Toñi Cordero recibió un trasplante de hígado en 2008, año en el que echó a andar la Asociación Extremeña de Trasplantados (Asextras). Ella es ahora ... su secretaria y conoce perfectamente cómo la medicina y los procesos a los que se enfrentan estos pacientes han evolucionado con el paso del tiempo.
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En la agrupación atienden a 300 socios, entre los que hay trasplantados y familiares. Les dan apoyo psicológico antes de la intervención, durante el proceso y tras la operación. Además, cuentan con el asesoramiento de trabajadores sociales y voluntarios que acuden a los hospitales. «El apoyo emocional que les dan es muy grande», dice Cordero.
Su asociación cree que «el SES debería contar con psicólogos especialistas en pacientes trasplantados para apoyarles a ellos y sus familiares». Cordero apunta que «la vida te cambia y se necesita un profesional que te ayude a entender todo el proceso».
La mayoría de los integrantes de esta asociación son trasplantados hepáticos y este año también se conmemora el 40 aniversario de la primera intervención en España, que fue el 23 de febrero de 1984 en el Hospital Universitario de Bellvitge.
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El SES sí realiza este tipo de trasplantes, al igual que los de riñón y a diferencia de los de corazón en el que los extremeños tienen que ser tratados en otras regiones.
En ese caso, el SES los deriva al Hospital Puerta del Hierro de Madrid. Además, la asociación de familiares de Extremadura en Madrid Afal dispone de pisos para pacientes que tengan que pasar muchos días en la capital. En un principio estaban destinados a enfermos oncológicos, pero ya se ha extendido a trasplantados.
Es una mejora, al igual que muchas de las que se han logrado con el paso de los años. «Ahora contamos con más apoyo, la medicación de inmunosupresores ha evolucionado para evitar el rechazo del órgano y tiene menos efectos secundarios, se ha reducido el tiempo de quirófano y los cuidados se han especializado», concluye Cordero, que incide en la importancia de donar.
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En Extremadura hay 67 personas esperando un trasplante de riñón y nueve, uno de hígado, según los últimos datos del SES a fecha de enero de 2024. La lista de espera es similar a la de hace un año en el caso del trasplante renal, cuando había 69 personas esperando. Sin embargo, sí ha habido un incremento más significativo en los de tipo hepático, pues en 2022 no había nadie en la lista. El tiempo de espera media se sitúa en torno a los dos meses para un trasplante hepático. Para el renal está por encima del año, similar a lo estimado en la media nacional.
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