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Todo lo que queda al fondo a la derecha es lo que se va a transformar en una gran plaza pública con espacios culturales. J. M. ROMERO
El jurado escogió Impluvium para las Concepcionistas de Mérida por ser «claro y sencillo»

El jurado escogió Impluvium para las Concepcionistas de Mérida por ser «claro y sencillo»

El arquitecto José María Sánchez García también diseñó la obra del Templo de Diana o El Anillo de Guijo de Granadilla

Domingo, 18 de octubre 2020, 09:57

José María Sánchez García, con su proyecto 'Impluvium', ha sido ganador del concurso para la rehabilitación del convento de las hermanas Concepcionistas y espacios aledaños. Este arquitecto de Don Benito diseñó también la adecuación del entorno del Templo de Diana y el edificio del Centro Internacional de Innovación Deportiva El Anillo, en Guijo de Granadilla (Cáceres), entre otros.

El estudio José María Sánchez García nace en 2006 y actualmente tiene sede en Madrid y en Suiza, desarrollando proyectos públicos ganados en concursos de arquitectura.

Ha sido el elegido entre los 19 que se presentaron con lemas para preservar su anonimato como 'Sombras con historia', 'Tras la piel', 'Puro teatro' o 'Pasen y vean'.

La mesa técnica pide que se valore el valor histórico de la capilla para ver si debe mantenerse total o parcialmente

La mesa de contratación constituida en jurado para valorar los proyectos a nivel de anteproyectos para la rehabilitación del convento de las hermanas concepcionistas, también conocidas como las encerradas, y espacios aledaños se reunió el pasado 30 de septiembre.

Los criterios de adjudicación primaron la calidad de la propuesta, tanto arquitectónica como su desarrollo y definición; los valores técnicos; las características funcionales en relación con el entorno y la calidad cultural, arqueológica y ambiental.

Tras hacer un primer descarte de 9 proyectos presentados y un segundo de 6 más, el jurado se quedó con cuatro de ellos (Claustro tomado, Mayores + jóvenes, Pasen y vean e Impluvium).

Este último es el que conquistó el gusto del jurado, que valora «el respeto en sus actuaciones a los elementos arquitectónicos de interés y por la defensa del uso dotacional en la ciudad».

También resalta la configuración del vacío interior en cuanto a su carácter inmaterial en referencia al origen conventual del mismo, así como a la propia naturaleza de la cubierta.

Argumenta el jurado también por haber elegido el proyecto que «el nuevo claustro propuesto unifica toda la actuación, tanto de remate de las edificaciones perimetrales como de fondo del espacio verde, con un diseño claro y sencillo».

Destaca asimismo el espacio verde interior que libera el espacio central, rodeado por espacios dotacionales en el perímetro, con acceso desde las cuatro calles perimetrales, abriéndolo a la propia ciudad en sus cuatro fachadas con pequeñas plazas o espacios de transición.

Finalmente, indican también que se deberá considerar si la capilla existente debe respetarse por sus valores históricos o arqueológicos para su mantenimiento total o parcial en la solución planteada.

2 millones de euros

El Ayuntamiento prevé destinar 2 millones de euros a esta obra que pretende integrar de nuevo el edificio en el entramado urbano, situado en el entorno del Parador y el Arco Trajano.

La actuación consiste, por un lado, en la rehabilitación del convento, y por otro en la integración de sus espacios interiores con las zonas colindantes con tratamientos continuos adecuados, de fácil mantenimiento y estéticamente acordes con el entorno. Deberá conseguirse que la manzana del recinto tenga una lectura propia que recuerde los espacios destinados a ese fin para poner en valor la imagen de conjunto.

Mantener y retirar

También habrá que mantener piezas como la estatua de la Virgen situada en la calle Concepción, aunque no estén catalogadas. El Consistorio exige retirar el pequeño mural de la Virgen de Guadalupe mexicana situado en la esquina con la calle San Francisco para restaurarlo e integrarlo en el interior del convento que se mantengan tras su reforma.

Este edificio fue adquirido por el Ayuntamiento en 2019 por 847.000 euros con cargo al superávit de 2018.

La manzana comprendida entre las calles Santa Beatriz de Silva, Concepción, San Francisco y Plaza de la Constitución acogió desde el siglo XVI este convento. El edificio se articula en torno a un claustro rectangular con galerías porticadas. También cuenta con jardín interior y varios añadidos que funcionaron como alojamientos y locales comerciales.

El recinto ocupa una superficie de 2.785 metros cuadrados. El valor histórico del edificio se centra en su iglesia, de la que destaca el cuerpo del presbiterio y las portadas exteriores.

El convento fue abandonado en 2009, cuando las monjas que quedaban en la ciudad se trasladaron a Sevilla. La compra por parte del Ayuntamiento se hizo a un precio muy inferior al coste de expropiación.

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