«Ha sido una Feria extraordinaria, hemos llenado la carpa todos los días»

Que la Feria ha funcionado en el centro lo percibe cualquiera que se haya asomado por el Arco de Trajano o la Plaza de España. Aglomeraciones a media tarde con música, barras y cubatas de vaso ancho a cinco euros.

También han tenido éxito las atracciones. Concurridas cada noche y casi saturadas el Día del Niño vendiendo las fichas a dos euros. Largas colas de adolescentes para el Gusano Loco. Remonta la Feria a pesar de no tener festivo local y competir con el cierre patronal de pymes y autónomos, que tienen solo esta semana la única para descansar.

Faltaba por saber el balance con el que cierran en las casetas más genuinas de Mérida: la Municipal y El Cortijo Extremeño.

La Municipal la ha explotado este año Andrés Álvarez. Debutante al concurso público que sacó el Ayuntamiento con su empresa El Templo de los Arroces. Conocida en la ciudad porque es el cáterin al que muchos recurren para las celebraciones familiares. Cuenta Andrés que se han pasado el verano montando una carpa por ferias de la comarca. Almendralejo, Esparragalejo, La Garrovilla o Trujillanos. En todas, resume, les ha ido bien. Pero ninguna comparada con Mérida. «Para nosotros era un reto, era la caseta más importante de nuestra ciudad y queríamos hacerlo bien en casa».

Muchos clientes que ya les conocen se han pasado estos días para probar sus arroces. «Creo que ha funcionado por el boca a boca, cada vez ha ido viniendo más gente. Ha sido extraordinaria hemos llenado la carpa todos los días».

Tiene ahora ofertas para montar en otros pueblos de la comarca. Pero no es fácil decidirse. Despliegan mucha logística y más de veinte trabajadores.

La rentabilidad no está garantizada nunca, pero en ferias pequeñas cuesta mucho reflotarla. Agradece Andrés la confianza del público de Mérida a pesar de ser el primer año. Han llenado a diario hasta a mediodía, un tramo horario complicado en el recinto por el calor. «El domingo a mediodía hubo gente en la barra y en las mesas auxiliares, era imposible ya atender a más gente».

Balance parecido hace Luis Valiente. Preside la asociación folclórica Nuestra Señora de la Antigua y se encarga de El Cortijo Extremeño, la única caseta que ofrece bailes y cantes regionales en directo.

Cuenta Valiente que por las noches El Cortijo ha estado siempre lleno. Ha habido además actuaciones muy aplaudidas. Pero a mediodía, a pesar de los esfuerzos y de programar directos, cuesta más traer a la gente. Ayer cerraron con caldereta y los bailes del grupo de Castuera. Propone Valiente que a mediodía también habrán algunas atracciones con precios a mitad de precio. «Tenemos que estudiar alternativas entre todos».

Insiste en que el folclore regional interesa y gusta, pero cada vez está más arrinconado por el «andalucismo» de las sevillanas en las casetas.