La delegación municipal de servicios sociales y Cáritas reactivan el programa Ola de Frío. Reabren la casa de acogida en Suárez Somonte hasta abril.
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La concejala Catalina Alarcón explica que el centro temporal tiene capacidad para veinte acogidos. Abrirá por las tardes a las ... cinco para que los necesitados sin hogar tengan una habitación en la que pasar las noches. Podrán permanecer hasta las nueve del día siguiente.
Tendrán tiempo para ducharse, coger ropa de abrigo, cenar, dormir y desayunar. Como en los últimos inviernos, el albergue funcionará en coordinación con el comedor social porque muchos de los usuarios del comedor necesitan también un sitio para refugiarse por las noches.
Catalina Alarcón aclara que igualmente se ha informado a la policía local y nacional y a la Cruz Roja para que deriven hasta Suárez Somonte los casos que se encuentren por la calle. Hay visitantes de paso Mérida que no tienen donde dormir y se quedan a la intemperie en parques o bancos porque no conocen este recurso.
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El Ayuntamiento aportará seis mil euros para pagar parte de los gastos de funcionamiento para que en Mérida haya hasta abril un servicio de atención urgente a los necesitados. «Ayuda a dignificar a las personas que viven en la calle, garantizamos una atención básica y evita un mayor deterioro de su situación personal», según Catalina Alarcón.
El servicio urgente puede servir también para romper el aislamiento en el que viven muchos necesitados y para que los trabajadores sociales conozcan con detalle las causas que les han llevado a la calle. Al conocer sus circunstancias personales, resulta luego más fácil trabajar desde servicios sociales.
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Aclara igualmente que el horario de cinco de la tarde a nueve de la mañana se ampliará a 24 horas los días de alertas por frío y festivos señalados como Navidad.
La casa de acogida es un espacio de emergencia temporal, lo que técnicamente se llama de 'mínima exigencia'. Cáritas y servicios sociales lo presentan también como un primer punto de atención para cambiar la situación de marginalidad en la que llegan los acogidos.
El programa se repite ya desde hace varios años porque suele tener mucha demanda. En los cinco meses de funcionamiento suele promediar más de un 90% de ocupación. Hay casos derivados por los agentes que pasan una o dos noches y para otros se convierte en un recurso frecuente hasta la primavera. De hecho, hace dos años, algunos de los usuarios enviaron un escrito a la Junta de Extremadura y al Ayuntamiento de Mérida pidiendo que lo mantuvieran abierta todo el año porque no había sitio en el albergue de la estación y no querían volver a vivir en la calle. Desde Cáritas Diocesana de Mérida Badajoz apuestan por este recurso temporal porque se ha consolidado como un espacio donde los acogidos se sienten seguros y protegidos. Trabajan para combatir la invisibilidad.
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