El uso del contenedor amarillo se canjeará en Mérida por donaciones a Adenex o un patinete

Llega a Mérida Reciclos, un sistema de reciclaje digital que conecta el móvil con la botella de agua vacía que se deja en el contenedor amarillo.

Se trata de una campaña de Ecoembes, la organización nacional que trabaja para que la basura amarilla (plásticos, latas y briks) y azul (papel y cartón) tengan una segunda vida.

Ecoembes quiere incentivar el reciclaje y la mejor manera pasa por darle a los usuarios premios en su móvil cada vez que desechen. En Mérida ofrece ya esta posibilidad en los 285 puntos amarillos de acopios repartidos por las calles.

Los primero que hay que hacer es registrarse en la webapp https://app.reciclos.com, escánear luego el código de barras de la botella o el tetra brick que se tira y el código QR del contenedor donde se ha dejado.

Cada operación sumará puntos que se podrán canjear por premios sostenibles o donaciones a proyectos sociales en los que trabaja Ecoembes.

La acumulación de puntos tendrá un límite semanal porque se trata de que se recicle más y mejor, pero con un consumo responsable.

El alcalde Antonio Rodríguez Osuna explicó ayer que en Mérida han decidido que los puntos de cada vecino se transformen en donaciones a la asociación Adenex y a su proyecto de voluntariado ambiental plantabosques o para conseguir un patinete eléctrico.

Osuna espera que con este aliciente haya menos botellas de plásticos en las cunetas y en las rotondas de Mérida porque ahora en la ciudad habrá un aliciente más allá del compromiso social de cada uno.

Ángel Hervella, de Ecoembes explica que se trata de introducir un sistema de incentivos o recompensas para acelerar las tasas de reciclaje. Este sistema se está desplegando por toda España y en Extremadura han empezado por Mérida.

El alcalde Osuna agradeció ayer a Ecoembes y a la Junta de Extremadura que hayan elegido Mérida para implantar este modelo en la región.

El director general de sostenibilidad de la Junta de Extremadura, Jesús Moreno, destacó el avance que supone Reciclos tanto en cantidad como en calidad. Al haber una recompensa disminuye el porcentaje de impropios en los contenedores amarillos. De media, cada vecino deja once kilos al año, pero uno de los retos de este tipo de campañas pasa por reducir lo que técnicamente llaman impropios, es decir material que no debería estar en el amarillo, sino en el verde o el azul.

La separación ineficaz de basura en el hogar no solo repercute en el medio ambiente, también en el bolsillo de las administraciones.

El plástico que se recoge luego en las plantas de residuos se vende para fabricar de nuevo envases.

La mercancía, por tanto, tiene un precio. El Ayuntamiento recibe más de 130.000 euros de media cada año del plástico que mantienen en el círculo de uso y desecho, pero podría ser mucho más si se redujeran las tasas de impropios de los puntos de recogida. Con esa idea los depósitos amarillos tienen bocas pequeñas, para que no se dejen materiales grandes que no dañen la selección adecuada.