![Discurso Manuela Martín: HOY es y quiere seguir siendo un foro abierto](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/201810/29/media/cortadas/ext-2-k18-U601393466828g5E-1680x720@Hoy.jpg)
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Buenas tardes señoras y señores. Presidente de la Junta, alcaldesa, autoridades, amigos. Bienvenidos a la trigésima edición de los premios Extremeños de HOY y gracias por compartir esta fiesta anual. Gracias también a Iberdrola por su patrocinio y a la Junta de Extremadura por su colaboración.
Treinta años nada menos reconociendo la trayectoria de extremeños que han destacado por sus méritos profesionales y humanos. Más de cien personas han recibido ya la encina cúbica que les acredita como extremeños de HOY.
Esta noche se unen a esa lista tres más, Álvaro Martín, Ana Peláez y Pablo Guerrero.
Los premiados de este año me encantan. No solo por sus incuestionables méritos, sino porque son muy distintos entre sí. Álvaro Martín es un chico que vive para el atletismo. La marcha es lo suyo.
Ana Peláez ha dedicado su vida a trabajar en las relaciones internacionales de la Fundación ONCE y a representar a España en foros internacionales, ahora en la ONU.
Pablo Guerrero es un artista que lleva más de medio siglo cantando. Como ven, tienen vidas y trayectorias muy distintas.
A pesar de ello, creo que tienen en común mucho más de lo que parece. Ahora que está tan de moda inflar los currículos para aparentar lo que no se es, nuestros tres premiados son auténticos. Sus logros profesionales los han alcanzado a pulso, a base de mucho talento y mucho trabajo. No se logra gratis un campeonato de Europa de Marcha, sino porque se entrena tanto o más que los rivales.
Cuando descubrimos a Ana Peláez nos deslumbró no solo su biografía sino la fuerza y la alegría de una mujer nacida en Zafra y a la que ser ciega no le ha impedido comerse literalmente el mundo.
A Pablo Guerrero lo conocemos todos. Les confieso que hay quien me ha preguntado con extrañeza: ¿pero a Pablo Guerrero no le habíais dado todavía el premio? Pues no. Y aquí lo tenemos para enmendar esa laguna.
Los tres, Pablo, Ana y Álvaro, representan la autenticidad, un valor del que nos reclamamos los periódicos cuya vocación es servir a la sociedad. Un valor, el de la autenticidad, al que nos agarramos en tiempos de crisis como nuestra tabla de salvación.
Porque la autenticidad, que para los periódicos es la búsqueda de la verdad para servirla a los lectores, es nuestra razón de ser.
Mi predecesor en la dirección del periódico, Ángel Ortiz, ya habló en la entrega de los premios Extremeños de HOY del año pasado de la amenaza de las noticias falsas (las famosas 'fake news') y del peligro que representa la posverdad para la democracia.
En los últimos meses hemos comprobado hasta qué punto esa amenaza a la que se refería Ángel es real. Hemos sabido que hay empresas, como Cambridge Analítica, que se dedican a vender datos personales para manipular procesos electorales y políticos como el Brexit, las elecciones americanas e incluso el referéndum de independencia de Cataluña.
Ya somos conscientes de que se dispone de la capacidad técnica de pervertir la democracia a base de manejar el llamado big data, y que se está usando.
Fíjense el inmenso lío en el que está metida Gran Bretaña (y la Unión Europea de paso) porque, ayudados por las 'fake news' y el big data, los nacionalistas convencieron a suficientes británicos de que la Unión Europea les robaba, y que serían más ricos y más felices fuera de ella. ¿Les suenan a ustedes estas consignas?
A mí me produce escalofríos que los aparentemente inocentes 'me gusta' que ponemos en Facebook sirvan para etiquetarnos política y psicológicamente y vendernos como mercancía.
El fin de esa venta sí lo sabemos: manipularnos e influir en nuestras decisiones. No solo para que compremos el nuevo modelo de teléfono móvil. Eso sería casi inocente. Sino para que votemos, por ejemplo, a favor de que se limiten derechos que creíamos consolidados. O a favor de que se levanten fronteras donde nunca las ha habido. ¿A que también les suena?
Todo el fenómeno de las noticias falsas y del uso de datos personales para manipular a la opinión pública me ha asustado.
En algún momento lo he visto como un huracán que nos iba a arrastrar a todos, los periodistas y los periódicos los primeros, y a mandarnos al contenedor de los trastos inútiles. Sin embargo, hoy soy más optimista que hace un año y pienso no solo que sobreviviremos sino que de esta crisis saldremos más fuertes.
Y soy más optimista por una razón. Creo que, de manera paralela a cómo se ha desarrollado la gran fábrica de las 'fake news', se ha activado la capacidad de los ciudadanos para detectarlas.
Como si nuestro sistema inmunitario se hubiera puesto al fin en guardia para detectarlas y rechazarlas.
Yo como lectora, y ya no les digo como periodista, estoy harta de las 'fake news'. De que cada día lleguen a la redacción de HOY bulos que tenemos que desactivar. La consecuencia de ese hartazgo es que cada día más busco medios que me garanticen que lo que leo es verdad, está contrastado y tiene alguien detrás que lo respalda.
Y ahí es donde entramos los periodistas de verdad y las empresas periodísticas serias y auténticas. En garantizar que detrás de cada noticia, de cada opinión, hay alguien que responde por ellas.
