![Solo el 10% de la red extremeña de electrolineras tiene conexiones de carga rápida](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/03/22/carga-electrica-RqanOfyPlkAFBBGT2kxXdOL-1200x840@Hoy.jpg)
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Once en Badajoz y siete en Cáceres. Esas son las cifras de matriculaciones de turismos eléctricos en Extremadura durante febrero. Los 18 que suman ambas ... provincias suponen un 2,6% del total de coches matriculados en la región durante el último mes.
Un volumen que demuestra que las ventas de vehículos eléctricos no terminan de despegar en Extremadura, pero tampoco en el conjunto de España. Dos motivos observa el sector para el lento avance de la electrificación de la movilidad en la región: el elevado precio de los coches y la escasez de electrolineras de carga rápida. «La inversión en puntos de recarga es prácticamente inexistente», lamenta Francisco Pantín, presidente de Aspremetal y vicepresidente de la patronal provincial pacense CIEM.
Para fomentar la compra de vehículos eléctricos el Ministerio para la Transición Ecológica ha lanzado varias convocatorias de ayudas. Actualmente está activo el plan Moves III, que se ha prorrogado hasta el 31 de julio.
Las diputaciones, por su parte, han desarrollado una amplia red de puntos de recarga. Aunque muchas de esas conexiones son de carga lenta. «Se hizo un plan con la mejor intención, pero se quedaron cortos en las previsiones de las necesidades de carga de los vehículos», considera Pantín.
En el listado más actualizado que maneja la Junta de Extremadura, únicamente se incluyen 17 conectores de 100 kW (kilovatios) de potencia o más. Es decir, que permiten recargas en menos de 20 minutos. Los hay hasta de 350 kW en Mérida. «Hay 85 puntos de más de 50 kW», puntualiza Juan Manuel Moya, delegado en Extremadura de la Asociación de Usuarios del Vehículo Eléctrico (AUVE). «Son los adecuados para los viajes por carretera, ya que permiten cargar del 10% al 80% en media hora», explica. Un lapso que se reduce a la mitad en un cargador de 350 kW, siempre que el coche tenga capacidad de admitir esa potencia de carga.
El resto de los 814 conectores públicos que tiene controlados la AUVE –cerca del 90% del total– se mueven entre los 3,6 kW y los 50 kW. Esto significa que las recargas se pueden prolongar hasta más de cinco horas.
Francisco Pantín
Presidente de Aspremetal
Juan Manuel Moya
Delegado en Extremadura de la Asociación de Usuarios del Vehículo Eléctrico
La realidad es que durante el año pasado en Extremadura se matricularon 302 turismos y todoterrenos eléctricos, el 3,5% del total, según las estadísticas que maneja de Anfac, la asociación de fabricantes de automóviles. La extremeña es la ratio más reducida de todas las comunidades autónomas y la media nacional se estableció casi dos puntos por encima: en el 5,4% con 51.614 matriculaciones.
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Pese a estos números, las ventas se incrementan lentamente en la región. En 2022 fueron poco más de dos centenares de coches eléctricos vendidos. «Estamos creciendo; en el último año un 47%, pero lo hacemos por debajo de las cifras nacionales, aunque también debemos tener en cuenta que hay coches en la región pero sus matriculaciones se hicieron en otras comunidades», aporta Moya. Es decir, se avanza hacia la electrificación, pero a menor velocidad de la prevista.
Eso supone que actualmente son menos de 1.500 vehículos eléctricos los que circulan por Extremadura. Es decir, según las cifras de la Agencia Extremadura de la Energía, son poco más del 0,15% de los 872.000 que están en circulación en la región.
El último informe de Anfac indica que los dos factores que más influyen en la decisión de compra de un vehículo eléctrico son la renta de los ciudadanos y el volumen de puntos de recarga.
Es cierto que Extremadura tienen uno de los PIB per cápita más reducidos del país. Pero también es verdad que cada vez están más próximos los precios de los coches eléctricos y sus equivalente en combustión. «Entre el plan Moves y el descuento en el IRPF, la rebaja del precio puede ser de hasta 13.000 euros si se entrega otro vehículo, por lo que ya hay modelos en los que sale más económico comprar el eléctrico», defiende el delegado de AUVE.
