Ana Heredia y José María Cid. Hoy
Emeritense en Puerto Rico

«La vida de Chema pasa por un avión medicalizado»

José María Cid Álvarez, emeritense de 47 años, lleva 45 días hospitalizado en Puerto Rico. «Su estado es crítico, necesita volver a España ya», clama su pareja

Martes, 1 de agosto 2023, 21:19

José María Cid Álvarez, 47 años recién cumplidos, extremeño de Mérida, viajó a Miami primero y de ahí a Puerto Rico por motivos laborales, y en este último país sufrió un infarto agudo de miocardio que le mantiene hospitalizado desde hace más de cuarenta días, una situación que pone en riesgo su salud y que según explica su pareja, no tiene más solución que su traslado a España en un avión medicalizado.

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«Necesitamos ese avión. La vida de Chema pasa por ese avión medicalizado», resume Ana Heredia, que viajó con él y que se mantiene a su lado desde el primer momento. «A principios de junio viajamos a Miami, donde estuvimos dos semanas –reconstruye la mujer–. Allí celebramos su cumpleaños, el 2 de junio. Chema, que es técnico reparador de láser, se reunió en Miami con representantes de una multinacional para trabajar como técnico de mantenimiento en Puerto Rico, adonde viajamos tras pasar esas dos semanas en Miami. Al segundo día de estar en Puerto Rico, en la noche del 17 al 18 de junio, me le encontré sin pulso. Le hice la reanimación cardiopulmonar y llamé a Emergencias».

No se acordaba Ana del número al que había que telefonear en una situación así, o sea, el equivalente norteamericano del 112 español, pero le vino el recuerdo de las películas americanas (Puerto Rico es un estado libre asociado, autogobernado pero dependiente de Estados Unidos). «Llamé al 911 –sigue relatando la pareja de Chema Cid–, vinieron a atenderle y a partir de ahí, todo ha sido una odisea».

Viajó por trabajo y allí sufrió un infarto agudo de miocardio seguido de varias complicaciones

Desde que ingresó en el hospital Federico Trilla (en la ciudad de Carolina, a 35 minutos en coche de San Juan, la capital del país), la salud del extremeño ha ido empeorando, con sucesivos episodios que le han generado diferentes daños. Ana explica que por confidencialidad no puede desvelar todos los datos sobre el cuadro clínico de su pareja, pero sí detalla que sufrió ese infarto agudo de miocardio y que luego le sobrevino una neumonía asociada a una bacteria multiresistente que en ocasiones vive en los quirófanos.

«Su estado es absolutamente crítico», resume Heredia, que también es emeritense y que está llamando a todas las puertas que tiene a su alcance y también a las que no para intentar conseguir ese avión medicalizado del que asegura que depende la vida de Chema. Contactó con Antonio Rodríguez Osuna, alcalde de Mérida, «y a través de su mediación –cuenta–, hemos conseguido que la embajada hable con nosotros y con el hospital».

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Una llamada urgente

Además, se ha dirigido por redes sociales a la Casa Real, al presidente del Gobierno o al Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación. También ha hablado con el consulado de España en Puerto Rico, y ha alertado de la situación a través de los medios informativos.

Todo se le hace poco para intentar ayudar a Chema, afirma. «Él tiene solo 47 años, ha cotizado a la Seguridad Social durante más de 24 años, necesita ayuda –urge Ana Heredia–. Necesita volver a España cuanto antes. En primera lugar, para que en un hospital le repitan todas las pruebas, y tenga acceso a especialidades que aquí en Puerto Rico no están tan desarrolladas. Y luego, para que le atiendan en un centro específico para pacientes con daño neurológico».

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«No tengo una sola queja del hospital Federico Trilla, que está haciendo lo posible y lo imposible por su salud», agradece la extremeña, que lamenta que el seguro que contrataron les niegue cantidad alguna alegando que una de las cláusulas del contrato les exime de hacerse cargo de los elevados costes de la estancia hospitalaria del emeritense.

«Todo lo que ha ocurrido después del infarto está siendo muy duro», resume Ana Heredia, que explica que el estado de su pareja es de tal gravedad que no se contempla más escenario que trasladarle de cama a cama. O sea, de la que ahora ocupa en el hospital a la de ese avión medicalizado por el que asegura que pasa la vida de Chema Cid.

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