Marcelino Díaz. HOY

Marcelino Díaz González | Pionero del cava de Almendralejo

«Con el tiempo se vio la importancia de apostar por un cava de calidad»

Hace 40 años, Marcelino Díaz, junto a Aniceto Iglesias y Pablo Juárez, decidieron demostrar que el cava no era un producto exclusivamente catalán

PACO GALEANO

ALMENDRALEJO.

Lunes, 1 de enero 2024

Cuando esta noche cientos de miles de personas se dispongan a dar la bienvenida al 2024 brindando con cava de Almendralejo, se estarán cumpliendo 40 ... años de una de las fotos que aparecen en este artículo. En ella, un grupo reducido de personas, entre las que se encontraba el protagonista de esta entrevista, Marcelino Díaz, y Teresiano Rodríguez Núñez, entonces director del Diario HOY, asistían al descorche de la primera botella de cava de Almendralejo. Cuatro décadas después, más de siete millones de botellas inundan los hogares de medio mundo.

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–¿Qué ha cambiado en estos 40 años?

–Muchas cosas, los inicios fueron ilusionantes y difíciles. En la evolución se va viendo la importancia que tiene el hecho de que en Almendralejo se produzca un vino, sometido a un control de calidad y a una denominación de prestigio, como es el cava.

Historia

«La D.O. Cava dejó una puerta abierta para que el cava se pudiera hacer en toda España»

–Y en esos inicios, ¿qué cambió para pensar que un producto como el cava se podía hacer en Almendralejo?

–Fue como consecuencia de un deseo que teníamos Aniceto (Iglesias) y yo, luego se nos unió Pablo (Juárez), de hacer vino de calidad. En Almendralejo teníamos mucho vino, pero no de las calidades adecuadas, todo era vino a granel. En 1981 saqué las primeras botellas de 'Lar de Barros«, que se convirtió en la primera marca de calidad. A partir de ahí la gente creyó que en Extremadura se podía hacer vino de calidad.

–Y una vez que la gente se lo cree, llega el cava.

–Sí. Fruto de ese fermento que se estaba creando, y hablando con Aniceto, un día surge esa idea de hacer un cava. Y nos dimos cuenta que el ámbito geográfico de la Denominación de Origen Cava, que se crea en el 72, dejó una puerta entreabierta para que el cava se pudiera hacer en toda España. Tan solo era obligatorio por aquel entonces cumplir una serie de requisitos que tenían que ver con utilizar el método tradicional e inscribirse en el Consejo. En mi familia teníamos la uva (macabeo) y la bodega, y únicamente había que adaptarla, que fue lo que hicimos. En la cosecha del 82 ya recogimos la uva en cajas, y tras los nueve meses, en diciembre del 83 salió el primer cava de Almendralejo.

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–Y con el producto ya en la calle suenan las alarmas en otros lugares.

–La alarma suena en el momento en el que el Ministerio de Agricultura pone en el mapa de la Denominación de Origen Cava un punto alejado de Cataluña. Éramos nosotros, y aquello supuso una revolución dentro de la gente del sector y llamó mucho la atención. Luego llegan los problemas políticos con Cataluña y es cuando el público se entera de que el cava no es solamente un producto catalán.

Testigos de la apertura de la primera botella de cava: de izquierda a derecha, Teresiano Rodríguez, Ramón Ropero, Pablo Juárez, José García Bote, Aniceto Iglesias, Marcelino Díaz, con la copa, y Manolo Pérez. HOY

–Y comienza un proceso que no fue sencillo.

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–El Gobierno tuvo que cambiar las leyes, e intentar cerrar las puertas para que el cava fuese un producto únicamente español. Fue en el 86 cuando se adapta la ley y se reduce el ámbito geográfico a la depresión del Ebro. Eso nos dejaba fuera de la elaboración a nosotros y otros doce más. A cambio, nos dejaban elaborar 'vino espumoso de calidad', y solo Requena y nosotros dijimos que no estábamos de acuerdo.

–Y comienza una especie de lucha de David contra Goliat.

–Así fue. Mi familia presentó un recurso contencioso administrativo contra la ley que llegó al Supremo, que decidió que podíamos seguir elaborando el cava tal y como lo veníamos haciendo.

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Futuro

«Extremadura no puede producir el cava más barato, debemos darle prestigio y calidad»

–Hasta el día de hoy, en plena campaña de las navidades de 2023, en la que se van a vender siete millones de botellas. ¿ Qué le dice esta cifra?

–Que han surgido otros actores, que llevan una política de precios que es un arma de doble filo. Por una parte permite abrir mercado, que el cava de Almendralejo se conozca en muchos lugares, pero los precios no se corresponden con la calidad que debe tener el producto. Tiene esa parte negativa.

–¿Y cómo le gustaría que fuese el futuro?

–Con una producción que siempre sea de calidad. Es fundamental y al final se llega más lejos. Nos da prestigio, nombre y hace crecer el turismo. Hay más recursos que hay que incentivar, no solo vender botellas, hay que hacer más esfuerzos en el enoturismo, en el turismo enológico.

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