La dermatóloga me prescribió un sombrero para proteger mi calva y, en realidad, me prescribió un problema. Empecé a recorrer diversas tiendas de Cáceres, pero no había manera de encontrar un buen sombrero Panamá auténtico. En mi ciudad, siempre hubo un par de buenas sombrererías ... especializadas, pero, sorprendentemente, mientras en otras ciudades los sombreros son moda, aquí cerró la última sombrerería que quedaba. Es verdad que puedes encontrar algún sombrero suelto en algún comercio, pero no hay una sombrerería de calidad, bien surtida, que dé gusto y provoque dudas el probar y el elegir.
Publicidad
El caso es que acabé comprándome un sombrero en Gijón, en una tienda llamada La Sombrerería. Tiene narices que en una ciudad donde el sol no es protagonista haya dos tiendas especializadas en sombreros y en Cáceres, donde pega de lo lindo, no haya ninguna.
Con la cabeza ya protegida, mi padre sintió envidia de mi Panamá y pidió para su cumpleaños otro igual. Visité un par de tiendas de Cáceres, pero no hallé nada digno y de nuevo encontré lo que buscaba en el norte, en una ciudad con tan pocas horas de sol como Gijón. En esta ocasión fue en Lugo, donde la sombrerería Da Costa, que abrió en 1924, sigue despachando boinas, viseras, panamás y el sombrero más caro de la tienda: un Borsalino muy peliculero, muy blanco, muy Gran Gatsby, que cuesta 345 euros. Le compré a mi padre un buen Panamá y le alegré su 92 cumpleaños.
Los sombreros son un vicio. Cuando compras el primero, ya no paras y te gusta tener una buena colección. También gustan las viseras, que cada vez son más bonitas y variadas y con tejidos tanto impermeables como transpirables. Ser calvo, pues, tiene tres ventajas: no gastas en champú, no gastas en peines y con lo que ahorras, te compras sombreros, viseras, gorras y gorros de lana.
Publicidad
Gorras deportivas y gorros de lana se encuentran en Cáceres y en cualquier ciudad, pero viseras bonitas y sombreros atrayentes, no. Pero claro, no te vas a ir a Lugo o a Gijón cada vez que quieras darte el capricho de una visera Stetson o de una gorra belga de fieltro con orejeras. Tiendas de tocados y sombreros para mujer hay en todas las ciudades extremeñas. Para caballero, en La Espartería de Mérida tienen algunos sombreros, al igual que en un par de tiendas de recuerdos turísticos de la plaza Mayor de Cáceres. En Badajoz, también encuentras sombreros en alguna guarnicionería y en un par de boutiques de caballero. Pero un buen surtido, variedad para escoger y mucha calidad, solo se encuentra en Plasencia.
Si quieren ustedes cubrir sus cabezas con sombreros cálidos o frescos y con viseras a la última, el mejor lugar es la zapatería Alcón de la calle del Sol de Plasencia. Su fuerte son los zapatos, pero de las paredes cuelgan todo tipo de sombreros y viseras, tienen todas las tallas, una variedad extraordinaria y sorprende la cantidad de dependientes que te atienden. Los sábados por la mañana, la zapatería sombrerería bulle de clientela, el ambiente es divertido y reina una euforia que va de arriba abajo, de la cabeza a los pies. La semana pasada, me acerqué a por mi regalo navideño, una visera Costa y Soler de cuadros azules, y también a sentir la satisfacción de contar con una buena sombrerería en Extremadura.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.