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Ana B. Hernández
Domingo, 29 de octubre 2023, 07:36
La puesta en marcha el pasado mayo de las pruebas para detectar el cáncer de cérvix o cuello uterino ha elevado a tres los cribados que se hacen en la región para detectar tumores. Porque este último cribado se suma a los que ya se ... venían haciendo en la región de mama y también de colon.
En la actualidad los tres cribados alcanzan a una población global de 262.027 extremeños, según los datos facilitados por la directora general de Salud Pública, Yolanda Márquez. Pero el objetivo del SES es ir de forma progresiva aumentando esa cifra, en el convencimiento de que hay que seguir apostando por la prevención. «Porque si logramos detectar el cáncer en los estadios más tempranos, la supervivencia del paciente será mucho mayor», argumenta Márquez. «Por eso animamos a las personas que reciben la carta para participar en los cribados a realizarse las pruebas; es muy importante».
Estos son los cribados que se hacen, los grupos poblacionales a los que van dirigidos y las novedades que se introducirán:
Cáncer de mama
El cribado de cáncer de mama es el primero que se instauró en la región. Fue en 1998 y desde entonces la población diana a la que va dirigido son las mujeres con edades entre los 50 y los 69 años. En total, en este 2023, son 58.300 mujeres. Sin embargo, a partir de enero de 2024 se comenzará a ampliar el grupo, porque la recomendación de la UE es que este cribado alcance a mujeres desde los 45 hasta los 74 años. «Iremos de manera progresiva», aclara Yolanda Márquez. De tal modo que el próximo año el cribado se hará también a las mujeres de 49 años, a las nacidas en 1975. En total, 8.080. «Y cada año iremos sumando un año más, en 2025 se añadirán las de 48 años, en 2026, las de 47 y así sucesivamente; y cuando alcancemos a las de 45, continuaremos con las de mayor edad hasta llegar a los 74 recomendados».
Para hacer las mamografías que centran el cribado de cáncer de mama, el SES dispone de dos unidades móviles que recorren las localidades rurales de Extremadura y 11 unidades fijas ubicadas en poblaciones con hospital.
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En 2022, el último año con los datos cerrados, 56.381 mujeres participaron en el cribado. De ellas, 1.306 necesitaron alguna prueba complementaria, además de la mamografía, para realizar una recomendación diagnóstica, «y en 240 se detectó cáncer en estadios muy precoces, lo que pone de manifiesto la necesidad de este cribado y la importancia de que aquellas mujeres que reciben la carta accedan a él».
Cáncer colorrectal
El segundo cribado que arrancó en la región es el de cáncer de colon. Fue en 2016 y destinado entonces a quienes tuvieran entre 60 y 64 años, pero fueran considerados de «riesgo medio, es decir, que tuvieran dos antecedentes familiares o enfermedades predisponentes», detalla la directora general de Salud Pública.
En 2019 el cribado de colon se amplió a los comprendidos entre 55 y 69 años, también con riesgo medio, y desde enero de 2022 estas pruebas de detección van dirigidas a todos los que tienen entre 50 y 69 años tengan o no factores de riesgo. En total, 195.000 extremeños.
En el último año han participado 50.307 personas, también por carta-invitación, y se ha detectado cáncer en 84. «De nuevo, decir que es fundamental que la población participe en un cribado con el que buscamos no solo detectar los cánceres colorrectales en estadio precoz, sino también detectar y extirpar lesiones premalignas», insiste Márquez.
Este cribado consiste en un test de sangre oculta en heces cada dos años, y solo en aquellos casos en los que sea positivo, realización de colonoscopia.
Cáncer de cérvix
El tercer cribado introducido en la región es el de cérvix o cuello uterino. Comenzó el pasado mes de mayo dirigido, a través de carta invitación, a mujeres entre los 25 y 34 años. «En total, 8.727 mujeres de las que hasta el momento, porque este primer año de cribado acabará en mayo de 2024, se han hecho la prueba 1.120», detalla Yolanda Márquez. «Pero el objetivo es ampliar progresivamente este cribado a todas las mujeres entre los 35 y los 65 años» y, para ello, en mayo de 2024 se iniciará un proyecto piloto en el área de salud de Coria que, si funciona, se extenderá en 2025 al resto de áreas sanitarias.
«Este proyecto piloto consiste en que cada mujer se realice la prueba a sí misma, introduciéndose una torunda en la vagina, como si se tratara de un tampón; entendemos que la autotoma puede ser positiva para conseguir que más mujeres participen, evitando las reticencias que hay para acudir a los profesionales para realizarse esta prueba».
Prevenir para curar
La directora general de Salud Pública, Yolanda Márquez, asegura que el objetivo prioritario de la apuesta por la prevención es reducir la mortalidad y aumentar la supervivencia y la calidad de vida de los ciudadanos. De ahí la importancia de ofrecer los cribados y de acudir a ellos cuando se reciba la carta de invitación, el sistema elegido por el SES para contactar con la población a la que van dirigidos.
«Detectar cánceres en los estadios precoces es fundamental para la supervivencia», asegura Yolanda Márquez. Pero también para avanzar en la sostenibilidad del sistema sanitario. «El coste de los tratamientos oncológicos es muy alto». Por eso la relevancia de detectar los tumores cuanto antes y de invertir en cribados, aunque también conlleven un gasto. «Es el motivo por el que se van extendiendo de manera progresiva». Por ejemplo, el de cáncer de mama supone hasta la fecha 600.000 euros. «Serán 180.000 euros más en 2024, cuando lo ampliemos a las mujeres de 49 años, y es vital avanzar en la concienciación de su necesidad». Solo el 60% de las susceptibles del cribado de mama se someten a la prueba. Un 50% en el de colon.
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