

Secciones
Servicios
Destacamos
Mercedes Gallego
Corresponsal. Nueva York
Miércoles, 2 de abril 2025, 06:58
Si de lo que se trataba es de hacer una buena inversión, la victoria de la jueza Susan Crawford ayer en las elecciones de la ... judicatura al Supremo de Wisconsin suponía una derrota para el fundador de Tesla. Pero si de lo que se trataba era de medir el desgaste de Donald Trump en estos primeros dos meses de gobierno, también se puede decir, sin lugar a dudas, que en los bastiones MAGA el fundador de Make America Great Again sigue siendo el amo.
Los analistas no han tardado en destacar que la ventaja de Jimmy Patronis y Randy Fine en esos dos distritos legislativos de Florida, donde ambos han ganado con el 57% de los votos, era la mitad de la que disfrutase el presidente en noviembre, pero es que por mucho que les apoyase, ellos no son Trump. Tampoco los comicios fuera de calendario gozan de una participación remotamente parecida a la de las presidenciales. Las dos elecciones especiales celebradas este martes buscaban reemplazo para los dos asientos que han dejado vacantes su asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y el ex congresista Matt Gaetz, al que ofreció el cargo de fiscal general. Su nominación nunca se hizo efectiva, porque sus compañeros ya habían visto vídeos y facturas comprometidas de las menores a las que pagó por favores sexuales, pero le sirvió de coartada para dimitir antes de que se hiciera pública la investigación del Comité Ético de la Cámara Baja.
Los demócratas sin duda han acortado distancia con sus sucesores, en comparación a la ventaja que sacaban a los populares congresistas de ultraderecha. Ni siquiera el malestar que pueda haber causado los recortes de servicios a veteranos, o las humillaciones sufridas por los deportados venezolanos, han hecho tambalear la victoria de los dos candidatos de Trump. Los demócratas habían invertido entre seis y diez veces más que sus oponentes, con los republicanos acusándoles de usar donaciones procedentes de fuera del estado. El pánico se había instalado en la formación conservadora durante los últimos días, cuando algunas encuestas privadas mostraron la contienda más ajustada de lo que se esperaba y pesos pesados como el ex asesor de Trump, Steve Bannon, y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, dieron la voz de alarma. Si la derrota hubiera sido interpretada como un castigo de los votantes a las políticas de Trump, sus victorias también son prueba de su fuerza. «Señor presidente, esta victoria es mucho más suya que mía», le agradeció Fine con humildad.
Al nominar a los congresistas de estos distritos a cargos de gobierno, Trump ya sabía que esos escaños eran seguros. Con una exigua mayoría de 218-213 en la Cámara Baja, su partido no podía permitirse perder ningún asiento. Por eso retiró la semana pasada a Elise Stefanik la nominación a embajadora en la ONU, pese a haber pasado con galones su audiencia de confirmación en el Senado. Y es que su distrito neoyorquino entre Albany y Canadá puede ser muy conservador, pero las agresiones arancelarias a sus vecinos del norte y la amenaza constante del presidente de convertirlo en el 51 estado de la Unión, no sientan tan bien entre pueblos avenidos.
Como en este tipo de elecciones todo el mundo gana, los demócratas celebraron la distancia ganada en Florida y la derrota del dinero en Wisconsin. Allí Elon Musk había convertido la contienda al Supremo del estado en la más cara de la historia judicial, llegando a sortear dos cheques de un millón de dólares entre los votantes. A través de sus Plataformas de Acción Política (PAC) el magnate había invertido directamente 11.5 millones y, de forma indirecta, 7.7 en anuncios de televisión a través de otra organización con la que tiene nexos. En total, 25 millones de dólares, junto a las inversiones de otras organizaciones con las que se le asocia, en una campaña propia de contienda al Senado, con un coste total de 90 millones entre ambos candidatos. Como referencia, las elecciones generales de mayo de 2023 en España costaron 57 millones de euros (61 millones de dólares), según el Tribunal de Cuentas.
El hombre más rico del mundo intentaba repetir sin éxito la inversión que hizo con Donald Trump durante la campaña, que le ha redundado en un acceso sin precedentes a la Casa Blanca y suculentos contratos para sus empresas. Los jueces son la última línea defensiva de la democracia. Si bien el gobierno de Trump ignora sus decisiones, le sacan los colores.
En el plano ideológico, el Supremo de Wisconsin, que gracias a esta victoria mantendrá un corte progresista, tendrá que decidir en los próximos meses temas como el aborto, los derechos sindicales y la redistribución de distritos legislativos. Tal y como los han dibujado los republicanos del estado, otorgan a su partido seis asientos en la Cámara Baja. Suficiente para darle la vuelta a la mayoría en el Congreso. Wisconsin es, también, el más progresista de los siete estados bisagra que decidieron las elecciones en noviembre, uno que Trump ganó por menos de un punto. Sin él en las papeletas, el dinero de Musk no ha podido granjear la victoria, pero sí poner en marcha una campaña «contra los jueces activistas» que reactivará en otros estados.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La juzgan por lucrarse de otra marca y vender cocinas de peor calidad
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.