Diego Sanjuán, con su taxi rural en Badajoz el pasado miércoles. PAKOPÍ

Los taxistas rurales reclaman al SES poder trasladar pacientes de servicios no urgentes

Alertan sobre la desaparición de los taxis en los pueblos y «la calidad de vida» de unos habitantes con cada vez menos servicios

Viernes, 16 de agosto 2024, 20:24

Lleva como taxista en Salvaleón, su pueblo, desde 1984 y tiene 67 años. Sigue al frente del volante aunque Diego Sanjuán Cano transmite la impresión de que le quedan pocas ganas de seguir adelante aunque se resiste a rendirse. «He puesto a la venta la ... licencia pero no ha habido interesados. Normal como lo que hay montado. Solo nos queda seguir luchando», resume entre la pesadumbre y la expectativa. Diego es uno de los 400 taxistas rurales que aproximadamente todavía siguen activos en Extremadura. Una profesión que, dice, se camina hacia la extinción y, con ella, un lastre más a los habitantes de las zonas rurales extremeñas.

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«En Barcarrota había seis taxistas y quedan dos. En Salvaleón había cuatro y quedo yo solo. En Salvatierra solo hay uno ya. Y ninguno en pueblos de la zona como La Parra, Almendral o Torre de Miguel Sesmero. Perdemos no solo los que nos dedicamos al taxi sino pierden los pueblos. Se van quedando más muertos aún», relata con tristeza. Los taxistas rurales se van quedan sin clientes pero ven una posibilidad de revertir la situación. Y está vinculada al transporte sanitario.

Reclaman que los taxis, sobre todo en las zonas rurales, sea un vehículo complementario del transporte sanitario para los desplazamientos de pacientes que no requieran de ambulancia. «Como se había hecho toda la vida antes de que se hiciera los concursos públicos para grandes empresas, concursos en las que no tenemos ni posibilidad ni opción de ganar siquiera algo«, relata.

En agosto de 2020, anunciada como una medida para ayudar a las zonas menos pobladas de la región y al propio subsector del taxi, la Junta autorizó el traslado de pacientes en taxis.

Consideró al taxi (con tarjeta VT, de transporte interurbano) como servicio de transporte complementario al transporte sanitario «con la finalidad del desplazamiento de personas que, ostentando la condición sanitaria de pacientes, no precisan, para su traslado, de camilla, asistencia sanitaria o atención de urgencia que requieran el uso de un vehículo ambulancia».

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Pero la patronal de las ambulancias recurrió y esa autorización al taxi rural se bloqueó al menos temporalmente porque los tribunales validaron esa opción.

Se ganó en los tribunales, pero subraya este taxista de Salvaleón (1.800 vecinos, comarca Sierra Suroeste), no se llegó a poner en marcha para decepción de unos autónomos del transporte, admite, cada vez más agobiados.

 

Trabas y ayudas

«Un taxista de un pueblo pequeño paga lo mismo de cuota de autónomo que uno de Madrid o de cualquier ciudad grande. Los seguros, al cambiar de coche, están fijando subidas de precio de más del 100%. Las mutuas se han olvidado de nosotros. Siempre el taxi ha hecho todos los servicios pero con la nueva ley de sacarlos a concurso se están quedando empresas de fuera y si quieres trabajar con ellos tiene que ser por debajo de tarifa», empieza a relatar dentro de una amplia lista de obstáculos.

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«Antes los clientes cuando tenían que ir a Badajoz se unían y pagaban el taxi entre todos, ahora al ser los autobuses de líneas gratuitos ya no llaman. El bus gratuito solo favorece a las empresas grandes de viajeros que tienen líneas», añade.

Ante este panorama, los taxistas rurales lanzan un mensaje de auxilio desesperado a la Administración regional. Y se agarran como posible tabla de salvación el concurso del transporte sanitario que debe sacar en cuestión de meses el SES.

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Sanjuán explica que «viajar en taxi es mucho más cómodo para un paciente de diálisis, quimioterapia o de una rehabilitación que tiene que hacer muchos kilómetros para llegar al hospital y después regresar a su casa».

Además, reseña, que para la Administración el taxi «es un servicio mucho más barato que el de una ambulancia» y propiciaría también que se aliviara el número de personas en hospitales a pesar de que tienen el alta. «Esas personas tardan en salir del hospital bastantes horas cuando en un servicio de taxi saldrían en minutos, quedando las camas disponibles», sentencia.

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Los taxistas rurales, englobados en el colectivo en Defensa del Taxi Rural, van a pedir en septiembre una reunión a la presidente de la Junta, o en su defecto, a la consejera de Salud para trasladar su realidad y la demandar ayudas del Gobierno regional.

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