A mi correo y a mi mesa llegan algunas felicitaciones. Y llegan quejas, muchas más. Y es lógico. Tendemos a protestar por lo que no funciona bien. Les aseguro que todas las quejas que nos llegan se ven con atención, y si están fundadas, se averigua dónde está el fallo y se corrige.
Todos los que hacemos HOY, desde el corresponsal más veterano a la reportera más joven, estamos comprometidos con el periodismo. Que no es otra cosa que contarle a la gente lo que ocurre alrededor y, también, servir de foro a las opiniones de la sociedad. En nuestro caso, a la extremeña.
Nuestra función no es ni maquillar la realidad ni inventárnosla. Es reflejarla con nuestras noticias y ayudar a entenderla con nuestras opiniones y las opiniones de todas las personas que lo largo del año publican artículos en nuestras páginas.
HOY es, y quiere seguir siendo, un foro abierto en el que caben todas las voces que tienen algo que aportar.
A veces algún lector escandalizado me dice, ¿pero cómo le publicáis una tribuna a tal o cual persona?
Como pueden ustedes comprender, yo no estoy de acuerdo con todo lo que se publica en HOY, pero defiendo que se publiquen puntos de vista muy diversos porque creo que eso es democráticamente imprescindible. Leer con atención a gente con la que discrepamos nos pone ante los ojos que la sociedad es plural. La extremeña, por descontado, también.
Por eso en HOY recogemos opiniones de derechas y de izquierdas, de nacionalistas y de no nacionalistas, de creyentes y no creyentes.
Y la publicación de una doble página con un excelente reportaje de la bajada de la Virgen de la Montaña, puede coincidir con la noticia, dos páginas más adelante, de que ha habido una manifestación de activistas antitaurinos, por ejemplo.
Porque la sociedad extremeña, insisto, es diversa, y conocer y respetar esa diversidad nos quita prejuicios y nos hace más tolerantes a todos. La unanimidad no suele ser verdad, suele ser fingida; y además es un fraude. Y en HOY queremos ser de verdad, auténticos.
El diario HOY es una plaza abierta a la realidad extremeña y eso incluye recoger las reivindicaciones que siente Extremadura. Lo fue, por ejemplo, hace medio siglo cuando apoyó la creación de la Universidad; y lo es hoy para reivindicar asuntos que consideramos de interés regional, como el tren.
Creo que una sociedad moderna, democrática, por supuesto, sigue necesitando periódicos como HOY que le cuenten a los extremeños lo que ocurre alrededor, lo bueno y lo malo. Los éxitos de Álvaro Martín y los retrasos de las obras del tren. Los proyectos de Pablo Guerrero y los problemas de nuestro río Guadiana con el camalote. El papel destacado de Ana Peláez en la ONU y la atonía de nuestro mercado de trabajo.
En HOY cabe todo, todo lo que es de interés público, las opiniones de quienes están en contra del proyecto de la mina de litio en la Montaña de Cáceres y de quienes están a favor; las quejas de los vecinos de la parte antigua por el plomo en las tuberías del agua y el entusiasmo de cacereños y turistas por su impresionante Semana Santa.
Porque todos esos asuntos son importantes y todos nos interesan como lectores y nos atañen como ciudadanos. En HOY, como les digo, cabe todo lo importante para los extremeños.
Pero no hay que equivocarse: no somos un tablón de anuncios, un muro en el que cada uno cuelga su comunicado o su opinión y el resultado es un batiburrillo sin orden ni concierto. Si lo fuéramos seríamos inútiles.
En HOY hay periodistas que se dedican, como profesionales que son, a ordenar las centenares de noticias que nos llegan cada día, a valorar qué puede interesar a los lectores y a contárselo de la manera más inteligible y atractiva.
Eso es lo que sabemos hacer, yo creo que razonablemente bien, y lo que queremos continuar haciendo: servir a la sociedad extremeña información y opinión crítica y seguir siendo la institución informativa de referencia.
He utilizado el adjetivo crítico. Información crítica. Y lo he hecho a conciencia. Porque un periódico o está hecho con espíritu crítico o es otra cosa.
Aquí no estamos para darnos jabón mutuamente, ni para dárselo al poder. Y bien lo saben las autoridades, de todos los signos políticos, que hoy tienen la amabilidad de acompañarnos.
Lo saben ellos y ustedes: en HOY no somos unos pirómanos, unos locos que vayan por ahí provocando incendios, pero no abdicamos de contar la realidad tal como es. Aunque a veces duela o moleste. Somos una institución rigurosa, crítica; es decir, periodística.
Queremos seguir apegados al sentir de los extremeños, alegrándonos con sus fiestas, dando voz a sus aspiraciones y prestando espacio a sus denuncias cuando están fundadas.
Ese es el espíritu con que nació la prensa y ese el que anima a HOY, a sus dos ediciones de papel, la de Cáceres y la de Badajoz, a HOY.es en Internet; a la treintena de hiperlocales que se publican en localidades de toda la región, de norte a sur y de este a oeste.
Es el espíritu que está detrás del proyecto de potenciar en los próximos meses HOY. es con más servicios y con la creación de la plataforma ON PLUs dedicada a suscriptores de la web. Creemos que ese es el futuro y apostamos por él.
El papel y la web son soportes distintos para transmitir el mismo valor: el de la autenticidad, como nuestros tres premiados, y el de la confianza. Porque en HOY respondemos. Nosotros no les vendemos mercancía averiada. Del periódico HOY, amigos, se pueden ustedes fiar.
Muchas gracias.
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Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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