Una sorprendente piscina de manantial

Las dos primeras impresiones al llegar a este lugar pintoresco de Santa Cruz de Paniagua son la sorpresa, por encontrar un sitio así, y la culpabilidad, por no haberlo conocido antes. Las dos dan pie luego a una reflexión, y es la cantidad de rincones con encanto que tiene Extremadura, y cuántos de ellos son desconocidos para una mayoría.

Al teclear en Google la palabra piscina junto al nombre de este pueblo cacereño, entre los primeros resultados que devuelve el buscador hay uno que le añade al lugar dos términos más: natural y manantial. Así, tenemos la piscina natural de manantial de Santa Cruz de Paniagua, en la comarca de Trasierra-Tierras de Granadilla, a cuarenta minutos en coche de Plasencia. Una vez en el lugar, se comprueba por qué Google acierta con el nombre. A diferencia de su navegador, que propone una 'turné' por el pueblo. Mucho mejor atender a las señales de toda la vida, que llevan por el camino más corto y sencillo. Estas últimas, por cierto, también contradicen al famoso buscador en el nombre del lugar. Y también aciertan más que él. Las señales llevan a 'La aliseda', aunque en el pueblo, el sitio es conocido como 'La lisea'.

En un primer vistazo rápido, estamos en una piscina municipal al uso, con sus dos vasos, uno para adulto y otro para los niños, y su césped alrededor, más cuidado en unas zonas y menos en otras. Pero al poco, sorprende un detalle: en el suelo hay un reguero de agua que va de la pileta grande a la pequeña. Al acercarse, se comprueba que no es un escape, sino que el líquido fluye por un canal habilitado para cumplir esa función, la de llevar el agua de la piscina de los mayores a la de los pequeños.

Y mirando un poco más, aparece la explicación a todo. En una esquina de la piscina de adultos se ve otra canalización, que lleva hasta una fuente ubicada a cinco pasos, en un rincón del recinto. De ahí brota el agua de manantial que abastece primero a un vaso y luego al otro. Y que después sigue su curso descendente y acaba llegando a los huertos de la zona. «El manantial nace ahí precisamente, en la piscina, y lo utilizamos para ella, para reforzar el abastecimiento del pueblo cada verano y también para la pedanía de El Bronco», informa Miguel Carlos Domínguez, alcalde de Santa Cruz de Paniagua (296 habitantes). El destino final de este agua natural es el arroyo Nogales.

'La aliseda' o 'La lisea' o la piscina natural de agua de manantial, como se prefiera, tiene otra particularidad: su ubicación. Está en mitad de un paisaje verde, de arboleda y huertos, sin más hormigón que el necesario para que los coches puedan llegar hasta el aparcamiento, que según el día y la hora, puede estar lleno. El atractivo del sitio lo completan la zona de merenderos y el chiringuito, donde se puede comer. Si es cena, el alcalde añade una recomendación que en este agosto tórrido suena a música celestial: llevar una manga larga.

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