![Rafael Álvarez el Brujo sobre el escenario del Teatro Romano.](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/07/11/1483530777-RaZddgoWSnqNOv4Tfo1rTJL-758x531@Hoy.jpg)
![Rafael Álvarez el Brujo sobre el escenario del Teatro Romano.](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/07/11/1483530777-RaZddgoWSnqNOv4Tfo1rTJL-758x531@Hoy.jpg)
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Del dolor de los jugos, de las palabras de los poetas y de las mentiras de los traidores queda solo el silencio. Epílogo anoche del Brujo en su casa.
Ocho veces ha estado en el Romano. Por eso lo de anoche no fue un estreno. ... Una continuidad más bien. No tiene que pelearse con las piedras ni con la acústica. Mérida es su casa. Se mueve por el escenario como si llevara allí desde siempre. La complicidad con el público emerge en cuanto asoma bajo la diosa Ceres y se multiplica cuando lo despide el auditorio en pie. Aplaudiendo y bailando 'La vida es un Carnaval' de Celia Cruz. El particular juego con los dioses que propone el Brujo dispara momentos poéticos y mucha risa.
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J. M. Romero
Se va y viene de la historia para meterse en otra historia. No hay nada más cómico que reírse del drama. Y nada más dramático que meterse con la comedia. Terminó su monólogo con Hécuba. La reina de Troya. Que en Mérida es como hablar de Concha Velasco y su famosa escena comiendo tierra. Desde entonces, cada vez que una actriz interpreta a Hécuba en un teatro el público baja la cabeza porque nota una ráfaga de viento.
Hécuba representa la sabiduría esencial de la tragedia griega. Y en su particular peregrinaje griego se cuela también Alberti. De cuanto el Brujo pasó la Transición recitándolo por los pueblos de Cádiz. La mejor poesía es la que se entiende. Si a uno hay que explicarle lo de Caminante no hay camino....
Por eso para el Brujo su dios favorito es Sileno. Dios del vino, el que crio a Dionisio, el de las Bacantes. Una especie de Milei, como el presidente de Argentino. Festivo, exagerado y mentiroso.
Y luego está el Rey Midas. El que convierte todo lo que toca en oro. Llega el Brujo a Sileno, Midas o Hecuba a partir de Edipo, al que le dedica buena parte de su texto. Su conclusión es muy ilustradora.
Edipo nos enseña que solo te haces fuerte si peleas con algo que es más fuerte que tú. Edipo peleó contra el destino y tras su muerte fue divinizado.
Los dioses no son más que la personificación de las fuerzas de la naturaleza. La diferencia entre los griegos y los contemporáneos es que unos creían estar en manos de la naturaleza y otros que pueden controlarla. Conclusión. Nosotros nos creemos dioses. Para desgracia de Eurípides y de los clásicos griegos.
La historia de Edipo se ha representado muchas veces en Mérida. Lo recordó el Brujo. Y el final trágico ha cambiado pocas veces. Yocasta, su madre, se suicida. El rey se saca los ojos y acaba de mendigo. Otra diferencia con los griegos. Los reyes de ahora se van a Abu Dabi. Antígona también se suicida. Y su novio. Hasta un crítico de teatro se suicidó después de ver la obra. Y pidió que el público también lo hiciera. Menos mal que a esta familia no le sigue el rastro Telecinco. Se refirió también el Brujo a Sófocles y algunas de sus diosas. Como Antígona, la hija de Edipo. O hermana. De ahí lo de la telenovela de Telecinco. Antígona es como la Julieta de Shakespeare. Después de noventa minutos hablando de dioses y dramas, el Brujo pidió al público de Mérida que no tenga miedo de vivir. dd
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