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Croquetas con sabor a madre

Croquetas con sabor a madre

Extremeños de HOY ·

La gala fue un ejercicio de evocación de la familia y de exaltación de quienes lo dejan todo para luchar por sus sueños

J. R. Alonso de la Torre

Viernes, 8 de julio 2022

Las croquetas estaban ricas: cremosas, sabrosas, delicadas… La vida es una búsqueda perpetua de los sabores de la infancia, por ejemplo, de las croquetas que te preparaban en casa, las croquetas familiares. Las que elaboró el catering de Feval para la 34 Gala Extremeños de HOY estaban deliciosas, sabían a madre y se convirtieron en una metáfora del festejo: en cada bocado de croqueta se dibujaba nuestra madre al igual que en cada discurso de los premiados había un homenaje a las madres, a los padres, a las abuelas, a los maridos, a la familia...

Mamás inculcando valores, mamás al borde del infarto por las decisiones de sus hijos, mamás que atraen a una ciudad levantina y cambian la vida del muchacho que quería ser DJ y acabó siendo chef. «Los premiados tienen un elemento común: la familia como inmenso caudal de afectos», sentenció Guillermo Fernández Vara y en su frase resumía las emociones de una entrega de galardones en la que cada premiado dejó patente desde el escenario que sin la madre, el padre, la abuela o el marido nada hubiera sido como es.

La gala tenía la gracia de los acontecimientos primeros. Desde el principio, nada había en ella de rutina a pesar de ser la trigésimo cuarta edición. Para empezar, se celebraba por primera vez fuera del eje Plasencia-Cáceres-Mérida-Badajoz. Como dijeron las presentadoras, Soledad Gómez (corresponsal de HOY en Villanueva de la Serena) y Estrella Domeque (corresponsal en Don Benito), la nueva ciudad se ha convertido en la tercera de Extremadura y los Extremeños de HOY certificaban esa importancia resumida en la frase inspiradora del evento: «Hoy y siempre, juntos seremos más».

Pero había otro detalle iniciático: Mar Domínguez, directora de HOY desde el pasado mes de febrero, se presentaba formalmente ante la sociedad extremeña. Porque Extremeños de HOY y la entrega de las medallas de Extremadura en el Teatro Romano de Mérida son los dos momentos estelares de la sociedad civil y política extremeña: en el palacio de congresos de Villanueva, estaban los alcaldes de Cáceres y Badajoz, los presidentes de las dos diputaciones, consejeros, representantes del ejército, de la judicatura, de la empresa, de la cultura, de la gastronomía, de la creación… Estaban Vara y Juan Andrés Tovar, Monago y María Guardiola… Todos.

El discurso de la directora, de Mar Domínguez, fue más racional que emocional. Se desmarcaba así de esa corriente moderna y transversal que impregna la oratoria actual y busca provocar más sentimientos que razonamientos. Habló del reto de envergadura al que hace frente HOY a partir de los hábitos cambiantes de lectura, pero manteniendo las premisas básicas del rigor, la credibilidad y la calidad periodística.

«No militamos, rechazamos los extremismos, no hacemos entrevistas masaje…», desgranaba la directora de HOY las verdades inmutables del buen periodismo, para referirse después a las formas cambiantes del nuevo periodismo, que se lee, se ve, se escucha, pero se basa en la confianza en que una foto no está manipulada, una información no está sesgada… El mensaje de Mar Domínguez quedaba claro: modernidad en el continente, valores inmutables en el contenido.

Quique Dacosta, Asunción Gómez-Pérez y Jorge Luengo tras recibir sus encinas cúbicas. Pakopí

En estas crónicas, siempre había un apartado para el glamour, pero tras tantos años describiendo la originalidad y variedad de la elegancia femenina y el aburrimiento rutinario de los trajes de caballero, lo del glamour se ha quedado muy antiguo, aunque si hubiera que hacer una cala sintomática, nos quedaríamos con el vestido negro de la directora de HOY, el vestido rosa de María Guardiola, candidata del PP a la presidencia de la Junta, y el blusón azul marino y desenfadado de Lucio Poves, corresponsal en Los Santos de Maimona, que fue previsor, se llevó un abanico y lo iba prestando a los invitados. Uno de los que se abanicó con el complemento refrescante de Lucio fue Francisco Javier Fragoso, que ironizaba con el lío en el Ayuntamiento de Badajoz y lo tranquilo que estaba él: relajado, sonriente, abanicándose.

