![Clases de artesanía y diseño en el Museo Romano](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/04/04/189747214--1200x840.jpg)
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En la segunda planta. Sala diez. Frente al icónico Mosaico de los Aurigas del siglo cuarto, da clase la musivaria Luisa Díaz Liviano. Sus alumnos cortan las piedras diminutas y las colocan sobre las figuras. Les rodea un nutrido grupo de visitantes. Se fijan con detalle.
A los pies, en la sala lateral, Julia Martínez. Modela la cabeza de Augusto velado. Lo hace en arcilla. Y lo que llegó como un bloque de cemento por la mañana al Museo Romano a mediodía se parece mucho al retrato original que expone el Museo y que fue encontrado en el aula sacra del peristilo del Teatro Romano.
En la entrada, el grupo de diseño de interiores dibuja las vitrinas de las salas y los de talla en piedra van cincelando en mármol las escamas de una pez. Y todo esto, ante el paso continuo de familias y grupos que entran Museo Romano. Muchas fotos le sacaron ayer a los alumnos de la EASD.
Juan Antonio Pérez es profesor y responsable de la promoción artística del centro. Habla de una experiencia pionera. Todos los años organizan algún evento por el Día Europeo de la Artesanía. Pero lo de llevar la Escuela al Museo resulta novedoso. Y por la acogida, aspiran a repetir. Tuvieron ayer la oportunidad única de trabajar por un día en el Museo. Junto a piezas originales que normalmente recrean o interpretan en sus clases.
Y también por el contacto con el público. Se acercan, se fijan en lo que hacen y preguntan. Ven el interés que despierta su trabajo en los demás. También ganan los visitantes, que se encuentra a un grupo de escultores, talladores o musivarios trabajando como lo hacían los romanos.
Sacando lucernas, figuras en mármol o pavimentos como los de hace dos mil años. Al ver a los grupos trabajar, se llevan una idea clara de cómo se hicieron las piezas que ven expuestas.
Sirve también para mostrar el legado técnico de los romanos. Sus técnicas para tratar piedras y minerales siguen vigentes en las escuelas de artes de hoy. Cambian algo las herramientas, pero el procedimiento prácticamente no varía.
Santiago Sánchez es maestro de taller en la Escuela. También estaba ayer en el Museo Romano con sus alumnos. Todos los ciclos ocuparon alguna sala, explica. El superior de mosaicos, el grado medio de talla en piedra y el superior de cerámica artística. Tanto los de primero como los de segundo curso. Y se sumaron los de diseño de interiores, que dedicaron la visita a dibujar algunas de las salas. Y los de bachillerato modelaron. «Traemos muchas veces a los alumnos al Museo. Pero siempre vienen a fijarse en detalles que luego pueden estudiar. Pero hoy es distinto, son ellos los que traen sus propias creaciones al Museo».
No es lo mismo hacer un mosaico en el taller que hacerlo al lado de uno del siglo cuarto. Por eso agradece la colaboración entre la Escuela y el Museo Romano. «Somos dos instituciones que tenemos mucho en común y nosotros estamos contentísimos porque vemos la aceptación que ha tenido». Para la Escuela es importante decirles a los alumnos que aquello que están estudiando gusta al público, les llama la atención y lo valoran. Por eso en un futuro podrán vivir de lo que estudian ahora.
Llamó mucho la atención a los visitantes comprobar como iban sacando los moldes de barro de las piezas. Lo que veían en las vitrinas estaba haciéndose en la sala. Utilizaron también el material lo más aproximado a la época romana. Piedra de Carija y mármol de Borba.
Explica el profesor que muchos de las piezas desenterradas en Mérida posiblemente las hicieron artesanos itinerantes. Iban por las ciudades y se ofrecían a los patricios para adornar y embellecer sus casas. Llevaban cartones en los que tenían dibujado los bocetos ofreciéndolo a los potenciales clientes. Ahora los titulados de la escuela utilizan las redes sociales y la comunicación digital para llegar a gente que le pueda interesar lo que hacen por si quieren contratarles. Varían los detalles según al público que se dirigen.
Los conocedores del mosaico diferencia claramente que no es lo mismo hacer un pavimento de figuras geométricas que meterse en algo figurativo. En las figuras hay que combinar tipos de teselas, colores y posición y en las geométricas esa precisión no se necesita. Clase práctica en el Museo.
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Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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