Miles de placentinos se echan a la calle para recibir a la Borriquita aprovechando el buen tiempo

La Semana Santa placentina de 2025 ha comenzado con fuerza este Domingo de Ramos, protagonizado por un momento destacado: la salida procesional de La Borriquita, que ha congregado a miles de personas.

La jornada comenzó con la tradicional misa del Domingo de Ramos, celebrada a mediodía en la Catedral y presidida por el obispo Ernesto Brotóns. La eucaristía estuvo acompañada por una gran afluencia de fieles que llenaron el templo con palmas y ramas de olivo en mano, esperando la bendición litúrgica que conmemora la entrada de Jesucristo en Jerusalén.

Aunque la salida de la procesión de La Borriquita estaba prevista para las 13:00 horas, no fue hasta las 13:29 cuando el paso cruzó la puerta de la Catedral. La imagen fue portada por los 24 costaleros de la Hermandad de Nuestro Señor Jesucristo en su Entrada Triunfal en Jerusalén, quienes asumieron el reto sin posibilidad de relevos durante todo el recorrido.

El cortejo lo encabezaba un joven de 11 años, encargado de portar la Cruz de Guía, seguido por unos 50 niños y niñas, en su mayoría del colegio Madre Matilde, aunque también se unieron pequeños pertenecientes a otras cofradías. Completaban la comitiva la corporación municipal, prácticamente al completo, con el alcalde Fernando Pizarro al frente, acompañado por el inspector jefe de la Policía Local, José Antonio Díaz.

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La climatología acompañó durante la procesión, con calor, pero con alguna nube que refrescaba la procesión, lo que facilitó el recorrido pero no evitó que los costaleros tuvieran que realizar un gran esfuerzo físico. La falta de relevos se hicieron notar en varias pausas necesarias para recuperar fuerzas, pero la experiencia acumulado permitió que la procesión completara el recorrido en bastante menos tiempo que el año anterior.

La entrada del paso en el templo de Santo Domingo fue recibida con emoción por los cofrades y por la presidenta de la Hermandad, que valoró el esfuerzo de todos los implicados y el hecho de haber podido mantener la tradición ininterrumpida durante dos décadas.

Muchos de los costaleros concluyeron la procesión exhaustos, con signos evidentes de sobrecarga muscular, pero satisfechos por haber culminado el recorrido. A lo largo del trayecto, recibieron constantes muestras de apoyo y aplausos del público, que se congregó masivamente en puntos clave como la plaza de la Catedral, donde se estima que unas 2.000 personas presenciaron la salida del paso.