La Virgen de La Asunción vuelve a Serradilla

La participación de la valiosa talla –del año 1749 y obra del escultor Luis Salvador Carmona– en Las Edades del Hombre no gustó a algunos vecinos de la localidad cacereña. Aunque finalmente el consejo pastoral de la parroquia optó por ceder la imagen, que es considerada una de las joyas del Barroco extremeño.

Precisamente, la importancia de que Serradilla estuviera representada en Las Edades del Hombre a través de su Virgen de la Asunción fue mencionada durante el acto de recepción de la talla celebrado ayer. «La imagen lleva desde el viernes en el pueblo y fue colocada en el santuario del Cristo de la Victoria, donde el sábado hubo una misa oficiada por el obispo de la diócesis, Ernesto Brotóns», expuso Carlos J. Martínez, que lleva 31 años publicando la revista local 'El Migajón'.

Desde el santuario, a las once y media de la mañana, arrancó ayer la procesión de la imagen hasta la iglesia de La Asunción. Allí se celebró una misa, oficiada por Ciriaco Benavente.

La jornada se cerró con un concierto de la orquesta sinfónica de la Diputación de Cáceres. Dirigida por el serradillano Martín Bravo, director de la banda de música de la Guardia Civil, la agrupación musical llenó la iglesia de La Asunción. «Fue magnífico; la acústica del templo es muy buena y tras casi una hora de interpretación, se cerró con el himno de Serradilla», comentó Martínez tras finalizar la actuación.

La talla de la Virgen de la Asunción presidió el concierto desde un lateral del templo, donde fue depositada tras la procesión. «El lunes (por hoy) o el martes está previsto que se coloque en su camarín», según Martínez.

De esta forma, la imagen volverá a su ubicación más habitual. Lo hará en buen estado, que era el miedo que tenían quienes preferían que la escultura no participara en Las Edades del Hombre. La situación llegó a tal punto que el párroco local, Jorge Trinidad, encargó a un experto que valorase si la talla de Nuestra Señora de la Asunción de Serradilla podía ser trasladada. La respuesta de Mariano Nieto, el escultor y restaurador que arregló la pieza en el año 1994, tras inspeccionarla fue que la imagen estaba en perfectas condiciones para su traslado.

Entre los que se oponían a ceder la imagen se citaba su «valor incalculable e insustituible si sufriese algún tipo de percance», como rezaban los folios en los que se recogieron firmas en los comercios del pueblo para evitar que la talla saliese de su iglesia.