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Hay terapias con células madre que pueden curar enfermedades graves. Estas células se encuentran en el cordón umbilical que une a una madre y su ... hijo, cordón que suele acabar en la basura del paritorio junto a la placenta. Otras veces se activa el protocolo para su donación a un banco público. Pero, antes que encomendarse a una red de donantes, cada vez más personas prefieren pagar por guardar sus propias células madre para poder hacer de ellas un uso propio. De esto último se encargan los comerciales de los laboratorios privados.
El caso más conocido es el de los actuales reyes de España, que en 2006 congelaron en un banco de Estados Unidos las células madre de su hija recién nacida, la entonces infanta Leonor, por si hubiera que afrontar futuras enfermedades. «Se trata de una práctica habitual», explicó el portavoz de la Casa Real.
Sea común o no, el Tribunal Supremo ha reconocido este mes el derecho de una paciente extremeña de la sanidad pública a decidir el destino de sus células madre. La sangre de su cordón umbilical la guardará ella a su nombre en un banco privado, siempre asumiendo esta persona el coste. La sentencia supone un punto y aparte en la gestión de este tipo de material biológico que genera, solo en Extremadura, entre quinientas y ochocientas donaciones altruistas al año.
Ahora al Servicio Extremeño de Salud (SES) se le presenta un problema, el de firmar un convenio con bancos de tejidos privados por si otra persona que dé a luz en alguna de sus ocho maternidades públicas decide guardar sus células madre en un banco privado. La sentencia obliga al SES a garantizar la transición desde la sala de parto del sistema público hasta el operador privado en que confíe la paciente. Preguntado el SES sobre qué pasos dará en este sentido, este diario no ha recibido respuesta.
Yeray Alvarado
Abogado de la paciente
Otras comunidades autónomas, como Andalucía, Madrid, Canarias o Castilla la Mancha, ya permiten esta práctica a la que el Servicio Extremeño de Salud se negó en un principio. Su argumento fue que no lo consideraba prioritario. También defendió que «reservar esa sangre para un hipotético e improbable uso personal sería negar a un paciente enfermo una ayuda actual que pudiera obtener si dicho almacenamiento se hiciera en bancos públicos y violaría, por tanto, de lleno, los principios de altruismo, solidaridad y equidad en la donación».
Sin embargo, la sentencia del Supremo ha concluido que si las comunidades autónomas se niegan a firmar dicho protocolo esto avoca a las usuarias a «prescindir» de la sanidad pública y tener que acudir a la privada para ser asistidas en el parto. La realidad en Extremadura de todos modos es que solo hay una clínica privada que realice partos, en Badajoz, y no tiene autorización del SES para extraer cordón umbilical, ya sea con destino a un banco público o privado, por lo que solo el sistema público ampararía el deseo de una paciente de conservar sus células madre.
Yeray Alvarado, abogado de la paciente, con despacho en Las Palmas de Gran Canaria, defiende que «guardar el cordón umbilical y su sangre permite que tu bebé pueda aprovecharse en el futuro de los avances en medicina celular», por lo que no le vale el argumento de que en la actualidad las posibilidades de que la misma persona pueda aprovechar sus propias células son mínimas.
Según explica, el primer intento para que el sistema público coordinase la llegada de los cordones a bancos privados fue de una empresa del sector en Galicia. La Justicia le denegó la petición, pero dejó la puerta abierta a que esa reivindicación la hiciera una parturienta. Es lo que ha ocurrido con esta madre extremeña que quiere hacer lo que se denomina un uso autólogo eventual de su cordón.
Hasta ahora, las donaciones en España se organizan de manera alogénica, esto es, para otro paciente y desde el anonimato en origen y destino prácticamente en la totalidad de los casos, lo que subraya la solidaridad del acto.
La sangre del cordón umbilical será criopreservada para el eventual trasplante de cualquier paciente anónimo del mundo que lo precise sin otra preferencia que la compatibilidad. Aunque hay excepciones y los bancos públicos permiten guardar la sangre del cordón umbilical de forma dirigida y para uso exclusivo de un familiar (hermano, padre o madre) que padezca una enfermedad subsidiaria
La sentencia del Tribunal Supremo ha revisado esta manera de proceder al reconocer el derecho a una paciente extremeña de la sanidad pública a decidir que el destino de las células madre de la sangre de su cordón umbilical fuera a parar, en este caso concreto, al banco privado de tejidos Sevibe Cells, que consta en el registro de centros autorizados por el Ministerio de Sanidad.
Hay empresas de este tipo que cobran a partir de 1.500 euros por conservar este tipo de células más valiosas que el resto por un periodo que oscila entre los 20 y los 30 años, según la publicidad que hay dispersa por Internet.
La mujer que protagoniza la sentencia estaba dispuesta a asumir todo el coste del proceso, desde el de realizar el corte y punción que conlleva esta operación básica que en la mayoría de los casos no es más que retirar un desecho quirúrgico. La paciente aportaría después la logística necesaria para preservar y transportar sus células madre hasta ese banco privado. Pero para ello, es necesario que «el procedimiento de obtención, empaquetado, etiquetado, mantenimiento y transporte hasta dicho centro deberá constar en un documento acordado entre la unidad de obtención y el establecimiento de tejidos», según el artículo 11.3 del Real Decreto-ley 9/2014, de 4 de julio que regula esta materia.
Como el Servicio Extremeño de Salud se negó inicialmente, el abogado de la paciente, Yeray Alvarado, con despacho en Palma de Gran Canaria, pidió una medida cautelar al juzgado contencioso-administrativo de Mérida para que si su clienta se pusiera de parto guardaran la sangre del cordón umbilical por si terminaban ganando el caso, como así ha sido pese al recurso de la Junta de Extremadura, finalmente desestimado por el Supremo.
El cordón umbilical se dona porque contiene células madre capaces de generar células sanguíneas para tratar enfermedades malignas muy graves de la médula ósea, como la leucemia y otros tipos de cáncer. El SES no ofrece datos actualizados sobre donaciones de cordón umbilical. El último conocido, de 2014, habla de 252 donaciones en la provincia de Cáceres más 438 en la de Badajoz, lo que representa un porcentaje mínimo en relación a los nacimientos que se producen, entre 6.000 y 7.000 cada año. En España existen varios bancos de sangre de cordón umbilical (SCU) y es el registro de donantes de médula ósea (Redmo) el que coordina las búsquedas de donantes. En Extremadura los recursos en este ámbito son el Banco de Sangre, con sede en Mérida, y la Asociación para la donación de médula ósea y cordón umbilical de Extremadura (Admo). Admo existe desde 1997 y en 2001 empezó a reivindicar en Extremadura un banco de cordones umbilicales. En 2007 la región aprobó un sistema de recogida. «Ahora van a Mérida y el Banco de Sangre los traslada a Barcelona, donde está uno de los tres bancos públicos que hay en España, a través del sistema del Plan Concordia nacional», explica Paqui Tello, secretaria técnica de Admo. En su opinión, «guardar tu propio cordón para el tratamiento de la enfermedad onco-hematológica no tiene ningún sentido. La probabilidad de necesitar su propia sangre es extremadamente baja. No conocemos a nadie que se haya trasplantado de su propio cordón. Nosotros en Admo, como entidad de pacientes, estamos a favor del sistema de solidaridad con donaciones altruistas que salva la vida de una persona que no conoces». Además, Tello cree que para un trasplante la mejor opción es un banco público, «no de un banco que no sabemos en qué condiciones está».
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