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El arquitecto Rubén Cabecera delante del antiguo convento de Las Freylas. J. M. ROMERO
«En el Convento de las Freylas merece la pena invertir en patrimonio»

«En el Convento de las Freylas merece la pena invertir en patrimonio»

Rubén Cabecera, Arquitecto ·

El arquitecto emeritense ha sido elegido para llevar a cabo la rehabilitación del inmueble

Sábado, 19 de diciembre 2020, 07:57

Rubén Cabecera tendrá el honor de ser el arquitecto que lleve a cabo el proyecto de rehabilitación del Convento de las Freylas y convertirlo en la sede del Instituto de Arqueología de Mérida. Y lo hará junto a su equipo de profesionales del estudio Arquitectura, Ingeniería y Urbanismo, Estudio S.L.P.

El joven arquitecto no oculta a HOY su alegría al saber que tiene entre manos un proyecto importante. Y no sólo para él y su equipo. También para la ciudad. «No deja de ser una convocatoria nacional del Ministerio a través del CSIC. Y que se lo den a un estudio pequeño y humilde de la región como es el nuestro es un orgullo y un reto muy grande. Entiendo que para Mérida es algo muy simbólico. Al margen de la historia que arrastra, de la ubicación que tiene, este es un sitio en el que merece la pena invertir en patrimonio y creo que el realce que se le va a dar va a ser inmejorable».

Explica que, en lo que se refiere a la rehabilitación, la lectura que han hecho sobre este edificio ha sido la de respetar lo máximo posible lo que ya existe e «interpretar los distintos momentos históricos que ha sufrido este inmueble en cuanto a cambios, ajustes y reformas para que sea fácilmente entendible por el que lo va a usar».

El edificio tiene incluso forjados caídos, pero «tiene una riqueza patrimonial y espacial que hay que aprovechar»

Confiesa que también han pretendido reflejar una de las características más interesantes que tiene el inmueble, que es la configuración de la fachada, y reflejar esa trabazón que tiene esa fábrica de fachada en el suelo y en la medianera que existe en la plaza de la Basílica, en la entrada.

El arquitecto anuncia que hay una zona que se amplía, donde se utiliza la idea abovedada de la planta baja del propio convento. «Reproduciendo a una escala diferente esa zona abovedada generamos las dos grandes bibliotecas que llevará la nueva sede del Instituto de Arqueología», detalla. Cabecera indica además que en la ordenación que proponen para el interior del claustro aúnan vegetación y agua, como dos elementos fundamentales que están muy presentes en la cultura de la ciudad desde el principio. «Esta es en gran medida la clave del proyecto. Y usamos esos elementos combinados con la reinterpretación histórica de la fachada principal para que, en esa mezcla, generar un entorno que sea reconocible por el ciudadano emeritense», indica.

En su opinión, el edificio de las Freylas de Santiago tiene un estado de conservación malo. «De hecho, la última planta está prácticamente derruida e incluso se han caído algunos de los forjados. Pero tiene una riqueza patrimonial y espacial a la que queremos sacar el máximo provecho y vamos a intentar potenciar al máximo», insiste.

De hecho, la parte que se amplía «juega» con la idea del claustro original. Entienden que esta es una forma de reordenar todo el espacio que recoge toda la parcela del convento. «Nos pareció que había que sacarle el máximo partido a esa especialidad tan maravillosa que tiene el convento para poder mostrarla al público y a los usuarios».

El hecho de que este proyecto se haga teniendo en cuenta que va a acoger un centro como el Instituto de Arqueología, le da una impronta intelectual y cultural. Y esto también lo han tenido en cuenta a la hora de diseñarlo arquitectónicamente. «Desde ese punto de vista, el programa recoge las necesidades de un centro en el que se va a estudiar patrimonio. Hemos intentado que sea muy funcional también, aunque un edificio antiguo que hay que rehabilitar conlleva asociadas unas dificultades que hemos intentado solventar de la mejor manera posible. Y de alguna manera lo hemos conseguido».

La mesa de contratación del Ministerio de Ciencia e Innovación adjudicó recientemente al estudio de arquitectura emeritense la redacción del proyecto por 102.801 euros, IVA incluido. Al concurso concurrieron 10 empresas.

Se calcula una inversión total, incluyendo la ejecución de las obras, de 2,9 millones.

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