Liderar el desarrollo del cultivo del cannabis en España. Ese es el objetivo que plantea el polo tecnológico del cáñamo para Extremadura. Su secretario general, José Luis Llerena, no tiene ninguna duda al respecto: «La región tiene plena capacidad para hacerlo».
Publicidad
La estructura agrícola regional, ... unida a la experiencia de los profesionales del sector primario, y la red de investigación en ese ámbito son para Llerena –que también es director de Ctaex– algunos de los puntos fuertes de la comunidad para implantar este cultivo en su territorio y para servir de espejo a otras zonas.
La climatología extremeña y los beneficios que el cultivo aporta a la tierra desde el punto de vista medioambiental también son –según Llerena– puntos a favor de la implantación del cáñamo. Entonces, ¿por qué no termina de ser una realidad en las explotaciones de la región?
Noticia relacionada
José Tomás Palacín
Hay varios motivos, pero uno de los más destacados es el estigma que persigue al cannabis. De ciertas variedades de esta planta se obtienen la marihuana y el hachís. Dos sustancias psicoactivas prohibidas en España. Por eso, la reactivación de los trámites por parte del Ministerio de Sanidad para regular el uso medicinal del cannabis puede servir para eliminar ciertas ideas preconcebidas sobre este cultivo. «Es un pequeño paso, pero que ayuda», reconoce Llerena.
Publicidad
Una única especie de planta, la cannabis sativa, cuyo cultivo tiene tres vías de desarrollo principales. «El cáñamo industrial, el cannabis medicinal y el lúdico (la marihuana)», explica Montserrat Gómez-Cardoso, investigadora de Ctaex. La diferencia entre ellas tiene que ver con las partes de la planta utilizadas y con el nivel de THC, el componente psicotrópico, de la misma. «Las semillas autorizadas para el cultivo de cáñamo industrial tienen menos de un 0,3% de THC, la droga tiene niveles a partir del 10%», añade Gómez-Cardoso, que puntualiza que el uso industrial en España se permite para la fibra, las semillas y el grano. «Está prohibido para las flores, aunque tengan menos de un 0,3% de THC», remarca.
No es el único. En mayo de este año se presentó a nivel nacional el Clúster del Cáñamo Industrial, que también preside Llerena. En ese acto, Begoña García, secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación, reafirmó el compromiso de su Ministerio para impulsar ese cultivo. «Una interesante alternativa que se adapta perfectamente a las condiciones agroclimáticas de nuestro país», expuso.
Las diferentes variedades de la planta –'cannabis sativa' es la especie– hace que se adapte a en diversos climas y tipos de suelo. «Se cultiva en todos los territorios desde Marruecos hasta Países Bajos», señala Montserrat Gómez-Cardoso, investigadora de Ctaex experta en el cultivo de cannabis.
Publicidad
La Junta de Extremadura también apuesta por el cáñamo como cultivo y en el mes de junio concedió la catalogación de Premia (Proyecto Empresarial de Interés Autonómico) a una iniciativa industrial que ya ha iniciado el proceso burocrático para cultivar y transformar cannabis en Navalmoral de la Mata. La empresa detrás del proyecto asegura que la finalidad de su producción es medicinal, aunque no cierra la puerta al uso recreativo de la planta en un futuro.
Otro de los motivos que citan desde el polo tecnológico del cáñamo para que el cultivo no se haya desarrollado con fuerza es la falta de una regulación que lo permita. Actualmente, en España únicamente se pueden utilizar en una transformación industrial las fibras, las semillas y el grano.
Publicidad
Está prohibida la manipulación del resto de la planta, la flores. «Sería un cultivo rentable si se pudiese usar la flor», detalla Gómez-Cardoso, que lamenta que la regulación se ha quedado antigua: «La ley es del año 1967 y se basa en un convenio de Naciones Unidas de 1961, cuando ni siquiera se sabía qué eran los cannabinoides».
Sin la posibilidad de utilizar la flor, el cáñamo no es una alternativa real a cultivos muy implantados y rentables en la región como el tomate o el tabaco, según especifica Llerena. Sí es una buena opción como cultivo rotatorio, ya que tiene una positivas implicaciones medioambientales. «Sirve para regenerar el terreno; al ser de ciclo corto, tres meses, requiere poca agua y nutrientes y no agota el suelo; también actúa como captador de CO2, ya que tiene un crecimiento muy rápido», repasa el director de Ctaex.
Publicidad
En una visión somera, se puede dividir las aplicaciones de la producción de cannabis en tres apartados: el cáñamo industrial, el cannabis con fines medicinales y para uso recreativo.
El industrial sale de las 86 variedades de semillas autorizadas en España, que tienen un porcentaje de THC (el cannabinoide con efectos psicotrópicos) no superior al 0,3%. Sus aplicaciones actuales se centran en la elaboración de tejidos, de materiales de la construcción y de papel. También se usa en el sector primario, como alimento del ganado o para las camas de animales, y es una posible solución en la industria automovilística, ya que es una fibra ligera que puede servir para aligerar el peso de las carrocerías de los coches eléctricos.
Precisamente, desde el polo del cáñamo se propone que se relajen las restricciones y se permita el cultivo de variedades de cannabis con hasta un 0,6% de THC (la marihuana consumida como droga tiene niveles a partir del 10%). «Hay países de la Unión Europea que permiten hasta el 1%», compara Gómez-Cardoso.
Noticia Patrocinada
Más allá del THC, el cannabis también tiene CBD, un cannabinoide que no tiene efectos psicoactivos, pero que al estar presente en las flores tampoco se puede transformar en España a nivel industrial.
Sí se comercializa en nuestro país en productos cosméticos o en suplementos alimenticios. «Tiene propiedades antiinflamatorias y relajantes», indica Gómez-Cardoso.
Esas propiedades hacen que esté presente CBD sintético en medicamentos que se usan en España para el tratamiento de múltiples enfermedades, como puede ser la epilepsia, el alzéimer, el parkinson o en tratamientos antitumorales.
Publicidad
Una de las reivindicaciones del polo tecnológico del cáñamo es que la regulación española permita su manipulación. «Podríamos elaborar productos con valor añadido que ahora se realizan en otros territorios de la Unión Europea, donde sí está permitido, como Italia, Suiza o la República Checa», comenta Llerena.
Sí se puede manipular el conjunto de la planta del cannabis con niveles de THC superiores al 0,3% para uso medicinal. «Eso requiere de una autorización de la Agencia del Medicamento», advierte la investigadora de Ctaex. Pero actualmente no hay ninguna empresa privada que tenga ese permiso de la Aemps para cultivar cannabis en la región.
Publicidad
El avance de la tramitación para su uso hospitalario en España, aunque muy acotado a casos concretos, acerca la posibilidad de que los productos sanitarios con THC que se elaboran en nuestro país se puedan utilizar y no tengan que salir obligatoriamente a la exportación.
Para seguir posicionando a Extremadura como un referente en el sector del cáñamo, el polo tecnológico ha organizado el primer Congreso Ibérico del Cáñamo. «Le estamos dando seriedad y rigor al tema», puntualiza Llerena, que adelanta que también habrá un simposio destinado a dar a conocer las posibilidades de negocio que este cultivo ofrece a las empresas. «
Publicidad
Al final, lo importante es lo de siempre: que además de las plantaciones de cáñamo en la región se haga la transformación industrial que aporta valor añadido», concluye el director de Ctaex.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.