Los carnavaleros emeritenses lloran a su Sardina y la despiden quemándola en el Guadiana

Después de días de concursos en el Palacio de Congresos, de actuaciones infantiles en el centro cultural Alcazaba, de actividades matinales para niños en la carpa de la Plaza de España, de desfiles, carreras de disfraces y degustaciones gastronómicas, la verdadera protagonista del último día, Martes de Carnaval, fue la Sardina, que fue quemada en el Guadiana.

Pero antes de despedir la fiesta, los carnavaleros tuvieron la suerte de poder disfrutar de la chirigota de Vera Luque, los Cadizfornia, que abarrotaron la carpa de la Plaza de España. Allí, a primera hora de la tarde, entonaron una buena tanda de pasodobles y cuplés, que arrancaron el aplauso de los allí presentes.

Noches de disfraces, de cantos en la calle que acabaron con un entierro en el que este año destacó la sardina elaborada por los chicos de Plena Inclusión. Una sardina triste y con un lagrimón cayéndole por la mejilla.

El entierro partió sobre las 18.30 horas desde la Plaza España, presidido por Andrés Madrigal y Luis Valiente, del Carnaval Romano, acompañados de monjas, curas, obispos y cardenales y precedido por los Nuevos Cariocas y los Danzarines Emeritenses, ganadores este año del pasacalles del pasado domingo. Esta agrupación abrió el cortejo fúnebre con las percusiones de la canción 'Bajo el mar' de la película 'La Sirenita', de Disney, mundo al que dedicaron este año su traje y música en el desfile.

A esa hora, la Plaza de España estaba abarrotada de gente, como toda la tarde. Primero con la sarmigada romana, después con la actuación de la chirigota de Vera Luque y luego, para los que se quedaron con hambre, con la degustación de licores y perrunillas.

Tras pasar el cortejo fúnebre por varias calles, la sardina llegó al Guadiana. Allí la despidieron con todos los honores. Con el deseo de los Carnavaleros de que pase pronto el año para que vuelva a ser Carnaval.