La carretera N-523 (anteriormente denominada EX-100), que conecta las ciudades de Badajoz y Cáceres, ha quedado abierta al tráfico desde la pedanía pacense de Gévora hasta la localidad de La Roca de la Sierra. La circulación cuenta con un paso alternativo regulado por semáforos en el punto kilométrico 59, hasta donde pueden llegar toda clase de vehículos. A partir de ese lugar de la vía, el paso permanece cerrado para los vehículos pesados.
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La Delegación del Gobierno en Extremadura ha comunicado en la noche de este viernes la reapertura de este tramo de la vía, tras quedar acondicionado de nuevo para la circulación. Concretamante, estaban cortada la vía en los kilómetros 48, en el casco urbano de La Roca de la Sierra, y el punto kilométrico 50, justo en el cruce hacia Villar del Rey. Estas dos zonas tenían balsas de agua y desperfectos en la calzada, según ha informado la Guardia Civil de Tráfico a HOY.
Cabe recordar que esta arteria quedó cortada el pasado martes debido al temporal. Las intensas lluvias inundaron la calzada, llenándola también de barrizal y suciedad que arrastró las corrientes de agua que se formaron.
Esta medida facilitará el traslado entre Badajoz y La Roca de la Sierra (y el resto de núcleos que hay entre ambas). Sin embargo, a partir de esa zona, en el kilómetro 45 ya no se puede continuar por dicha carretera. La borrasca Efraín que barrió la región el pasado martes provocó una subida del caudal de los arroyos y ríos y la fuerza que llevaba el agua en uno de ellos originó un socavón en ese punto, entre La Roca de la Sierra y Puebla de Obando. Así, hasta que no se repare el asfalto en ese tramo, la carretera permanecerá cortada al tráfico.
La imagen que dejó el derrumbe fue impactante, ya que la carretera quedó completamente atravesada por el agua.
Esta vía es competencia del Estado (fue transferida por la Junta de Extremdura en 2018 para su conversión en autovía por parte del actual Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana). Ahora la Administración regional está analizando posibles «alternativas» para solventar esta incidencia durante el tiempo que duren las reparaciones, que en todo caso se tramitarán por la vía de «urgencia», según señaló el pasado miércoles el portavoz del Ejecutivo regional, Juan Antonio González.
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No obstante, el portavoz pidió paciencia, porque las carreteras «no se hacen en un día». Primero se hará una evaluación de los daños para posteriormente, proceder a la reparación.
En 2018, estudios de intensidad de tráfico indicaban que esta carretera, en las inmediaciones de Puebla de Obando, es utilizada a diario por unos 3.500 vehículos, el 25% de ellos pesados.
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