Pepón Nieto, Antonio Pagudo, Fernando Soto, Rulo Pardo, Avelino Piedad y Esteban Garrido. J. M. Romero

Festival de Teatro de Mérida

Un gran brindis por los errores

La comedia de Pepón Nieto se lleva una larga ovación en el estreno y apunta a pleno de quince mil espectadores hasta el domingo

A. Gilgado

Jueves, 3 de agosto 2023, 07:17

Seis liantes con mucho oficio estrenan en el Romano una función a la que todos le auguran ya larga vida después de Mérida. Apunta Mixtolobo ... al pleno de quince mil espectadores hasta el domingo y gira larga. Lleno hasta el gallinero en el estreno y larga ovación del público en pie cuando se acabó la fiesta. Recomendable para los que quieran reírse. Y desaconsejable para los que quieran saber el guion completo de la historia. El mérito de esta comedia es que no hay que saber muy bien lo que ocurre. El enredo. Las verdades y los errores se convierte en un ingrediente más.

Publicidad

Hay desde el principio una relación directa entre el escenario y el público. Le hablan directamente a los espectadores para explicarles que tratan de contar una historia llena de errores. Dos horas de derroche físico y vocal. Entran por separado desde las gradas. Se suben al escenario. Se ríen. Bailan. Ríen. Bailan. Cuenta una historia. Bailan. Se suben a las plataformas. Tocan el teclado. Pinchan música disco. Se tiran al suelo. Hacen que se pelean. Bailan.

Historia ágil en la que van cambiando de personajes a cada escena. Camaleónicos a la carrera. La trama en la que se inspira esta función ya se ha contado mil veces. Escribió Shakespeare la comedia de las equivocaciones la historia de dos hermanos separados por una tormenta, Antífolo de Éfeso y Antífolo de Siracusa, que tienen como criados a su vez a dos hermanos separados en la misma tormenta Dromio de Éfeso y Dromio de Siracusa.

El enredo de Shakespeare empieza cuando los residentes en Siracusa van a Éfeso y les confunden con sus respectivos hermanos que viven allí. Y se sucede el desfile de equívocos. El primero, el segundo y hasta el tercero se puede seguir, pero a partir de cuarto la función y el texto ágil de Albert Boronat invita al espectador a dejarse llevar por el disparate. Aunque tienen la delicadeza los actores de parar varias veces la función para interpretarse a sí mismos explicando los enredos. Y todo envuelto en música disco, diálogos surrealistas y guiños a la cultura griega y a lo bonito que resulta, a veces, equivocarse. Ponerse en el lugar del otro. Puede ser la moraleja. Hasta reparten cervezas griegas con el público para brindar por los que tienen empatía con los que se equivocan.

Publicidad

Y luego está Egeonte. Con un marcado acento andalusí. Es lo que tienen los comerciantes griegos que recorrieron el Mediterráneo. Egeonte es el padre que quiere llegar hasta sus gemelos separados. Llega el disparate hasta traer a un verdugo y un exorcista. Hubo momentos en los que se retorcía de risa el público del Romano. Mantienen el ritmo. Pepón Nieto y Antonio Pagudo son los que más mutan de personaje. Pero la interpretación de Rulo Pardo y Avelino Piedad haciendo de hermanas fue de lo más ovacionado. Completó la función Esteban Garrido como mercader en la pena de muerte o comerciante. Siempre con acento andalusí. Y a Fernando Soto cuesta encontrar el número exacto de personajes que va interpretando. No extraña que al finalizar la obra, con la emoción todavía de la acogida del público, el director Andrés Lima dijera que le costaba ver solo a seis actores para tanto lío. «Hacen tantas cosas y se desdoblan tanto que parece que hay más de seis, pero son solo seis fieras». Agradeció Pepón Nieto en el peristilo también la acogida del público. «El proceso siempre es emocionante pero hasta que no lo ves con el público no sabes realmente si va a funcionar y nosotros hemos trabajado mucho para que ese desorden tenga sentido. Como productor estoy feliz».

Entre los debutantes en pisar el Romano anoche Rulo Pardo. No pudo tener mejores sensaciones. «Hemos visto una conexión tan grande al salir y ver al público como nos recibía al vernos bailar que desde el principio sabía que esto iba a estallar». Y estalló porque se llevaron aplausos hasta en el peristilo del Teatro Romano.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad