Teresa París posa para el Diario HOY en el Cefot número 1 de Cáceres. Jorge Rey

Teresa París, de bachiller a soldado en Cáceres

Al igual que la princesa Leonor, que pasara de terminar el bachillerato a ingresar en el Ejército en agosto, la zaragozana Teresa París terminó los estudios para ingresar con 18 años en el Cefot de Cáceres

Sergio Lorenzo

Cáceres

Lunes, 17 de abril 2023, 07:32

La princesa Leonor comenzará el próximo agosto sus tres años de formación militar, antes de estudiar en la Universidad. Leonor de Borbón pasará de terminar bachillerato en Gales, a formarse en la Academia Militar de Zaragoza; en el año 2024 ingresará en la Escuela ... Naval de Marín y embarcará en el buque escuela Juan Sebastián Elcano; y en el 2025 ingresará en la Academia General del Aire de San Javier, en Murcia. Tras tres años de formación tendrá el grado de teniente para Infantería y Aire, y de alférez de navío en la Armada.

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Pasar de formar parte de un aula de bachillerato a vestir de uniforme, manejar armas y desfilar no es algo fuera de lo normal en España. Es lo que le ha ocurrido a Teresa París Salas, nacida en un pueblo de Zaragoza, que al terminar el bachillerato decidió ser militar. En la actualidad está terminando su periodo de formación, de cuatro meses, en el Cefot número 1 de Cáceres.

«Entré con 18 años, que es la edad mínima a la que se puede entrar –señala París–. Tengo compañeros de hasta 28 años, que entran con carreras y muy preparados, pero los estudios mínimos que te exigen es la ESO». Así cuenta ella cómo es el ingreso para formar parte del Ejército: «Hay un concurso oposición en el que tienes unos méritos; por ejemplo, si tienes inglés te dan puntos, el carné de coche te da puntos, bachillerato también... Te hacen un examen con distintas actitudes: hay actitud matemática; actitud verbal, de ortografía; otra de memoria. Luego las pruebas físicas y el reconocimiento médico, y si todo va correctamente... pues aquí estamos en Cáceres» (dice sonriendo).

De su primer día en un cuartel recuerda la alegría y la ilusión, pero también las horas de espera haciendo colas, y que ya empieza la disciplina. «Desde el principio ya te aprietan para que veas dónde te encuentras. Es curioso ver como uno tiene una vida normal, una vida de civil, y de pronto te tienes que poner firmes o decir 'a sus órdenes' todo el rato».

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Diana a las siete de la mañana

Ella se ha hecho al día a día: Despertarse a las seis y media de la mañana, para estar preparada cuando a las siete toque diana. Formar para desayunar sobre las siete y cuarto. «Se desayuna y se hace bandera. A las ocho el coronel lee la orden del día, y a veces dice algunas palabras –indica–, y luego ya lo que toque: si hay que correr se corre, si toca campo se va al campo. Lo que toque, toca... y tocó». Se come de una y media a dos y media de la tarde, y la actividad comienza de tres y media a cuatro. Al preguntarle si hay tiempo para la siesta, Teresa puntualiza: «En el horario no lo pone; pero si eres apañado y te sobra tiempo, un ratito sí que puedes asentar la comida, sí que tienes un rato de tranquilidad».

Por la tarde suelen tener clases teóricas; nunca deporte, que es siempre por la mañana. Luego a las cinco y media terminan las actividades, y tienen tiempo libre para quedarse en su camareta, hacer deporte, ir a la cantina o salir del cuartel. La cena es sobre las ocho y media. «Es optativa –explica Teresa–. Si quieres vas y si no quieres, no vas. Luego alrededor de las diez o diez y media se hace control nocturno. Es obligatorio porque como la gente ha podido salir, hay que comprobar que está todo el mundo. A las once se toca silencio. Ya nadie puede estar haciendo nada; o por lo menos, si hace algo, que no moleste a los demás».

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El 26 de abril termina su etapa de cuatro meses de formación en Cáceres. Jorge Rey

Cuando hay más relax son los fines de semana, que tienen libre salvo que tengan algún arresto. «El viernes por la tarde te dan paseo, y hasta el domingo por la noche, en el control nocturno, tienes derecho a estar fuera. Yo suelo salir. Creo que es necesario para despejarte. Aunque mi sueño es estar aquí, y aquí soy muy feliz, es bueno salir, porque si te quedas estás todo el tiempo conectado, pendiente de que alguien te diga algo». Ella no conocía Extremadura y dice que se ha llevado una grata sorpresa: «Para mí era la otra punta de España y pensaba que era un secarral. Estuve en Navalmoral de la Mata, en unas carreras de orientación, y me sorprendió que todo estuviera muy verde, parecía las Rías Baixas». Sobre su relación con los compañeros, dice que el compañerismo es de las mejores cosas del Ejército, «las amistades que haces aquí no son amistades, son otro tipo de vínculo, de conexión, que no tienes en la calle».

El 9% de los alumnos del Cefot son mujeres

El pasado 27 de enero juraron bandera los 1.056 alumnos de su ciclo. El 9% son mujeres. Poco a poco la presencia femenina es mayor. Se dio la circunstancia de que por primera vez una mujer obtuvo el diploma al mejor en la fase de formación. Lo recibió la joven de 26 años Cristina Torrado, de Alconchel (Badajoz) .

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El 26 de abril terminan su etapa en el Cefot, y cada uno irá al destino que ha elegido. Teresa París irá al Regimiento de Cazadores de Montaña en Jaca. «Me gusta mucho la montaña –afirma–. Desde pequeña mis padres me han inculcado el amor por la montaña. Estoy muy contenta de ir a ese Regimiento. Además vivo cerca, a una hora».

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