José Antonio Polo tiene 69 años y a los 63 le diagnosticaron fibrosis en los pulmones. La única solución era un trasplante. A partir de ahí empezó un peregrinaje por consultas de médicos y el 22 de mayo de 2015 se trasladó a vivir de ... Badajoz a Madrid. Tenía que estar a menos de dos horas del hospital 12 de Octubre cuando apareciera un donante. Lejos de su ciudad, esperó hasta que el 11 de agosto de 2015 recibió la ansiada llamada. «Me operaron y todo fue bien. A partir de ahí, revisiones mensuales y ahora las tengo cada tres meses», cuenta.
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Toma 17 pastillas diarias y en medio de todo eso ha estallado una pandemia. Sabe que si se contagia tiene muchas probabilidades de morir. «A mí, que soy de riesgo porque soy trasplantado de pulmón y si me coge el virus es una muerte segura, aún no me han llamado para vacunarme. Nos tendrían que haber citado tras los sanitarios y los usuarios y trabajadores de residencias de mayores», lamenta Polo. Su caso se incluye entre los grupos prioritarios. Es el colectivo (trasplantados, personas en diálisis, pacientes oncohematológicos con tratamiento activo, personas con VIH o síndrome de Down) al que han empezado a llamar esta semana en Extremadura.
El SES apunta que está depurando los listados y que irán citando a todos los pacientes extremeños aunque hayan sido tratados en otra región. A ellos les toca vacunarse a la vez que a las personas de entre 79 y 70 años.
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