![Los participantes de la última salida en el último obstáculo](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/05/19/Farinato%20Merida_24-R4XdgU0VctgXOFxdtchjwEN-758x531@Hoy.jpg)
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Dijo José Manuel Sanchís al llegar exhausto a los Milagros que olía a sapo. Y no fue el único que hizo la broma.
Farinato seca la de este año. Sin barro. Ni tampoco ha sobrado el agua. Buscaba la organización sorprender a los participantes. Llevan ... ya diez años viniendo a Mérida y siempre les atraía los Milagros. Y esta vez se centraron en el Albarregas y los dos acueductos.
Mucho verdín porque recorrieron en las dos direcciones el tramo de asfaltado del arroyo urbano. Tragaron mosquitos entre obstáculos.
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A la siete salieron los élites. Se presumía ya una carrera complicada porque los más preparados tardaron más de media hora y se desorientaron por el circuito de siete kilómetros.
Llegaron hasta la Isla saltando muros y haciendo la primera parte de la pista americana. Se volvieron en el puente de la Isla y se adentraron de nuevo en el canal en dirección San Lázaro. La sorpresa estaba a la vuelta del acueducto. Cargar la rueda del camión primero y subir con bridas en los pies el Rabo de Buey después. Desnivel pronunciado, distancia larga y piernas juntas. Con calambres llegaron algunos arriba.
Bajaron por el parque nuevo que se ha abierto junto al instituto para desentumir. Y subida otra vez. Ahora con troncos de madera con más de veinte kilos al hombro. Lesionados ya estaban algunos que competían por equipos. A los más fuertes, para seguir en competición, les tocó cargar con dos. El suyo y el del compañero lesionado.
Se tiraron de nuevo al canal cuando dejaron la madera. Y se adentraron otra vez al cauce.
Lleno de mosquitos a esa hora ya porque caía el sol sobre el Albarregas. Y de lodo. Por el paso de corredores. Desde el arroyo subieron a la explanada de los Milagros. Treparon a modo koala. Avanzar con los brazos y reptar con las piernas. Fue el último escollo antes de pasar la hoguera final.
Tras los elites salieron los grupos. Se ha convertido la Farinato en una prueba que pocos corren solos. La mayoría va con los amigos del gimnasio. Se ponen nombre un nombre al equipo y se hacen camisetas. Cuenta José Manuel su rutina semanal para preparar la Farinato.
Los lunes sesión de cross fit en el gimnasio del polígono Carrión, los martes sale a correr una hora, los miércoles cross fit por la tarde, los jueves musculación, los viernes correr y los sábados compite en alguna prueba que no esté a más de tres horas de Mérida. Dice que la Farinato es la que más le gusta porque conoce a muchos amigos con los que normalmente coincide en el gimnasio. «Al final uno va buscando la gente que tenga más o menos tu nivel. Cuando sales con otros no puedes ser un lastre para los demás».
No ha sido esta la Farinato que más le ha gustado. «Yo las prefiero con menos carrera y obstáculos más juntos, como cuando era en la Isla». Sobre todo le gusta la suspensión. Trepar con los brazos sobre las barras. Este año ha habido varias tandas de suspensión. José Manuel tiene cuarenta y dos años y empezó en las carreras de obstáculos porque se cansó de las medias maratones y las de diez kilómetros. Anima a todos los atletas populares a probarse. «Esto no es solo para forzudos de gimnasio. Hay que tener fuerza, pero también habilidad y resistencia».
Y ha sido esta Farinato la edición con más mujeres. Lo destacó el organizador Rubén Morán en la presentación. Hay casi tantas chicas como chicos. Y en ese grupo de nuevas incorporaciones Cristina Andrada. Entrena habitualmente en el gimnasio de San Antonio. Llegó a los Milagros con rozaduras en las rodillas y en los brazos. Y con un tobillo torcido. «Esto es mucho más que correr, es una experiencia».
Propone señalizar mejor los itinerarios para las próximas ediciones. Y también es de las que suprimiría distancias entre tandas. «La carrera hasta la Isla es muy larga, luego ya en la segunda parte, cuando te metes en el Albarregas, es diferente vas con miedo porque te puedes resbalar, pero esa parte me ha gustado». Los últimos grupos llegaron sobre las nueve. Con poco sol y algo de frío ya en los Milagros. Más de uno reconoció en meta que no estaba preparado para un desafío como la Farinato, pero contentos por completarla.
Y luego están los que hacen el casi todas las pruebas del calendario Farinato que organiza Rubén Morán. Desde Sevilla vinieron Andrés, Mónica, Sandra y José Luis. Tienen su propio calendario ajustado a sus entrenamientos. Hacen siempre Mérida y Aljarafe y el año pasado fueron a la Monzón Templar, considerada para algunos la mejor del circuito nacional. Este verano, como no hay carrera en Monzón irán a alguna de Málaga. «La Farinato está muy bien, pero le falta participación. Tendría que participar más gente». La previsión de la organización cuando anunció el evento era llegar a los quinientos inscritos. Y para promocionar el evento organizan también tandas infantiles y de familias.
AL final, los ganadores han sido Lucía Cardo Durán (27:40) y Adrián Gutiérrez Pedrero (32:41); mientras que, por equipos, han ganado Los Depredadores, seguido de Los Linces, segundos, y los Sexyteros, terceros.
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