Liam Payne tenía una concentración de alcohol en sangre casi letal en el momento de su muerte

El último informe de la Fiscalía Nacional Criminal y Correccional Nº14 sobre las circunstancias que rodearon el fallecimiento de Liam Payne en octubre del año pasado en Buenos Aires ha revelado que tenía una concentración de alcohol en sangre prácticamente letal en el momento de su muerte.

El documento recoge que la tasa de alcohol del excomponente de One Direction ascendía a 2,7 gramos por litro de sangre, lo que supone una intoxicación etílica severa. En España, el límite legal de alcoholemia para conducir es de 0,5 g/L en sangre para los conductores en general y de 0,3 g/L para conductores noveles, por lo que la tasa del artista británico superaba en cinco y nueve veces esos límites. Una intoxicación que, según los expertos, podría llegar a producir pérdida de conciencia y amnesia, además de grave deficiencia motora y pérdida de equilibrio.

Además de estas novedades, el escrito de la fiscalía ratifica el procesamiento de Braian Paiz, acusado de haber vendido drogas a Payne. En este sentido, Paiz había negado las acusaciones, sosteniendo que entregó los estupefacientes de forma gratuita. Sin embargo, «las pruebas recabadas revelan el carácter oneroso de las entregas y permiten confirmar la persecución ordenada por la instancia anterior».

De hecho, las imágenes de las cámaras de seguridad en las que se pudo ver a varias personas llevando en volandas al cantante al no poder caminar por su propio pie debido a su mal estado, también permitieron observar cómo, antes de ese momento, «Payne bajó a recepción a pedir dinero». Además, el informe policial realizado en el domicilio de Paiz señala que «todos los habitantes/familias del lugar tienen como principal medio de vida la venta de material estupefaciente».

En noviembre, la fiscalía informó de que, además de alcohol, el organismo de Payne tenía rastros de cocaína y antidepresivos recetados. En concreto, la autopsia confirmó la presencia de cocaína, cocaetileno, benzoilecgonina, metilecgonina y sertralina (Zoloft), un antidepresivo recetado.

El excomponente de One Direction falleció el pasado 16 de octubre, a los 31 años, al caer desde la terraza de una habitación del tercer piso del hotel CasaSur del barrio de Palermo, en Buenos Aires, donde se alojaba. Aunque inicialmente fueron detenidas varias personas por su posible implicación en la muerte del cantante, incluidos su amigo Roger Nores y dos empleados del establecimiento hotelero, actualmente solo siguen en la causa Paiz y Ezequiel Pereyra, detenidos por ser los responsables de suministrarle las drogas.

En el momento de su muerte, Liam se encontraba solo en Argentina, país al que había viajado junto a su novia, Kate Cassidy, quien tuvo que marcharse para atender sus compromisos profesionales. «La angustia de haberlo dejado solo va a acompañarla el resto de su vida», contaron desde su entorno.

Los altibajos emocionales y las adicciones habían sido una constante en la vida del exintegrante de One Direction. Su expareja, Maya Henry, contó en la revista 'Rolling Stone' que el músico llevaba años luchando contra la depresión y la dependencia de diferentes sustancias, y aseguró que se convertía en «alguien irreconocible cuando consumía».

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