¿Qué ha pasado hoy, 7 de abril, en Extremadura?
Una excavadora entra en la parcela donde se depurará el agua con microalgas . J. M. ROMERO

La depuradora de Mérida reciclará el agua residual de la ciudad con microalgas

Aqualia presenta al Ayuntamiento una planta de tratamiento pionera que costará nueve millones de euros

Antonio Gilgado

Badajoz

Martes, 29 de diciembre 2020, 07:49

Nuevo paradigma de la economía circular. El agua residual no se concibe como un desecho, sino como una valiosa materia prima.

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La compañía Aqualia quiere demostrar la viabilidad técnica y económica de lo que los expertos llaman biorrefinerías. Y ha elegido la depuradora de Mérida como escenario de un ensayo.

Se trata de aprovechar los nutrientes que se mezclan con el agua usada para el cultivo de microalgas en las instalaciones de la propia depuradora.

El centro de Mérida servirá para demostrar la viabilidad técnica y económica de esta tecnología

Esta masa vegetal facilita la depuración y se vierte de nuevo al cauce del Guadiana libre de contaminantes.

Zouhayr Arbib, responsable de innovación tecnológica de Aqualia, explicó ayer que lo que se va hacer ahora en Mérida es una prolongación de lo que prueban en Chiclana desde hace dos años.

En ese caso sí que se trata de una biorrefineía porque en Chiclana lo que sale de las microalgas genera además energía.

En Mérida, aclaró el portavoz de Aqualia, habrá la misma tecnología de depuración, pero es un proceso mucho más simple porque se trata de solucionar la contaminación por fertilizantes agrícolas en el ciclo del agua y de regenerar las residuales ante de que vuelvan de nuevo al río.

Mérida se integra de esta forma en el Proyecto Sábana financiado por la Unión Europea e impulsado por la Universidad de Almería. Varias empresas de gestión de Europa colaboran para poner en marcha centros de depuración con esta técnica y evaluar su funcionamiento para ver las posibilidades de extenderla.

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Y en ese contexto entra la planta que se construirá en Mérida y en la que se invertirán nueve millones de euros.

Según las estimaciones de Aqualia, en estos momentos apenas hay instalaciones de este tipo en Europa, por lo que se trata de una tecnología todavía por desarrollar. Zouhayr Arbib comparó la experiencia en la depuradora local con otras similares en Nueva Zelanda y California.

El director de la delegación de Aqualia en Extremadura, Francisco Blanco, presentó ayer el proyecto al Ayuntamiento y agradeció la disponibilidad del alcalde Osuna para que se pudiera hacer en la ciudad.

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Es el resultado, argumentó, de la colaboración entre administraciones públicas, empresas privadas e investigadores de las universidades.

Osuna dijo que la propuesta de la compañía encaja en la estrategia de sostenibilidad y desarrollo que apoya su equipo de gobierno.

Para Zouhayr Arbib Mérida es el sitio ideal para demostrar que esta tecnología es viable. En su opinión, los resultados del proyecto Sábana suponen una revolución en el sector.

No solo por el aprovechamiento del agua residual, sino porque las depuradoras pasan de ser instalaciones que consumen mucha energía a fabricarla de forma limpia. De ahí el interés en ponerla en marcha.

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