![Más de cien obras públicas se quedan sin adjudicar en Extremadura por el alza de costes](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/03/21/reg%20presa%20Alcollar%c3%adn-Rx58OsvSKVNsjTlxo83EGYP-1200x840@Hoy.jpg)
![Más de cien obras públicas se quedan sin adjudicar en Extremadura por el alza de costes](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/03/21/reg%20presa%20Alcollar%c3%adn-Rx58OsvSKVNsjTlxo83EGYP-1200x840@Hoy.jpg)
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No hay nadie que las quiera ejecutar. Hasta 25 proyectos, que abarcan diversos ámbitos y cuantías diferentes, han quedado desiertos en lo que va de año en Extremadura una vez que se han sacado a concurso. En todo el 2022 fue peor aún: 102 ... obras se quedaron sin adjudicatario. A las empresas no les salen las cuentas por el coste de las materias primas y por eso han decidido no optar a desarrollarlas. Hay obras del Gobierno, de la Junta y las entidades locales (ayuntamientos y diputaciones) y el problema para la obra pública, advierte la patronal Fecons, tiende a agrandarse a corto plazo.
El caso más llamativo, por ser el de mayor presupuesto, es la obra del trasvase entre las cuencas de los ríos Pizarroso, Alcollarín y Búrdalo, en los términos municipales de Abertura, Alcollarín, Escurial y Zorita (Cáceres). HOY contó el pasado 19 de enero como el Gobierno había dado vía libre al fin a una inversión de 74,4 millones de euros planificada, pero no desarrollada, desde hace treinta y un años. Actuación clave para asegurar tanto el regadío en la zona centro de Extremadura como para evitar los daños por inundaciones.
El Ministerio de Transición Ecológica había sacado a concurso la obra del trasvase de los ríos Pizarroso, Alcollarín y Búrdalo, la infraestructura hidráulica de mayor presupuesto de la Confederación Hidrográfica del Guadiana en tiempo reciente. El pasado miércoles, día 15, una resolución de Transición Ecológica declaraba desierto el procedimiento de contratación de la obra. No se había presentado nadie.
«No se entiende que hayan hecho un presupuesto de coste de materiales según cómo estaban estos en 2017», anticipa Joaquín Sánchez, secretario general de la Federación de Empresarios de la Construcción de Cáceres (Fecons).
1. Trasvase entre las cuencas de los ríos Pizarroso, Alcollarín y Búrdalo: Con un presupuesto de 74,4 millones. Nadie se ha presentado.
2- Nueva sede para Canal Extremadura: Obra en el polígono El Prado de Mérida por 2,8 millones.
3. Digitalización y autocontrol en la red de hospederías de la Junta: Por 1,1 millones.
4. Obras en diversas calles de Fregenal de la Sierra: Tres lotes diferentes. Por 838.000 euros.
5. Reforma centro ambiental de Cuacos de Yuste: Por 607.000 euros.
6. Obra de reparación del terraplén en la autovía Ex-A1, en Coria: Por 134.000 euros.
7. Obras en parques infantiles y otras actuaciones en Almendralejo: Por 65.000 euros.
Desde 2020 los precios de los materiales de obra han venido experimentando un «crecimiento desproporcionado e imprevisible», explica. Solo en 2021, cuantifica Sánchez, el incremento de los costes fue del 117,47 %. En agosto de 2022 alcanzó el 140,96 %.
«Por eso no entendemos que una obra de esta envergadura pueda salir a licitación con precios de 2017, fecha del proyecto de ejecución, sin ningún tipo de actualización», añade el secretario general de Fecons.
Asevera que cuando se licitó la obra, a principios de año, los precios del proyecto de esta obra están un 40 % por debajo de los precios del mercado. «Por eso no es de extrañar que haya quedado desierta. El presupuesto de salida no podía ser de 74,5 sino rondar los 105 millones», asevera Joaquín Sánchez. Recuerda que la Ley de Contratos del Sector Público obliga a que el precio de licitación de una obra sea «al precio general del mercado».
«Cuanto de más envergadura sea la obra, más riesgo hay de que no se pueda hacer porque más desproporcionado es el coste real y el presupuesto que se fija finalmente», especifica Javier Peinado, secretario general de la patronal extremeña, la Creex. «Pero también se están dejando de hacer obras de menor cuantía por el mismo motivo», señala.
Joaquín Sánchez
Secretario general de Fecons
Javier Peinado
Secretario general de la Creex
Peinado explica que el freno a la obra del trasvase de cuencas es el último ejemplo más impactante pero «ya hemos vivido casos anteriores que nos demuestra que la obra pública, sin un presupuesto acorde al coste real, está en la cuerda floja. Como ha sucedido con los nuevos juzgados de Badajoz (se empezaron a construir en 2016 y se van a inaugurar a final de mes aún sin terminar) o el regadío de Monterrubio (será terminado por Tragsa).
El secretario general de Fecons indica que CNC Extremadura (CNC Cáceres-Fecons y CNC Badajoz) ha venido colaborando con las Administraciones para que, ante el aumento de los costes, todas las obras públicas tengan la posibilidad de que se equilibren los precios, «actualizándolos desde la fecha en que se licitan hasta la fecha en que se ejecutan».
Lamenta que su esfuerzo haya caído en saco roto en buena medida aunque desde la Junta de Extremadura se ha intentado hacer variar la situación. Ha eliminado la tasa de la dirección de obra o ha aumentado para las empresas del beneficio industrial del 13 al 17%. «Son medidas buenas pero que se quedan cortas por culpa del Gobierno, que es quien está impidiendo realmente trasladar el aumento de costes a los presupuestos de obra pública», subraya Peinado.
La Junta había fijado una compensación para las empresas por este motivo, vía Presupuestos de Extremadura del año pasado. El Gobierno amenazó con llevar esta medida al Tribunal Constitucional y propició que esta iniciativa se anulara meses después.
No solo se quedan desiertos los procesos de contratación de obra pública. No va siendo infrecuente que un número significativo de proyectos se queden a medio hacer. «Las empresas adjudicatarias hacen un esfuerzo, van justas con los presupuestos pero si hay subidas de costes y no hay compensación, o terminan la obra asumiendo pérdidas si les queda poco por hacer o directamente dejan de hacerla», reflexiona Javier Peinado, secretario de la Creex. «Quien pierde ante esta realidad son las empresas, por supuesto, y los trabajadores que tienen. Pueden ir a concurso de acreedores y cerrar. Pero quien pierde también es la sociedad porque son obras necesarias por uno u otro motivo», añade Joaquín Sánchez, de Fecons. Si una obra se queda parada o sin iniciar, cada vez está siendo más frecuente que las administraciones recurran a la empresa pública Tragsa para terminarla. Desde Fecons se rechaza esta práctica generalizada, como también sostiene la patronal Creex. «Si se adjudica mediante una encomienda a una empresa pública no hay existencia de libre mercado. Y en este último caso se adjudicaría no a los precios en que se ha sacado a licitación, sino a los precios de tarifa de dicha empresa pública, que son superiores a los de mercado», explica su secretario general. Agrega que Tragsa no concurre «en igualdad de oportunidades con todas las empresas del sector; no abona sus impuestos en Extremadura; no tiene medios personales ni materiales suficientes en Extremadura, por lo que tendrá que subcontratar, pero a los precios que la empresa pública indique». Si se opta por la fórmula de una nueva licitación para un proyecto, Joaquín Sánchez expone lo obvio. «Debe salir con el prespuesto ajustado al coste de los materiales de ese momento del mercado. Si no lo hace, seguirá quedándose desierta».
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