pasión cacereña y se echan un pulso. Ganó el agua.
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