Equipo de 'Hércules', musical de libre creación que dirige Ricard Reguant, junto a responsabilidades políticas a nivel local y regional. :: BRÍGIDO

'Hércules', el musical circense y castúo

Los extremeños Paco Arrojo y Noemí Gallego comparten cartel con Pablo Abraira y Víctor Ullate

MARTA PÉREZ GUILLÉN

Lunes, 10 de agosto 2015, 15:00

Entre Sócrates, Medea, Edipo y Antígona el público recibió un auténtico máster en tragedia clásica en mayúsculas, y también de libre creación capaz de hacerse hueco entre ellas. Entre Césares, Cleopatras y una asamblea de mujeres la risa conseguía retumbar las columnas y cimientos del Teatro Romano. Ahora, y con la recta final de la LXI edición del Festival de Teatro Clásico a la vuelta de la esquina, y con las máximas del director de la cita, Jesús Cimarro, más presentes que nunca, de dar cabida a actores extremeños y ofrecer una programación que luzca cual abanico de posibilidades varias y diferentes, es el turno de lo castúo. Del deguste extremeño aderezado con coreografías imposibles, acrobacias y la palabra cantada por voces más que reconocidas.

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Es el turno de 'Hércules', la apuesta musical de esta edición que además de suponer un arriesgo, intrínseco cuando se juega con la libre versión, promete no tener nada que ver con el clásico de Disney, tan recurrente cuando se trata de este semidiós, y sí un espectáculo mágico, divertido, diferente, nostálgico y con pinceladas circenses. «Tengo que agradecer la confianza ciega depositada con esta apuesta que parte de cero», recalca el director del musical, Ricard Reguant, quien además explica que se ha inspirado en las películas de los años 60 de Gordon Scott, entre otros clásicos, y sus recuerdos de niño con los Hércules del circo que llegaban a su ciudad, para dar forma a la obra. «En ese espacio y ambiente todo es posible, y eso es este musical», indica Reguant. De las doce pruebas que tuvo que superar el semidiós, tan sólo cinco se llevan a escena. El resto son contadas al público. «A parte de que resultaría imposible, sería incluso cansino», indica Reguant.

Aunque la versión que defienden cuenta con la pluma de Miguel Murillo, lo cierto es que tras cuatro semanas de intenso trabajo la compañía ha añadido al texto aportaciones personales y 'gags' que se identifican con cada actor, sumando aún más en un estilo particular. «Creo que de esta manera es como una función gana, y crecen los espectáculos, contando con las ideas de los actores que participan», destaca el director.

Extremeños y novatos

Con la era Cimarro, la recta final de las ediciones de la cita cultural más relevante de la región llevan consigo un valor añadido. El de la presencia de extremeños, que más que demostrar, reafirman el poderío y la calidad de los actores de la tierra en un escenario más que conocido por ellos. Y en esta ocasión, de las voces.

El placentino Paco Arrojo, que saltó a la fama por su participación en el mediático concurso 'La Voz', se mete en la piel del Maestro de Ceremonias y Zeus en este musical. El polifacético cantante recalca que, en su caso, participar en el festival va unido a una emoción muy especial. «Yo venía de excursión con mis compañeros de clase en el autobús para ver el Teatro Romano y hacerlo ahora con este musical para mí no tiene nombre», recalca Arrojo, quien además añade que se trata de un espectáculo cargado de magia y emoción en altas dosis.

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Emocionada confiesa estar Noemí Gallego. La emeritense todavía no puede creer que vaya a subirse al escenario romano y sentir su arena bajo sus pies ante más de tres mil personas. «Jamás se me había pasado por la cabeza que iba a poder participar en este festival», explica. La cantante, que a partir de mañana se mete en la piel de la diosa Hera, explica que su personaje es «la que corta el rollo, la mala de esta historia».

De los castúos, que desde siempre han soñado poder corretear entre las columnas del Teatro Romano participando en una función, a quienes se estrenan sin ser de la tierra y no por ello lo soñaban con menos ganas. Pablo Abraira, con toda una trayectoria profesional sobre los escenarios a sus espaldas, confiesa que su motivación principal para aceptar la propuesta de Reguant fue que la obra se estrenaba en Mérida. «Es un lugar que condensa unas energías milenarias», explica Abraira, quien además añade que lo que más le sorprendió de la propuesta es que resultara «algo nuevo». El madrileño, que se estrena en el escenario romano, da vida al protagonista del musical, Hércules.

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Novato sobre la arena del escenario emeritense también lo es Víctor Ullate. «Puede que suene pretencioso, pero nos ha salido un musical redondo», explica el actor quien interpreta a Yolao, el amigo inseparable de Abraira.

El elenco se completa con Javier Pascual, la extremeña Clara Alvarado, Nuria Sánchez y Elena Gómez. El numeroso Coro, que sin duda aportará el movimiento de la función, lo defienden en escena Basem Nahnouh, Irene de Paz, Lucio Baglivo, Alejandro Arce, Alejandro Sánchez, Víctor Hernández, Sara Peña, Estefanía Corral, Tamara Moyo, junto a Erica Quintana, Israel Trujillo y Pascual Ortiz.

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Acrobacias y canciones

Elemento fundamental para una representación resulta el texto. Cuando se trata de un musical, entra en juego el potente tridente de versión, música y danza, tan complicado como apasionante.

Reguant cuenta para dar movimiento a la obra y dejar con la boca abierta a los presentes con la coreógrafa Nuria García. «Cuando trabajamos juntos siempre sabes cómo empieza una función, pero no cómo puede terminar», explica García. La profesional además indica que al ser una propuesta que centra la acción en un circo tenían que contar con habilidades circenses. «He querido conjugar esa frescura de lo urbano y mortales imposibles, con la danza clásica», recalca la coreógrafa. Para escoger a los bailarines que dan forma al Coro de la representación, García decidió apostar por el casting como medio de captación. «Quería ver y descubrir quién es la gente que está luchando por la danza», recalca, «y de ahí que hayamos conseguido un equilibrio muy especial entre las dos disciplinas».

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Habrá mortales, acrobacias imposibles, y no solo los bailarines tendrán que mover el esqueleto. Los actores también tendrán que hacer lo suyo, además de cantar. La dirección musical, en esta singular apuesta, corre a cargo de Ferrán González. «Las canciones son de muchos estilos y todas resultan diferentes», recalca el compositor, quien además añade que una vez los actores ensayan con ellas dejan de ser suyas. «Las canciones adquieren tal dimensión que pasan a ser de quiénes las interpretan».

Colorido, movimiento y un texto inédito. Danza clásica en sinergia con el estilo más urbano y callejero. Canciones cantadas a viva voz por reconocidas estrellas, esas que brillan por una larga trayectoria profesional, y también por quienes despuntan con futuros prometedores. Extremeños que no se creen que mañana sentirán latir a su compás al público emeritense. En definitiva, ingredientes que dan fuego a esa magia que va de la mano del teatro en general, que en Mérida se acrecienta de manera particular y que con este Hércules ya se está comenzando a notar.

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