«La media de consumo de un coche eléctrico está entre 17 y 20 kWh (kilovatios por hora) cada 100 kilómetros», explica Juan Manuel Moya, delegado en Extremadura de la asociación de usuarios del vehículo eléctrico. El gasto depende del precio de carga, que en casa se puede reducir hasta los 15 céntimos de euro por kWh, pero que en las electrolineras varía en función de la velocidad de carga. «En los cargadores rápidos, de 50 kilovatios (kW) de potencia, es de 36 céntimos», señala Moya. En ese caso, el coste para recorrer 100 kilómetros se eleva hasta rondar los siete euros, que es prácticamente el mismo que el de un coche con combustible diésel. «El ahorro no está en el carburante; el ahorro al usar un coche eléctrico se encuentra principalmente en el menor mantenimiento que necesitan sus motores», según Moya.
Por otro lado, Moya considera que la red de electrolineras actual está bien dimensionada para la cantidad de vehículos eléctricos que circulan por la región: «Sí habrá que ampliarla según se vaya ampliando el parque de coches eléctricos», señala.
Un visión que no comparte la patronal de concesionarios. «Con la autonomía de las baterías –de entre 300 y 400 kilómetros– Extremadura no está preparada, porque es una región muy extensa», aporta Pantín, que añade que el perfil actual del comprador de vehículo eléctrico es el de un usuario que se mueve en el área urbana y que tiene su propio punto de recarga.
Más allá de las grandes poblaciones, son las grandes vías que atraviesan la región –la A-5, la A-66 o la N-430– las que están mejor preparadas para viajar con vehículo eléctrico con conexiones de carga rápida.
La patronal extremeña echa de menos que se implementen electrolineras con mayor potencia en otras carreteras. «A día de hoy las empresas no ven viable electrificar sus flotas de vehículos, porque faltan puntos de recarga rápida», señala el presidente de Aspremetal. Y es que las furgonetas todavía tienen una autonomía menor que los turismos y las grandes distancias que hay en la región conllevan que haya vehículos comerciales que hagan viajes de más de 500 kilómetros y, por tanto, necesiten hacer dos o tres cargas diarias.
Sí se nota un incremento de los vehículos comerciales eléctricos en las ciudades. «Ya hay empresas que utilizan furgonetas eléctricas para sus repartos locales», aporta Moya, que entiende que es fundamental una apuesta decidida por la electrificación por parte de la administración pública. «En Extremadura se podían hacer deducciones autonómicas; en Asturias y en La Rioja se bonifica la compra de vehículos eléctricos con hasta 7.500 euros», ejemplifica el delegado de AUVE.
Además, anima a electrificar las flotas de las empresas públicas. «Sería un buen ejemplo para la ciudadanía; actualmente las compras en la región son un 50% públicas y un 50% privadas», concluye Moya.
«Parece que el legislador sólo conoce una tecnología», lamenta el presidente de Aspremetal, en referencia a la ausencia de ayudas económicas públicas para los vehículos de combustión. «Se incentiva exclusivamente el eléctrico y el híbrido enchufable y hacen falta ayudas para el resto de tecnologías», añade el dirigente de la asociación extremeña de empresarios que agrupa a los concesionarios de coches.
15,9 años
es la media de edad del parque automovilístico extremeño, la segunda más elevada de España, solo por detrás de los 16,1 años de Castilla y León
El sector de la automoción regional insiste en la necesidad de renovar el parque de vehículos. Es cierto que Extremadura es una de las comunidades en las que los turismos tienen una edad media más elevada. Exactamente de 15,9 años, según los datos de Faconauto, la patronal de los concesionarios. Sólo Castilla y León, con 16,1 años tiene un parque de turismos más antiguo que el extremeño.
Para reducir esa edad media, la patronal propone un plan de descarbonización que permita achatarrar los vehículos de más de diez años, que actualmente representan el 72,2% del parque regional.
Entre los motivos para esa renovación, los concesionarios citan dos aspectos. La seguridad y la eficiencia energética. «Hemos iniciado un 2024 de alta siniestralidad en las carreteras», apunta Pantín, sobre la primera de esas causas.
En cuanto a la eficiencia, el presidente de Aspremetal considera que hay alternativas de movilidad con las mismas emisiones que los vehículos eléctricos. «No queremos demonizar el vehículo eléctrico, pero los Euro 5, Euro 6 y Euro 7 de combustión fósil y los híbridos deberían ser tenidos en cuenta en las ayudas, pero cuando lo planteamos la administración nos remite al plan Moves, que únicamente recoge a los eléctricos», expone Pantín.
«Es cierto que en la fabricación de los vehículos eléctricos se producen más emisiones que en el proceso de los de combustión, porque las cadenas de producción no están optimizadas, pero es una diferencia que se amortiza al circular 60.000 kilómetros», explica el delegado en Extremadura de AUVE, la asociación de usuarios del vehículo eléctrico.
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