: M. ÁNGELES MORCILLO
MÉRIDA.
Martes, 16 de abril 2019, 09:10
Cuando el paso de Nuestra Señora del Rosario asomaba por la puerta principal de la Concatedral de Santa María aún era de día. Las últimas luces de la tarde del Lunes Santo daban la bienvenida a la única procesión que salió ayer en Mérida. Sin temor a la lluvia, al frío o al viento, pudo lucirse ante los fieles por las calles de Mérida.
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Pero ayer sí fue necesario tirar de chaqueta. Sobre todo bien entrada la noche. Nada que ver con los agobiados nazarenos, penitentes y costaleros del Domingo de Ramos, que sufrieron el bochorno que antecede a una ya más que anunciada borrasca.
Miles de emeritenses se echaron ayer a la calle para ver de nuevo a la Cofradía Infantil, que ya debutó el primer día de la Semana Santa con su Borriquita.
Esta segunda procesión tuvo, sin duda, una gran protagonista. La Virgen del Rosario tuvo su momento de gloria nada más salir de la Concatedral. Las voces del Coro de Mérida le cantaron una salve que encumbró, más si cabe, su imagen. Los que pudieron escucharla sucumbieron a su letra. La emoción sobrecogió el ambiente por unos minutos al escuchar Rosario, Rosario, Rosario...
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