Un vecino sacando ayer dinero en un cajero de la localidad, de 1.900 habitantes. Casimiro Moreno

Así se vive en Higuera de Vargas, el pueblo más pobre para Hacienda

Vecinos y alcalde explican cómo se apañan en esta localidad sin industria cuyo motor económico es el campo y donde aseguran que nadie pasa necesidades porque «hay mucho dinero guardado»

Sábado, 7 de octubre 2023, 07:42

Hay una estadística que cada año se ceba con una parte de la provincia de Badajoz. La realiza Hacienda, que traza un mapa de la pobreza a partir del IRPF. De ahí a titular dónde están los pueblos más ricos y pobres de España sólo ... hay un proceso de síntesis periodística en el que a menudo aflora Extremadura para mal. Y es que muchas de sus rentas brutas medias declaradas rondan los 12.000 euros, que contrastan con los más de 55.000 de los pueblos más ricos, ubicados en Madrid o Barcelona.

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Bajo la única premisa de qué renta declararon los españoles en 2021, Higuera de Vargas, a casi una hora de Badajoz, es el municipio más pobre del país. Zahínos, a 25 kilómetros, ha cerrado otros años esta misma lista. ¿Cómo viven en esta parte de Extremadura? Higuera de Vargas, con 1.900 empadronados, tiene seis bares. El pueblo, con castillo templario, rodeado de encinas y al que llega el olor de las carboneras cercanas, tiene taller, su farmacia junto al estanco, un supermercado Día, frutería, carnicería, dos tiendas que venden un poco de todo en la calle que lleva hasta el Ayuntamiento y dos sucursales bancarias. «Te aseguro que de los cajeros sale dinero», ironiza su alcalde, Ángel Cabalgante.

El jueves recibió la visita de una televisión nacional y ayer dio su opinión a HOY sobre esa clasificación que, con 12.737 euros, los pone a la cola de España en renta media bruta declarada: «indignar no me indigna, molestar tampoco, pero cuando salen esos datos estadísticos, como representante de este pueblo, me preocupa. En esos datos el Ayuntamiento no puede influir, pero la gente de fuera me ha escrito a ver qué pasa aquí», decía este viernes Cabalgante, que ha trabajado casi toda su vida en la banca y a sus 67 años debutó en mayo de alcalde como candidato de IU tras pactar con PP y Juntos por Extremadura.

Higuera de Vargas tiene un castillo templario, seis bares y dos sucursales bancarias. Casimiro Moreno

Otros alcaldes cuyos pueblos también están en la cola de esta clasificación, como el de Zahínos o La Parra, ambos entre los diez últimos del país, igual que Oliva de Mérida o Puebla de Obando, no quieren hacer declaraciones.

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Cabalgante prefiere aclarar que no es para tanto. «En Higuera la gente vive bien. Tiene su paro agrícola, pero no falta de nada, la gente se da sus caprichos, todo el mundo tiene su coche y viajan. La realidad es buena, aunque no haya industria, solo una fábrica de café con cinco empleados. Y luego está la hostelería», resume el regidor.

«El pueblo tiene su paro agrícola, pero no falta de nada, la gente tiene su coche y se da caprichos, viaja...»

Ángel Cabalgante

Alcalde de Higuera de Vargas

Varios vecinos critican que muchos prefieran los subsidios a trabajar e indican que Cáritas atiende a familias, pero el alcalde matiza que solo son tres o cuatro. «Igual que ayudamos desde el Ayuntamiento a quien no le llega para la luz», apunta antes de que la diplomacia política le impida aportar otras claves.

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«Hay mucho dinero guardado»

Una de esas claves es el dinero 'B' que para Hacienda no existe. Solo hay que salir a la calle para que los vecinos, a través de gestos, revelen cómo se apaña el presunto pueblo más pobre y sacudirse así semejante calificativo. «Aquí lo que hay es mucho dinero guardado», zanja sobre la mesa del Bar Félix Antonio Viera, transportista que se jacta de que él no puede manejar dinero negro «porque trabajo con multinacionales», pero cualquiera de los que le rodean, dice, «está cobrando el paro y tiene cien vacas, doscientos guarros y vende animales a nombre de otro». La mayoría de los vecinos, sin querer ser citados, suscribe esta teoría y añaden que trabajar, lo que es trabajar, se trabaja lo indispensable.

En Higuera de Vargas el motor de la economía es la agricultura y la ganadería. Pero como cualquier pueblo de este tamaño su población va a menos y el atractivo por quedarse allí a vivir mengua. «Mis padres se fueron a Alemania y yo llegué con 15 años. Entonces había unos veinte bares. Llevo aquí 35 años y ahora casi no quedan. El que tenga trabajo vive bien y yo no cambio el pueblo por una ciudad, pero la verdad es que la juventud se está yendo», decía ayer Lola Felipe.

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Valentina Tinoco, de 27 años, reside en Higuera de Vargas de alquiler por 250 euros al mes, pero la mayoría de sus amigas aún vive con sus padres. «La gente joven se termina yendo a Badajoz o a Palma de Mallorca a trabajar en la hostelería o un hotel», apunta esta camarera. No muy lejos está el estanco. Todos se han enterado de que su pueblo cierra esta clasificación de Hacienda e intuyen a qué viene el periodista. «Dinero ya te digo que hay. No hay muchas empresas, pero la gente se va de vacaciones», responde la dependienta.

Calle José Salguero de la localidad, junto a la Plaza de España, este viernes. Casimiro Moreno

Según Antonia, que regenta hace 30 años la tienda Alfer (regalos, mercería, bazar) y ha prosperado poco a poco, cuando más vende es entre noviembre y diciembre y en verano. En el primer caso porque es época de recogida de la bellota, en el segundo porque se recoge la fruta, dos periodos en los que entra dinero en las casas. Esa bellota que en mes y medio empezará a convertirse en billetes sale de la dehesa municipal de 6.000 hectáreas. Este recurso lo tienen en varios pueblos cercanos y en el caso de Higuera de Vargas lo gestiona la Sociedad Civil La Benéfica, de donde llega un empujón económico gracias a que cada vecino tiene derecho a usar sus terrenos para ganado, cultivos, aprovechar la bellota o el corcho cuando llega el momento. «Por cinco o seis sacos de bellota te sacas unos cien euros», decía este viernes una clienta de Antonia que en verano va también a la fruta.

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«En una semana rebuscando la corcha te sacas unos 500 euros», añadía otra, también con hipoteca. Ninguna quiere dar el nombre y solo ellas saben si el fisco contabiliza todo esto. Y así, entre lo que cada uno apaña cuando llega el momento, avanza sin demasiadas preocupaciones Higuera de Vargas y tantos otros pueblos de la comarca que no llaman la atención en las estadísticas.

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