Representación en el Teatro Romano de 'La comedia de la cestita', que estuvo del 5 al 9 de agosto, en la última edición del Festival de Mérida . HOY

La función más larga del Festival de Mérida

Sin gestor. El concurso para dirigir una de las grandes citas culturales del país sigue sin resolverse año y medio después y es muy posible que la Junta deba este año otra vez adjudicarlo directamente

Lunes, 22 de febrero 2021, 07:21

Ni director elegido, ni compañías contratadas, ni actores, ni textos seleccionados. A estas alturas, lo normal sería que el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida estuviera a punto de anunciar la programación de este verano en el Teatro Romano. Pero no hay nada. Y no es por culpa de la pandemia. Año y medio después de que el Consorcio Patronato del Festival (en el que se sientan varias administraciones pero es la Junta la que tiene el poder decisorio) sacase a concurso su gestión, la licitación, con un presupuesto de 14,9 millones, sigue sin resolverse. No hay adjudicatario tras un proceso que, en realidad, se ha retomado en dos ocasiones y está salpicado de impugnaciones y resoluciones jurídicas que anulan pasos dados anteriormente. En ese sentido, el Festival de Mérida se está moviendo entre un drama administrativo y una película burocrática de suspense.

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Una de las grandes citas culturales del país, y seña de identidad de Extremadura, está en punto muerto. Por resumir la licitación: dos empresas teatrales optan al concurso y tienen de plazo hasta el 9 de marzo para presentar sus proyectos, sus ofertas mientras la mesa de contratación del Patronato tiene dos meses de plazo para resolver. Si lo hace antes, más o menos pronto, podría estar lista a mitad de abril (eso si no hay recursos que frenen la adjudicación definitiva), a dos meses y medio de arrancar el Festival.

Este escaso tiempo hace prácticamente inviable organizar esta edición si las dos productoras teatrales asumen en abril o, peor, en mayo, el encargo. Cualquier empresa del sector y las administraciones son conscientes de que un Festival de la envergadura del de Mérida requiere un trabajo de, como poco, medio año.

El año pasado, la irrupción de la pandemia fue el elemento que puso la incógnita de si al final habría o no festival. Salvado el gran escollo sanitario, el organizativo estaba resuelto porque la Junta había encargado mucho antes, de forma directa, a Pentación, la empresa gestora del Festival desde 2012, la programación porque el concurso no se había resuelto.

Múltiples recursos

En estas circunstancias, de nuevo sin licitación adjudicada, es muy posible que se deba optar otra vez por una gestión directa para poder tener listo el certamen este verano. «Todavía no se ha tomado una decisión al respecto», responde la Consejería de Cultura a este diario cuando se le pregunta esta cuestión concreta.

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«Mi empresa es una damnificada en este proceso de adjudicación. Desde el inicio siempre ha sido la única que se nos ha reconocido que cumplíamos con lo requerido, con lo exigido, que no es poco, para poder optar la gestión de una cita de estas características», resume Jesús Cimarro, director de Pentación y, en los últimos nueve años, del Festival.

«Si no se ha resuelto el concurso no es por Pentación. Habría que preguntarle a la Administración y a otras empresas por qué estamos cómo estamos a estas alturas», agrega Cimarro a HOY.

«Aún no nos creemos que hayamos conseguido llegar hasta este momento del concurso. Hemos tenido que recurrir decisiones que considerábamos irregulares y se nos ha dado la razón. Hemos logrado lo más difícil: demostrar que cumplimos todos los requisitos para participar en el concurso», asegura a este periódico Lope Ángel García, director de SEDA (Servicios Especializados en Distribución Artística).

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La unión temporal de empresas compuesta por SEDA, Plural y Letsgo es la rival de Pentación para quedarse con el Festival en los próximos dos años (más dos opcionales).

El historial de un Festival de Mérida sin dirección a estas alturas se empieza a escribir hace casi dos años. En mayo de 2019, HOY adelantó que el Patronato aumentaba la oferta respecto a la licitación de 2016. Estaba dispuesto a pagar un 29,25% más por la organización y dirección del evento en 2020 y 2021, con la posibilidad añadida de 2022 y 2023. El presupuesto, 14,6 millones.

En junio, dos recursos de empresas competidoras de Pentación ponían en cuestión algunos puntos del pliego. En septiembre, la Comisión Jurídica de Extremadura anuló el concurso y obligó a que el Patronato sacara otro. La Consejería de Cultura decidió entonces prorrogar un año la gestión por parte de Cimarro, una posibilidad que contempla, recordó la Junta, la Ley de Contratos del Sector Público. SEDA impugnó esa prórroga sin resultado.

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Pendientes de las ofertas

Con la certeza de que la edición de 2020 tenía organizador casi un año antes de su celebración, se sacó en julio otro concurso (se anunció en marzo). Por 14,9 millones para 2021, 2022 y, la posibilidad también de 2023 y 2024.

En agosto HOY adelantó que el Patronato excluía, por no cumplir criterios de solvencia técnica y económica básicamente, a tres de las cuatro empresas que se presentan. Solo quedaba en el proceso Pentación.

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A partir de ahí, se sucedieron recursos y resoluciones que anularon otras anteriores, con lo que la licitación volvió casi a la casilla de salida pero con un cambio fundamental. SEDA fue finalmente aceptada el pasado día 8 por la Comisión Jurídica; el Patronato la admite como aspirante y levanta la suspensión de la tramitación del concurso, freno vigente hasta resolver su último recurso.

El director de SEDA agrega que aún no ha presentado su proyecto de gestión y lanza una crítica. Las administraciones del Patronato «se deben replantear si realmente su gerente (Pedro Blanco) no está exponiendo al Festival a un riesgo», dice García. «Es la segunda vez que la Comisión Jurídica nos da la razón y esto debería solucionarse. Y si no hay gente con capacidad para desarrollar un proceso cumpliendo con la ley de contratación pública, debería ser relevada de su cargo».

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Jesús Cimarro no entra en valoraciones del proceso –«mi esfuerzo es elaborar buenos proyectos y gestionarlos», dice– e insiste en que Pentación es una reconocida empresa cultural en el país que desea seguir dirigiendo el Festival de Mérida y está perfilando la propuesta que presentará.

«En los años que lleva Pentación al frente del Festival ha entregado 4 millones a la Junta por superávit que ha servido para enjugar su deuda. Eso es creer y trabajar por una de las grandes citas culturales de Europa», incide.

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