Pero volvamos a las croquetas y a la familia. La catedrática y académica Asunción Gómez-Pérez recordaba a sus padres Pepe y Clara, una familia de Azuaga que le había inculcado los valores del trabajo bien hecho. No olvidaba su formación en el colegio San José de Villafranca, siempre presente en estos premios. Habría que hacer un reportaje sobre los Extremeños de HOY que estudiaron en colegio tan prestigioso. Asunción terminó quebrando el tópico (detrás de una gran mujer hay un gran hombre) cuando se refirió a Manolo, su marido. «¿Quién nos iba a decir cuando nos conocimos a los 18 años en el colegio San José que íbamos a recorrer este camino juntos?», se preguntaba para acabar con una dedicatoria emocionada: «Como bien sabes, la mitad del premio es tuyo».

La familia se convertía en eje vertebral de la gala cuando Jorge Luengo daba las gracias a sus padres «por haberme traído hasta aquí». Fue en ese momento cuando sobrevoló el escenario y se quedó flotando por el verde agua del palacio de congresos uno de los mensajes de la noche, convertido en síntoma de la Extremadura que vivimos. Contó Jorge Luengo que él era profesor de Matemáticas con plaza fija, pero decidió dejarlo para hacer realidad sus sueños y sus ambiciones. Cuando comunicó a su madre la decisión de dedicarse a la magia y aparcar el funcionariado, «por poco no le da un infarto».

Mar Domínguez, directora de HOY desde febrero, se presentaba formalmente ante la sociedad extremeña

Guillermo Fernández Vara contó después que es amigo de Jorge Luengo y que admiraba su capacidad para tomar una decisión y rechazar lo que todos queremos: la tranquilidad de una plaza de trabajo fija. Le faltó decir: «Que todos queremos… en Extremadura», ese lugar donde se considera heroicidad lo que en otras regiones es normal: huir de la rutina del funcionariado para emprender y dedicarte a lo que te gusta y sueñas. Jorge Luengo es un héroe moderno extremeño y la confirmación de que lo suyo es, por ahora, una excepción.

La abuela guisandera, la madre en Levante y el joven de Jarandilla de la Vera recogiendo frutos rojos, pimientos y tabaco para ahorrar dinero e irse con su madre a Denia, donde el empeño materno hizo que, en vez de ser DJ Quique, hoy sea el chef Quique Dacosta. De nuevo la familia como aglutinante y acicate. Quique Dacosta, seis restaurantes, uno con tres estrellas Michelin y otro con dos, y director gastronómico del hotel Mandarin Ritz de Madrid. En Levante, se formó como cocinero y allí triunfa. Pero por si quedaba alguna duda, empezó su discurso con un definitorio: «Buenas tardes, paisanos» y un aclaratorio: «Uno no elige dónde nace, pero si me dieran a elegir, volvería a escoger Jarandilla de la Vera».

Habló después Miguel Ángel Gallardo, alcalde de Villanueva de la Serena, que anunció que antes de las vacaciones se conocerá el nombre de la tercera ciudad de Extremadura y Guillermo Fernández Vara informó de que iba a proponer al Consejo de Gobierno la concesión de la Medalla de Extremadura a las ciudades de Don Benito y Villanueva.

Finalmente, salimos todos al ambigú y probamos las croquetas de verdad, sin metáfora dentro. Conversaciones distendidas con unos y con otros: Vara contaba que al día siguiente tenía reunión con las fuerzas vivas en Plasencia por el tema del tren y que iba a proponer edificar una estación en el punto de la vía más cercano a la ciudad: a siete kilómetros. Javier del Pueyo, presidente de Banca Pueyo, se mostraba orgulloso por la apertura de sucursales en Madrid, por no haber cerrado oficinas en Extremadura, por ser una banca cercana… Con Ignacio Huertas (UPA-UCE), ya en plena forma, hablamos de la agricultura como arma política y con Andrés Bravo, simpático y eficiente alcalde de Gargáligas y gran amante del Camino de Santiago, de libros y literatura… Resumiendo: estaban todos, las croquetas estaban ricas y sabían a madre.

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