Unos amigos rescatando animales de la finca de los Vizuete en Casas Aisladas de Gévora. J. V. ARNELAS
Temporal en Extremadura

Un vecino de Gévora pierde su casa y se le ahogan 400 cabras y 100 ovejas

Dos miembros de la familia Vizuete se salvaron de ser arrastrados por el río, pero han perdido todo lo que tenían

Miércoles, 14 de diciembre 2022, 20:57

Los hermanos Vizuete, y algunos amigos, han llegado este miércoles a la parcela de la familia, en las Casas Aisladas de Gévora, para comprobar que sus peores previsiones se cumplían. A Enrique, propietario de la explotación, se le habían ahogado 400 cabras y 100 ovejas ... y su casa estaba destrozada. Incluso perdió sus fotos familiares, ya que era la vivienda en la que se crió con sus hermanos, pero en la que ahora residía con su hijo.

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Su hermano Rafael explicó que está muy afectado. «Lo ha perdido todo, se siente impotente porque vimos como el agua se llevaba a los animales. Gritaban como pidiendo ayuda».

En esta parcela se dieron cuenta de que el agua subía el martes a primera hora de la mañana, pero no se alarmaron porque suele ocurrir y no entra en la finca. Esta vez sí. De repente la corriente empezó a arrastrar a los animales y estuvo a punto de llevarse a dos personas que se salvaron al refugiarse en el tejado del granero.

Este miércoles fueron a comprobar los daños y eran devastadores. Encontraron un chivo solitario que se había salvado y un par de pollos. Poco más.

«Es muy duro, mi hermano tiene 63 años y ¿Qué va a hacer ahora? ¿Empezar de nuevo? Lo ha perdido todo, hasta le he dejado ropa porque no tiene y se queda en una casa mía porque no tiene dónde ir», se lamentaba.

Tanto este vecino, como muchos otros, responsabilizan de las inundaciones al estado del cauce. Consideran que las restricciones para limpiarlo, por causas medioambientales, han creado tapones que les han perjudicado. Aunque el caso de esta familia es el más llamativo, muchos pacenses han perdido cosas estos días. Ayer solicitaban ropa y zapatos para los vecinos de estos poblados mientras muchos llamaban a sus seguros con la esperanza de recuperar algo. Era el caso de Marta Berjano que solo pudo ver como la corriente se llevó su Seat Ibiza que quedó colgado junto a una valla. Ayer, con unas amigas, se metió en el barro para recuperar los papeles y no pudo evitar llorar al dejar atrás su coche.

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Coches arrastrados por la corriente ayer junto a Gévora. J. V. ARNELAS
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