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Guardiola y Gordillo escenifican su desencuentro en la elección de la Mesa de la Asamblea. HOY

Vox rompe el pacto con el PP y Guardiola tratará de gobernar Extremadura en solitario

Santiago Abascal cumple su amenaza, anuncia la salida de su consejero de la Junta y promete una «oposición leal y contundente»

Ana B. Hernández

Jueves, 11 de julio 2024, 22:48

El primer gobierno de coalición de Extremadura se rompe un año después de echar a andar. Santiago Abascal ha cumplido su amenaza de ruptura con el PP y María Guardiola tratará ahora de gobernar en solitario.

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«Pedimos por activa y pasiva que no ... se acogiera a más menores migrantes no acompañados (menas), pero no se nos ha atendido», recordó anoche de forma solemne el líder nacional de Vox. «Hemos cedido quizás demasiado algunas veces para salvaguardar los gobiernos autonómicos y consolidar una alternativa, pero no se puede pactar con quien no quiere», subrayó.

Sus cesiones han llegado hasta el reparto de menas. «Vox constata que los acuerdos están rotos, retira su apoyo parlamentario al PP y hará una oposición leal y contundente». Este viernes, por tanto, dimitirá su consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural, Ignacio Higuero, como el resto de cargos en los gobiernos de Murcia, Castilla y León, Aragón y la Comunidad Valenciana.

Aunque se hizo esperar, Abascal compareció con una hora y media de retraso, su confirmación de la ruptura, tal y como se había desarrollado la jornada, era esperada después de que la noche del miércoles diera por roto los pactos, tras conocerse que las comunidades del PP habían aceptado en la Sectorial de Infancia el reparto de menas y habían ignorado su petición.

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Fue entonces cuando en el PP extremeño comenzaron a creer que Abascal podría cumplir con una amenaza que hasta ese momento ni consideraron ni temieron. No al menos en una región en la que los dos partidos han dejado fuera del pacto de gobierno cualquier asunto relacionado con la política migratoria.

«Nuestro acuerdo tiene 60 puntos, ninguno relacionado con ese asunto, que estamos cumpliendo escrupulosamente y que vamos a seguir haciendo», recordó este jueves también la presidenta extremeña, para quien «lo deseable sería que los políticos velemos por el interés de la región, aunque no sé si esto es lo que piensa Vox o va a obedecer órdenes de su dirección nacional».

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Esa duda la había despejado con claridad el líder del partido en Extremadura. El presidente del grupo parlamentario y senador autonómico, Ángel Pelayo Gordillo, ya había dejado claro el día anterior que aunque la política migratoria no formaba parte del pacto regional, «se trata de una cuestión nacional y yo respaldo el criterio de mi partido».

Antes de confirmarse la ruptura, también el consejero de Vox ahondó en la misma idea: «Estoy a lo que me remita mi presidente y me digan desde Madrid». Es decir, filas cerradas con Abascal.

Pero lo cierto es que aunque las decisiones del líder vasco no se cuestionan ni de manera interna ni externa, la ruptura con el PP no ha gustado en Extremadura. La relación en el Consejo de Gobierno ha sido hasta ahora fluida y en la Asamblea también. De hecho, más allá de rifirrafes puntuales, ambos socios han venido haciendo gala de su sintonía. Aunque esta supusiera en no pocas ocasiones que el PP impusiera su mayoría en el gobierno y Vox tragara. Aun así, dentro de la región, los de Abascal confiaban en que no ejecutara la amenaza, después de lo mucho que les costó entrar en el gobierno de la Junta.

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Pero esta vez el desencuentro no ha sido por una cuestión doméstica. Y de la misma manera que Ángel Pelayo ha respaldado el criterio de su partido, Guardiola ha hecho lo propio con el suyo. La presidenta extremeña ha defendido la acogida de menas: «Somos un gobierno serio que cumple sus compromisos en asuntos importantes y creemos en la solidaridad interterritorial».

Ahora, con el pacto de gobierno roto, tratará de gobernar en solitario con apoyos parlamentarios, en la misma línea que ha anunciado el presidente de la Comunidad Valenciana.

En Extremadura, con los presupuestos de 2024 aprobados (los mayores de la historia de la autonomía) hay margen para hacerlo y, tal vez por ello, tras el desconcierto y la sorpresa iniciales, en el PP regional esta opción a la que les ha abocado Vox está generando más optimismo que desánimo.

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Apoyos en la Asamblea

La salida de la ultraderecha del gobierno extremeño se presenta ahora como una oportunidad para que Guardiola pueda romper con el partido con el que nunca quiso pactar, una ocasión para sacudirse el vínculo que sirve de principal arma de oposición a la izquierda y que lastra la imagen moderada que la presidenta extremeña se afana por personalizar.

«Creemos que Vox no ha pensado de forma adecuada una estrategia que a ellos les debilita y que fortalece al PP», opinan fuentes de los populares. «Rompen por un asunto que no está en el pacto extremeño, pero que además cala en la conciencia de la gente, estamos hablando de menores que se ven obligados a salir de sus países».

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En el PP pasaron este jueves de no temer la ruptura a valorarla, conscientes además de que la presencia de Vox en el gobierno se ciñe a una consejería, una situación diferente al resto de los otros cuatro territorios con gobiernos de coalición. Asimismo, confían en que la oposición en la Asamblea de sus cinco diputados no impedirá que, como hasta ahora, saquen adelante cuestiones que ambas formaciones comparten.

«Se puede gobernar en minoría. Vox podría ponernos zancadillas, pero no dejará caer a Guardiola y permitir que la izquierda recupere la Junta de Extremadura».

En cualquier caso, siempre está abierta la opción de un adelanto electoral. «Si se demuestra que la región es ingobernable, hay que pasar a ese escenario, la presidenta tendría justificado hacerlo», afirman fuentes populares. Pero en el PP subrayan que esta siempre será la segunda opción. «Llevamos demasiadas elecciones, se debe justificar el adelanto», insisten.

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En cualquier caso, en él también creen que Guardiola saldría reforzada frente a Vox y ante un PSOE en horas bajas, con su secretario general y presidente de la Diputación de Badajoz afectado, aunque fuera de la querella, por la causa judicial abierta contra el hermano de Pedro Sánchez.

Aun así los populares extremeños no entienden la decisión de ruptura. Tampoco en Vox Extremadura. En una y otra formación hay quienes consideran que «lanzada la bravuconada, Abascal se ha visto obligado a llegar hasta el final y no comprometer su palabra».

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Sin una cita electoral a la vuelta de la esquina, unos y otros consideran que la ultraderecha perderá la influencia y visibilidad que da estar sentado en un Consejo de Gobierno, pese a que el rédito obtenido de ello en la región es limitado. Precisamente, este el motivo que alegan quienes defienden que la ruptura permitiría a los de Abascal defender su ideario con más fuerza, marcar más distancia con el PP y contrarrestar el avance del nuevo partido de Alvise.

En la formación de ultraderecha consideran que entre sus votantes son mayoría los que apuestan por la ruptura, tras los últimos acuerdos alcanzados por PP y PSOE, y creen que puede acarrearles incluso un incremento de votos de cara a unas futuras elecciones.

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