Detalle de una colmena fundida por el calor. HOY

La sequía, el calor y los abejarucos arruinan la campaña de miel en Extremadura

Hay colmenas que se han fundido por las altas temperaturas y abejas que se han asfixiado en el interior por la falta de agua

Lunes, 19 de septiembre 2022, 07:02

«No va a haber cosecha de miel de verano en Extremadura», así de claro se muestra Fernando Molina. Este apicultor emeritense es partidario de ... no retirar la poca producción que tienen las colmenas para que las abejas puedan alimentarse y sobrevivir a los meses de invierno.

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Normalmente se realiza una recogida de miel en septiembre, que este año será prácticamente nula porque el año ha sido realmente complicado debido a la sequía y a las olas de calor. «Es una catástrofe importante, la gente está desesperada; la producción va a ser cero», insiste Paulino Marcos, presidente de la asociación de apicultores de Cáceres.

Quizá los productores que han hecho la trashumancia puedan recolectar algo. «A lo mejor, un 20% de la producción habitual, con lo que no van a cubrir los gastos del desplazamiento», añade Molina.

«En Extremadura no va a haber cosecha este verano; además yo soy partidario de que la poca miel que haya se deje para que las abejas coman en invierno»

Fernando Molina

Apicultor

«Estos años tan secos, los únicos insectos que hay en el campo son las abejas, por lo que los abejarucos, que cada vez hay más, no tienen otro alimento»

Paulino Marcos

Apicultor

La reducida floración de los eucaliptos provocada, principalmente, por la escasez de lluvias en junio y julio es una de las causas por las que las colmenas no se han llenado cuando correspondía. Pero no es la única. A lo largo de todo el año se han juntado varios factores que han reducido la producción de miel. «Las fuertes variaciones de temperatura en primavera hicieron que se adelantaran las colmenas por el calor, pero al no llover se recolectó muy poca miel de primavera», afirma este apicultor.

La ausencia de precipitaciones redujo la cantidad de polen en primavera. «Las flores han tenido muy poco alimento para las colmenas», añade Molina.

La persistente sequía también complicó los siguientes meses. «La ola de calor continua y los abejarucos (un pequeño pájaro que se alimenta de insectos, sobre todo de abejas) han sido el remate», según Marcos.

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Estos pájaros han ejercido una gran presión sobre las abejas. «En años tan secos, los únicos insectos que hay en el campo son las abejas», detalla Marcos, para explicar el motivo por el que las colmenas han sufrido tantas bajas.

Los abejarucos son una especie protegida, por lo que los empresarios del sector denuncian que se ven maniatados a la hora de actuar contra ellos y que campan a sus anchas. «Cada vez hay más», dice molesto el presidente de los apicultores cacereños.

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Tanto es así, que con su canto tienen aterrorizadas a las abejas y estas no salen a por agua y alimento. «Llevan casi dos meses encerradas y comiendo como si fuera invierno», lamenta Molina.

Asfixiadas en el interior

Eso afecta en tres aspectos diferentes. El primero es que las colmenas no han podido refrescarse durante los momentos de más calor y en un elevado porcentaje se han fundido; hay apicultores que han perdido el 50% de sus colmenas ya que sus abejas se han asfixiado en el interior.

Por otro lado, los abejarucos han complicado que se haga la reposición de reinas en las colmenas que lo necesitaban. «La fecundación de las abejas se hace en vuelo y los pájaros no lo han permitido; eso nos va a suponer un problema a futuro», advierte este experto.

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Por último, los apicultores detectan que en las colmenas no hay suficiente miel para todo el invierno, ya que las abejas llevan varias semanas comiendo dentro. Los empresarios apícolas, además de no recoger producción, van a tener que comprar alimento para que puedan sobrevivir sus animales. «Es una especie de pienso con fructosa y glucosa, que es caro», declara Molina, que cree que habrá muchos productores que pierdan sus colmenas este invierno.

Una de las soluciones en el medio plazo que propone este apicultor es cambiar algunos modos tradicionales de actuar. Molina le ha dado este año a sus colmenas una pintura especial contra el calor. «Habrá que ir hacia un tamaño más reducido de las colmenas para que las abejas tarden menos en llenarlas y se puede recolectar algo de miel», considera este apicultor, para añadir que el cambio climático supondrá que las colmenas necesiten agua y sombra permanente.

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Colmenas en Las Hurdes rodeadas de terreno quemado. HOY

Los incendios hicieron mucho daño en Las Hurdes

Uno de los sectores que se han visto perjudicados por el gran incendio de Las Hurdes de este verano ha sido el apícola. Entre las colmenas que arrasó el fuego que se inició en la alquería de Cabezo y las que se quemaron en los incendios forestales de Zamora, donde algunos ganaderos estaban haciendo la trashumancia, los apicultores extremeños perdieron más de un millar de colmenas. Ademas, las zonas que fueron pasto de las llamas van a tardar en recuperarse, por lo que las abejas tendrán más dificultades de las habituales para encontrar alimento en las próximas campañas. «No aprendemos con los fuegos de un año para otro», lamenta Paulino Marcos, presidente de los apicultores de Cáceres.

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